¿Hemos encontrado La Atlántida? ¿Bases nucleares secretas bajo murallas de hielo? ¿Pirámides en mitad de un desierto que sólo escondía dunas? Google Earth es un conocido software que ha ido ampliando sus horizontes, de nuestra vieja Tierra hasta la Luna y Marte. El software compila fotografías aéreas tomadas de aviones, cometas y drones, e incluso globos.
Durante años, los más devotos de la aplicación han rastreado distintos horizontes y, en sus travesías virtuales, se han encontrado con supuestos secuestros, arquitecturas alienígenas, y geografías imposibles. Estos son los parajes más sugerentes que hemos encontrado durante los años. Aún queda mucho planeta por descubrir, puedes estar seguro.
LA ISLA FANTASMA
Comenzamos por un clásico. Uno que ya se encontraba en un mapa en 1908, en el Museo de Auckland. Se trata de una isla fantasma descubierta por el capitán de un barco llamado Velocity, en 1876. La isla Sandy (‘Île de Sable’ en francés) se encuentra supuestamente ubicada en aguas territoriales francesas, entre Australia y Nueva Caledonia. El problema es que no existe.
La conclusión es que podría tratarse de una balsa de pumita o piedra pómez generada por lava volcánica. Google Earth la ha estado mostrando durante años, pero cuando los investigadores navegaron hasta allí sólo encontraron mar. Mar donde es imposible hacer pie: la tierra se encuentra a una profundidad de 1.400 metros.
LAS PIRÁMIDES DEL MISTERIO
¿Más pirámides? Existen, desde luego. Algunas alcanzan una altura de casi 80 metros.
En el Alto Egipto, a unos 12 kilómetros de la ciudad de Abu Sidhum se encontraron con una formación piramidal tres veces más grande que la Gran Pirámide de Giza, con un ancho de 189 metros. Nicole Scott investigó el caso y concluyó que se tratan de estructuras artificiales, pero la precariedad de Egipto puso en jaque las excavaciones del lugar.
UN PORTAL DIMENSIONAL EN MITAD DEL DESIERTO
Cerca de las costas del Mar Rojo existe una instalación que mantuvo abrumados a varios usuarios de Google Earth. ¿Estábamos ante una creación de otro mundo? No: se trata de una obra de arte, una instalación artificial de 100.000 metros cuadrados.
Tras dos años de duro trabajo, las artistas griegas Danae Stratou, Alexandra Stratou y Stella Constantinides la crearon y la denominaron «Desert Breath».
GEOGLIFOS EN KAZAJISTÁN
En 2007, el economista Dmitriy Dey descubrió más de 50 geoglifos al norte de Kazajstán, en Asia Central —incluidos algunos con una curiosa forma de esvástica— una especie de Nazca donde se remontan distintas civilizaciones. Un grupo de científicos descubrió más adelante hasta 260 geoglifos. Algunos alcanzan los 400 metros y se estima que los más antiguos datan de hasta 8.000 años.
Fueron construidas por los pueblos antiguos de la zona, pero su propósito es un absoluto misterio.
Y EL PENTAGRAMA DE KAZAJSTÁN
Y seguimos con el mismo territorio para hablar de un gran pentagrama con unos 366 metros de diámetro, grabado sobre la superficie. El hallazgo, situado en la orilla sur del embalse Upper Tobol, en la Reserva del Tobol Superior (52º28’47.00? N – 62º11’08.67? E), es decir, a unos 22 kilómetros al oeste de la ciudad de Lisakovsk.
La realidad resultó ser mucho más profana. Según explicó Emma Usmanova, una arqueóloga de la zona, a LiveScience, «se trata del esbozo de un parque hecho con la forma de una estrella». Un parque que finalmente no se llegó a construir.
LAS RUEDAS DE JORDANIA
Todo comenzó con unas imágenes registradas por Google Earth. Después, un equipo de científicos usó el Archivo Fotográfico Aéreo de Arqueología en Medio Oriente (APAAME) para investigar esta especie de ruedas, llamadas «obras de los viejos» por los beduinos de la época.
Se encuentran cerca del Oasis Azraq de Jordan. Utilizando Luminiscencia Ópticamente Estimulada (OSL), los arqueólogos descubrieron que una de estas antiquísimas ruedas fue reparada hace unos 5.500 años. Discovery News sugirió que se trataban, como es usual, de objetos de interés y comunicación astronómica. El poder de las estrellas.
EL LAGO DE SANGRE
En 2007 se dió otro hallazgo interesante: fuera de Sadr City en Iraq, en las coordenadas 33.396157 ° N, 44.486926 ° E, se encontró un lago rojo como la sangre. Y, bueno, ya no se ve rojo, pero el asunto trajo de cabeza a muchos investigadores.
En Time.com especularon con la posibilidad de que los mataderos de la zona tirasen al río parte de la sangre y despiece de los animales. Ninguna autoridad concedió declaración alguna. Ni tampoco que se trataba de aguas residuales. De hecho, nunca más se volvió a hablar del tema.
LA ISLA DENTRO DE UN LAGO DENTRO DE UNA ISLA
Se trata de una isla recursiva. Un fenómeno casi fractal: en la Isla filipina de Luzón, la isla más al norte de Filipinas, en su extremo sur podemos encontrar el Lago Taal y, dentro de ella, el Volcán Taal, un volcán en activo de erupción violenta.
Ah, y una isla dentro. Y dentro del cráter, en el Vulcan Point, el lago del cráter, porque suele estar lleno de agua. Algunas erupciones se producen desde fuera de este punto.
EL BÚNKER DEL TERROR
Sobre el desierto cerca de Mesa Huerfanita, Nuevo México, se encontraron las fascinantes formas que puedes ver en la imagen. Según el investigador John Sweeney, se trata de un búnker oculto que pertenece a la Iglesia de la Cienciología. No se ha certificado, en ningún caso.
Se presumen que esta iglesia subterránea lista para resistir un holocausto nuclear escondería en su interior bóvedas con ataúdes de titanio que protegerían de la radiación discos de oro con los textos originales del fundador de de esta religión, L. Ron Hubbard.
EL PUZLE MILITAR CHINO
Un dolor de cabeza para la NSA y agencias de seguridad como la CIA: porque este puzle parece ser en realidad un modelo aritmético para calibrar los satélites espía del país. Se encuentra en el Desierto del Gobi, en China.
Y hay más formaciones de las que se encontraron en un principio. Las coordenadas son las siguientes: 40.458679,93.31314 / 44 42’40.81?N 93 31’46.18?E / 40.41379,93.583741 / 40.458279,93.388681.
UN OASIS EN MITAD DEL DESIERTO
Nada más y nada menos que el bosque perdido del monte Mabu. Eso es lo que encontraron los científicos de los Royal Botanic Gardens, en Kew, usando Google Earth para buscar formaciones de terreno elevado a lo largo y ancho del continente africano. Este parche verde, situado en Mozambique, es la selva tropical más grande del sur de África.
Y se encontraba completamente sin documentar: 60 km cuadrados, situado entre los 1.000 y los 1.600 metros sobre una montaña que cuenta con 1.700 metros de altitud, donde crecen árboles de hoja perenne y campan a sus anchas tanto monos como pequeños antílopes o camaleones pigmeos. Un paraíso virgen.
En Nobbot | Voyager de Google Earth te muestra tu conexión con la selva amazónica
Imágenes: Google Earth