“Nos acercamos al final de la industria automovilística, según afirma Bob Lutz, vicepresidente de General Motors y uno de los ejecutivos más influyentes de la industria de la automoción, en un artículo publicado en Automotive News que explora el futuro de un negocio en pleno cambio. En su artículo, el ejecutivo avanza que, en unos veinte años, se terminará con un periodo de 120 años en el que el automóvil ha sido el principal medio de desplazamiento de los humanos. De la misma forma que los coches desplazaron a los caballos en este cometido, Lutz –que ocupó altos cargos en Ford, Chrysler, BMW y Opel- cree que los módulos de conducción autónoma tomarán el testigo de los automóviles.
En pocos años, utilizaremos para nuestro transporte módulos de conducción autónoma que serán solicitados por el pasajero, le recogerán en su ubicación, le llevarán a su destino y, al finalizar el servicio, regresarán a la carretera para recoger a otro usuario, después de haber facturado el viaje a través de la tarjeta de crédito o la huella digital. Las nuevas carreteras serán surcadas por un flujo de módulos desplazándose a la misma velocidad
distintos módulos de conducción autónoma
Según la visión de Lutz, la mayoría de estas flotas de módulos estandarizados de conducción autónoma serán propiedad de empresas como Uber, a los que considera como líderes emergentes en este nuevo ecosistema de transporte. Junto a estos módulos estandarizados, habrá un menor número módulos personalizados, para atender necesidades específicas de los usuarios.
Así, habrá diferentes niveles de equipamiento. Los módulos básicos convivirán con otros módulos de lujo que contarán con, por ejemplo, un refrigerador, un televisor y dispositivos informáticos con conectividad completa. No habrá límites para la equipación porque actividades como beber mientras se viaja o enviar mensajes de texto ya no será un problema.
El punto de inflexión llegará cuando entre el 20 y el 30 por ciento de los vehículos sean completamente autónomos. «En ese momento, los países analizarán las estadísticas de accidentes y descubrirán que los conductores humanos están causando el 99,9 por ciento de los mismos”, así que se impondrán los coches sin conductor.
Algunos fabricantes como Ford ya se preparan para ser proveedores de movilidad, o fabricar módulos que llevarán la marca del proveedor de servicio y no del fabricante.
concesionarios para un negocio vintage
¿Y qué será de los concesionarios? Según Lutz sobrevivirán en un negocio marginal de módulos personalizados o artículos “vintage”. El uso lúdico de los coches sobrevivirá pero casi como una actividad romántica y su circulación se producirá al margen de las autopistas públicas destinadas a vehículos autónomos que viajarán a la misma velocidad.
“Serán los más ricos, para asombro de todos sus amigos, los que conducirán y enseñarán a sus hijos cómo conducir. Va a ser una cuestión elitista, aunque puede haber pistas públicas, como campos de golf públicos, donde inscribirse para usar un determinado automóvil y divertirse durante unas horas”.