Cuando los padres acudimos a las jugueterías notamos un hecho creciente en los últimos años: los juguetes cada vez tienen más electrónica en su interior, y no como accesorio (luces, sonido), sino como parte integrante del juego (ordenadores, robots, videojuegos). ¿Tanto ha cambiado el juego infantil?
Marcas muy conocidas por todas las generaciones como Mattel, Hasbro, IMC o Famosa han dejado de lado el juguete tradicional para darle una vuelta de tuerca hacia la tecnología. Los juguetes tecnológicos son en algún caso un paso más allá del clásico muñeco, y en otras el rediseño completo de la industria.
Como padres, nos preguntamos si este tipo de juguetes electrónicos son o no recomendables para nuestros hijos, y cómo elegir el más adecuado.
Juguetes electrónicos, seguros para nuestros hijos
En febrero de 2016, un informe de una empresa de seguridad revelaba cómo un oso de peluche con tecnología incorporada presentaba una vulnerabilidad importante. La información que el oso recogía del niño y la familia quedaba expuesta a los atacantes.
Son los peligros de los nuevos juguetes, aunque estos casos son residuales, y la mayoría de padres nos preocupamos por la seguridad física o psicológica de nuestros hijos. Según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), es recomendable seguir estos pasos cuando vayamos a comprar un juguete para nuestros hijos o familiares:
- Lea todo el etiquetado del juguete teniendo en cuenta las recomendaciones de seguridad y de edad.
- Elija el juguete adecuado para la edad, habilidades y capacidades del niño.
- No se deje engañar por diferencias de precios excesivas en productos aparentemente iguales. Un producto seguro es más caro de fabricar que otro que no lo es. La diferencia entre copias y originales suele estar en peores materiales, malos acabados o deficiente funcionamiento, aspectos que pondrán en riesgo la seguridad de los usuarios.
- Adquiera siempre juguetes en comercios o tiendas on-line de confianza.
- Siga cuidadosamente las instrucciones de montaje y de uso del juguete, no modifique las características del juguete.
- Descarte y separe para el reciclado todos los envases.
- Supervise el juego del niño. Asegurándose que todos los juguetes se utilizan de la forma indicada y son adecuados a la edad y habilidades del niño.
- Examine periódicamente los juguetes comprobando el desgaste o partes rotas que podrían causar lesiones u otros riesgos para la salud y la seguridad del niño.
- Enseñe a sus hijos a guardar los juguetes para evitar accidentes.
- Si descubre un problema de seguridad en el juguete, comuníquelo siempre al fabricante y a las autoridades públicas.
Todos los juguetes vendidos en la Unión Europea han de pasar unos requisitos mínimos estipulados, como marcar si tiene o no piezas pequeñas. Como se publica en El País, y según Nerea García, responsable de seguridad y calidad de producto en Imaginarium, «todos los juguetes deben llevar la certificación CE que asegura que el producto es seguro».
De todos los juguetes electrónicos, ¿cuál es el más adecuado para mi hijo?
Una vez que sabemos que son seguros cerramos más el foco, esta vez excluyendo aquellos que no son adecuados para nuestros hijos. Podemos empezar por el rango de edad marcado, ya que todos los juguetes suelen contar en su catálogo o embalaje con unas edades mínimas y máximas basadas en estadísticas que podemos tomar como referencia.
También podemos filtrar gran parte de la publicidad, que en estas fechas nos bombardea con magníficos robots y muñecas que una vez que tenemos en la mano pierden bastante encanto. Acudir a comprar el juego físicamente nos puede ayudar a la hora de eliminar publicidad, si no engañosa, sí bastante inflada.
Conocer a nuestro hijo y sus gustos es crucial a la hora de elegir un juguete. Y no hablamos solo de si prefiere controlar un dron desde el móvil frente a jugar con una cocinita electrónica, sino de productos clónicos virtualmente idénticos (para los padres).
Un ejemplo. Para niños de tres años, resultan llamativos los juguetes basados en La Patrulla Canina, donde encontramos un enorme abanico de productos. Bizak o Giochi Preziosi son un par de las muchas marcas autorizadas para vender los juguetes de este equipo de rescate. Pero muchas otras empresas menos conocidas venden juguetes similares que van a rebufo de los originales, a ver si cuela. Como padres, seguro, pero a nuestros hijos no les engañarán tan fácilmente.
La educación de mi hijo, ¿juguetes “violentos” o sexistas?
Cada vez más padres se involucran en la educación de sus hijos a través del juego, especialmente cuando se demuestran los beneficios educativos a largo plazo que tienen algunos juguetes, y de los que carecen otros. Aunque hay más dimensiones, hablamos sobre juguetes electrónicos violentos y sexistas por la penetración de estos en el juego bélico y la categorización de “para niños” que solían tener hasta hace poco de manera generalizada.
Los juguetes “violentos”, ¿a favor o en contra?
Los juguetes electrónicos por excelencia son los videojuegos, que salvo el mando y la pantalla son 100% virtuales. Es en este marco donde cada vez más los padres observan juguetes bélicos como pistolas láser, fuertes donde combatir con soldados, juegos de bloques para construir acorazados…
Quienes defienden la inclusión de estos juguetes en los juegos infantiles admiten que el juguete en sí no es el que genera la violencia, y que no tienen el mismo significado para niños que para adultos. Dicho esto, sí ayudan a mantenerla si la hubiera. La violencia en el juego es polémica, y cada año aparecen estudios que demuestran que los videojuegos producen conductas violentas, como este y este.
Sin embargo, cuando se amplía el foco y se toman muestras menos sesgadas (la mayoría de estos estudios tienen muestras de menos de 100 niños), queda a la luz que esta violencia en la ficción constituye una fracción casi insignificante respecto de otros factores como son el entorno familiar, el nivel socioeconómico o la educación de los padres, entre otros, que tienen mucho más peso.
¿De qué depende que un juguete sea sexista?
Desde hace unos años los catálogos infantiles muestran niños y niñas jugando por igual a juguetes tradicionalmente asignados a un género determinado. Es decir, los juguetes se están volviendo unisex y se alejan del sexismo, poco a poco. Estos dejan de estar dirigidos específicamente a niños o niñas.
En el enfoque al consumidor acaba el sexismo de la venta, pero empieza el sexismo en la compra, ya que filtrar por color o por qué género aparezca en el catálogo será sexismo por nuestra parte, no por parte del producto.
Otro ejemplo. Vemos un coche de radiocontrol rojo y un coche radiocontrol rosa, ambos iguales y anunciados acompañados de una niña de 11 años. ¿Cuál compramos a nuestro hijo varón? Mientras que en ninguna de las cajas aparezca una orientación al género «para niños» o «para niñas», el color del juguete dará igual, y primará lo que más le guste a nuestro hijo. El camión rojo o rosa no es sexista per se, pero nuestra elección en base al género podría llegar a serlo.
Los juguetes electrónicos son una tendencia futura, e incluso aquellos aparentemente tradicionales como ositos de peluche o muñecas están introduciendo electrónica cada vez en mayor grado. Lo hemos visto primero en la ficción, los gorgonitas de Pequeños guerreros (1998), el oso Teddybear 3000 de A.I. Inteligencia artificial (1999) o el conejo Mimzy de The Last Mimzy (2007).
Estos muñecos están saltando de la ficción a la realidad (sin la mayoría de sus implicaciones más polémicas) y como padres buscamos los más adecuados para nuestros hijos.
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