Llevamos años escuchando los anuncios sobre la llegada al mercado de pantallas autorreparables para nuestros smartphones, casi tantos años -bueno, quizás no tantos- como pantallas llevamos rotas. Será que lo bueno se hace esperar y habrá que tener paciencia. Los últimos que vuelven a insuflar esperanza en nuestros ánimos, hasta que se produzca el feliz acontecimiento, han sido unos investigadores de la Universidad de Tokio. Según han publicado en la prestigiosa revista Science, han desarrollado un cristal que se autorrepara haciendo presión durante unos segundos en las zonas dañadas.
Este nuevo polímero, llamado poliéter de tiourea, es un material con una resistencia similar a la de los materiales de las actuales pantallas, y sus creadores lo definen como «altamente robusto». La mayor novedad del descubrimiento se halla en que el proceso de reparación puede realizarse a temperatura ambiente, con realizar presión sobre la zona durante unos 30 segundos en una habitación a 21 grados centígrados. El equipo de investigadores ha asegurado que otros materiales autorreparables similares requieren temperaturas de hasta 120 grados.
Como tantas cosas en la vida, el descubrimiento del poliéter de tiourea tuvo lugar de manera accidental por parte de Yu Yanagisawa, un estudiante de la Universidad de Tokio. Yanagisawa, que preparaba el material para su uso como pegamento, descubrió que al cortar el polímero, sus bordes se adherían al acercarlos, tal como ha explicado Takuzo Akida, director de la investigación, en declaraciones a NHK News. Como buen japonés, ha sido humilde a la hora de reconocer méritos y no se ha atribuido el éxito del estudiante. Cómo son en el país del Sol naciente.
LOBEZNO y las pantallas autorreparables
Como decíamos al inicio del artículo, esta no es la primera vez que nos ponen la miel en los labios con hallazgos que abren la puerta a la fabricación de pantallas autorreparables para nuestros smartphones. Este mismo año, científicos de la Universidad de California anunciaron un material muy resistente, capaz de repararse por sí mismo 24 horas después de ser dañado. El material se creó a partir de una sal iónica y unos polímeros elásticos capaces de estirarse hasta alcanzar 50 veces su tamaño original. Además, al tratarse de un material altamente conductivo, podría integrarse perfectamente en las pantallas de los dispositivos.
Chao Wang, una de la autoras de la investigación, declaró que se inspiraron en Lobezno, el personaje de los X-Men que se regeneraba por sí solo de sus heridas. La propia Wang, en declaraciones a «Bussiness Insider», afirmaba que espera que el material autorreparable podría comenzar a llegar al mercado en torno a 2020. Ains.
cristales que cicatrizan
El caso es que la inspiración, como bien saben los poetas, llega cuando menos se la espera y de fuentes muy variopintas. Si en el caso de los científicos de la Universidad de California llegó de la lectura de cómics, en el de los investigadores de la Universidad de Bristol, la idea surgió de la contemplación del mecanismo de cicatrización que ocurre en nuestra piel en algún corte o herida, creándose un nuevo tejido fibroso.
Este equipo de investigadores anunció en 2015 el hallazgo de un material que basa su estructura en una matriz de microesferas que contienen un líquido compuesto de distintos compuestos químicos derivados del carbono. En el caso de que la superficie se rompa, las microesferas liberan ese líquido que, con un catalizador y con la temperatura adecuada, generaría una nueva estructura sólida que cubriría las roturas.
Los científicos ingleses crearon este material para su uso en alas los aviones, pero está claro que su aplicación podría ir mucho más allá y, a su utilización en smartphones, se podría añadir su aplicación en campos tan diversos como la cosmética (esas uñas…) o la industria automovilística.
fundas de ganchillo de la abuela o mini patitos hinchables
Y es que 2015 fue un año especialmente esperanzador para los que, desesperados por múltiples accidentes, estamos ya pensando en cubrir nuestros smartphones con fundas de ganchillo de la abuela o mini patitos hinchables. Así, ese año, LG presentó su modelo G Flex con una carcasa con capacidad para autorreparar las marcas del uso y golpes de pequeña magnitud.
Para ello, LG desarrolló una nueva resina de polímeros, que se expande reparando el acabado brillante de la carcasa del LG G Flex 2 en poco más de diez segundos.
En fin, mientras llegan estas pantallas autorreparables -ya veremos los costes de producción que asociados a estos hallazgos cuando sea el momento de pensar en su explotación comercial- los fabricantes de smartphones los equipan con robustos cristales como Corning Gorilla Glass o recubrimientos de zafiro para que sus pantallas sean más duraderas. Parecen no conocer la capacidad de los humanos, o por lo menos algunos de nosotros, para destrozar cualquier cristal o vajilla de té que se ponga a nuestro alcance. También algún corazón, pero ese está acostumbrado a autorrepararse.
Imagen: Pixabay