Es, junto a Clara Jiménez, el alma mater y germen de Maldita Hemeroteca y Maldito Bulo. Dos proyectos a los que dedican su tiempo libre, pero que podrían ser un futuro proyecto periodístico viable e independiente. “Nos tiramos a la piscina porque yo trabajo en La Sexta”, asegura Julio Montes, aunque también ironiza con que, “si sale bien, dejaremos nuestros trabajos”.
¿Dónde radica el éxito de estos fenómenos? Al desmentir bulos y noticias falsas, ¿están haciendo un trabajo que debería hacer toda la profesión periodística? En tiempos de posverdad y fake news, hablamos con Julio Montes sobre cómo todos, ciudadanos y periodistas, podemos y debemos evitar propagar ciertos rumores.
-¿Cuántas personas conforman Maldito Bulo?
En Maldita Hemeroteca estamos Clara Jiménez y yo. Maldito Bulo es más grande. Tenemos una especie de grupo de sabios en Telegram. No trabajan en el proyecto, sino que tenemos un comité de sabios en el que chequeamos los mismos desmentidos entre periodistas. Son compañeros y amigos.
Cuando alguien encuentra un bulo, hace todo el proceso de desmentido y se envía a un grupo de WhatsApp en el que hay ocho periodistas. Ellos te bombardean a preguntas para que esté todo bien cerrado antes de publicar cualquier desmentido. Siempre podemos equivocarnos, porque somos humanos, pero hay un proceso de periodismo para saber qué es verdad y qué no.
Son ocho periodistas. Además de nosotros dos, están Antonio Maestre, de La Marea; Carlos Hernández Echevarría, subdirector de Más Vale Tarde; Javier Calvo, editor web en El Economista; Nacho Calle, editor de datos en La Sexta; Mario Vera, periodista de laSexta; y el ingeniero David Fernández.
quizá te va muy bien en audiencia durante unos cuantos meses, pero llegará un momento en el que de las noticias falsas no se podrá vivir
-Sois todos hombres…
Sí. Solo está Lucía Jiménez. Es evidente que tenemos que meter a más mujeres en este grupo. Ha sido un proceso inaugurado por Clara y yo, que hemos sido el germen de Maldita Hemeroteca, junto a algunos compañeros conocidos que se han ido juntando. Cuando tengamos el proyecto, si podemos, contrataremos a alguien para que trabaje en Maldita. Todos tenemos trabajo, pero si sale bien el proyectos dejaremos nuestros trabajos.
-De momento es algo que hacéis casi de manera altruista y voluntaria en vuestros ratos libres del trabajo ¿Cuál es la motivación?
Maldito Bulo surge porque en un grupo de WhatsApp de compañeros del fútbol no paraban de subir bulos sobre los refugiados y hacíamos desmentidos amateurs. Lucía y yo decidimos que, igual que teníamos Maldita Hemeroteca, podíamos hacer Maldito Bulo. Y la verdad es que ha funcionado muy bien.
Lo seguimos haciendo en nuestros ratos libres, fuera del trabajo, pero todos los días colaboramos con Julia Otero y nos van saliendo bolos. La idea es crear una plataforma con las diferentes cosas que tenemos (Maldita Hemeroteca, Maldito Bulo, Maldito Dato) para hacer una especie de grupo de periodismo donde no te la cuelen y ver si somos capaces de ser sostenibles como una especie de medio de comunicación.
-¿Por qué tiene éxito algo como Maldito Bulo?
Porque es muy transversal. Maldita Hemeroteca es más para frikis de la política, pero Maldito Bulo es para evitar que a todo el mundo se la cuelen en un grupo de WhatsApp. Quiere ofrecer herramientas para evitar que te la cuelen. O incluso para que, cuando alguien pone una noticia falsa, se lo puedas rebatir.
Es muchísimo más cercano. Es un producto que, aparte de que está de moda por el tema de la posverdad, es algo a lo que la gente tiene miedo: que le cuelen noticias falsas. Es una herramienta fácil, que la tienes en tu timeline, en la que no te tienes que meter en ningún enlace, que lo tienes en una foto… Es de un consumo muy cercano y muy simple.
-¿No es un poco contradictorio que los periodistas estén generando bulos y que estéis haciendo una herramienta para desmentir noticias?
No creo que en España los periodistas sean los creadores de bulos ni muchísimo menos. Ni en Estados Unidos, donde la gente ha generado noticias falsas para ganar dinero. Incluso provienen de otros países.
¿Hay periodistas y medios de comunicación en España que mienten? Sí, desde luego. Pero no creo que sea un problema tan grave en la profesión como el que hay detrás: lo incontrolable que son las noticias falsas que te llegan por WhatsApp o Facebook. En Twitter es más fácil combatirlo, pero en Facebook son muros donde no puedes entrar para decir que algo es mentira.
En España la mayoría de las cosas son equivocaciones, más que noticias falsas creadas ad hoc.
no creo que el tema de las noticias falsas sea un problema del periodismo y los periodistas, sino de los medios de comunicación que se nutren de noticias virales para ganar audiencia
-Pero una equivocación es una dejación de funciones: no contrastar, no verificar… ¿Estáis haciendo un trabajo que deberíamos hacer todos los periodistas?
Puede ser, pero es un problema que tiene que ver con la precarización del sector: que te pidan constantemente sacar contenidos. No culpo al periodista, sobre todo cuando somos capaces de reconocer que la información no es correcta. La culpa la tiene el medio y, con herramientas como las que estamos creando estamos creando (como un plugin para que puedas descargar en el navegador y puedas ver cuántos noticias hemos desmentido de ese medio), quizás puedes evitar que te cuelen una noticia falsa.
La gente tampoco es tonta y, si ve que un medio de comunicación se la ha colado varias veces, yo creo en la gente y creo que dejará de leer ese medio de comunicación.
Es una carrera de fondo, también para los medios: quizá te va muy bien en audiencia durante unos cuantos meses, pero llegará un momento en el que de las noticias falsas no se podrá vivir, porque tú audiencia se dará cuenta y dejará de leerte.
-¿Habéis recibido peticiones o ayuda de otros medios o periodistas, más allá de los que formáis Maldito?
No. Lo que sí nos han pedido son cursos, entrevistas e ir a las redacciones para enseñar las herramientas que hay para saber si algo es falso.
Muchas veces el bulo es muy fácil de desmontar. Otras veces tiene un proceso periodístico detrás. Pero si sabes utilizar determinadas herramientas, por ejemplo de fotos para saber si es verdadera o no, o de vídeos para saber el origen, es más fácil que no te la cuelen.
Creo que los mismos periodistas somos los primeros interesados en mejorar y en tener herramientas para compartir las noticias falsas. Por eso, no creo que el tema de las noticias falsas sea un problema del periodismo y los periodistas, sino de los medios de comunicación que se nutren de noticias virales para ganar audiencia y en personas que generan esas noticias falsas.
-¿Tenéis medido cuánto os cuesta desmentir un bulo?
Depende mucho del bulo. Uno puede ser simplemente una foto. Basta con hacer una búsqueda inversa y ver el origen de la foto para desmentirlo. Pero otro puede ser más complicado.
Por ejemplo, hubo un vídeo que estuvo circulando mucho que decía que un musulmán había pegado a una médico en un hospital del sur de España. Eso tuvo más trabajo porque había que encontrar el origen del vídeo, seguir el recorrido para ver de dónde salía, etc. Recientemente, en Cataluña salió una foto de una mujer que se llevaba la policía a cuestas y decían que era la misma señora que estaba con Otegui. Eso fue un trabajo periodístico detrás hasta localizar a la persona de la foto. Gracias a la comunidad, empiezan a salir pistas y hasta pudimos localizarla.
No te sabría decir un tiempo medio. Si es fácil, no se tarda nada; pero si es difícil, es hacer una noticia de algo que no es noticia.
Hay gente que está tan mentalizada con un tipo de mensaje que, si el bulo que le llega concuerda con lo quieren, lo dan por bueno
-¿Cuál es el maldito bulo que habéis sacado del que sentís más orgullosos, si es que hay alguno?
A mí me fastidia mucho los bulos sobre refugiados. Éste que estábamos hablando del hospital es uno de los que, cuando lo sacas, te sientes orgulloso. Hemos crecido mucho con Cataluña, pero hay una guerra política detrás en la que hay noticias falsas desde los dos lados. No hay ni el bueno ni el malo de la película.
Pero cuando te identificas con la víctima, como es en el caso de los refugiados, sobre el que están mintiendo, tienes mucha más satisfacción al sacarlo. En otros casos, siempre tienes una satisfacción periodística por haber hecho tu trabajo. Pero con temas como los refugiados tienes la satisfacción de estar con el lado débil de la historia.
Uno de los primeros bulos que sacamos fue de mediterraneodigital. Titularon que una familia italiana había recogido a un refugiado y que éste había violado y dejado embarazada a su hija. Desgraciadamente, habían violado a una niña de 9 años en Italia, pero el resto de la historia era mentira: ni era un refugiado ni estaba acogido en ninguna casa. Son estructuras que se montan a través de determinados medios que quieren hacer llegar el mensaje de que los refugiados son malos. En estos casos, aparte del trabajo periodístico, sientes más el estar haciendo un bien social directo.
-¿Cuál es el que os ha parecido más increíble que la gente se crea?
Me hacen mucha gracia todos los de Inés Arrimadas: que si sale con una bandera de Falange o haciendo un saludo nazi… Ves las fotos y la persona que aparece no se parece en nada a Arrimadas. Cómo se pueden creer esas noticias me llama mucho la natación.
Hay gente que está tan mentalizada con un tipo de mensaje que, si el bulo que le llega concuerda con lo quieren, lo dan por bueno. Por ejemplo, si crees que Ciudadanos es un partido falangista, en estos bulos ves directamente a Inés Arrimadas, aunque no se parezca en nada.
Hay otro fenómeno que también me llama mucho la atención: cómo es la gente cree cualquier tweet, sea verdadero o no. Te mandan una captura y todo el mundo se lo cree. Rita Maestre tiene un serio problema con un tuit que siempre vuelve, en el que se dice que ojalá ETA hubiera matado a más guardias civiles. Ahí tenemos un trabajo muy importante de lograr crear la viralización del desmentido, para que cuanta más gente le llegue el desmentido, más posibilidades hay de que alguien te diga “oye, que eso es falso”.
-¿Qué recomendaciones harías para que los ciudadanos no caigamos en los bulos?
Si la burrada que te está llegando no tiene un link, directamente en cuarentena. Si tiene link a un medio, ¿puede ser que el medio en el que creas se había equivocado y sea una noticia falsa? Estadísticamente, hay más probabilidades de que noticias de El Confidencial o eldiario.es sea cierta que no 12minutos.com, que está creado para generar noticias falsas.
Una cosa que tenemos que lograr los periodistas es recuperar el prestigio en los medios de comunicación. Eso también servirá para que la persona a la que le llegue ese bulo crea en el medio y no en la foto fija sin nada más
-¿Y para los periodistas? ¿Cómo podemos evitar ser víctimas de bulos y volver a los orígenes de confirmar las noticias las veces que haga falta?
Para los periodistas, es más difícil dar consejos, porque en general la gente hace bien su trabajo. Lo que tiene son más dificultades y falta de tiempo para contrastar absolutamente todo. Pero una de las claves es precisamente volver a desconfiar de todo. La mejor capacidad que tiene un periodista es no confiar ni en el político ni en la noticia que estás viendo. Al final es volver a los orígenes, pero muchas veces no hay tiempo.
En Nobbot | Nacho Cardero (El Confidencial): “No hay dinero para tantos medios”