Las fuentes de energía renovables son el futuro, dado que, en comparación con otro tipo de generadores, su impacto es muy bajo y hacen uso de un bien que se renueva con el tiempo. El carbón, el petróleo o el uranio son ejemplos de bienes no renovables, mientras que el viento o la luz solar sí lo son: puedes “capturar” gran cantidad de viento o fotones sin gastar la fuente que los produce.
Pero, ¿vamos por buen camino? ¿Estamos trabajando para que las energías renovables supongan el 100% del mix energético? ¿Cuánta de la potencia mundial viene de las energías renovables? En este artículo analizamos el caso español, el europeo y, finalmente, el mundial. Hay esperanza, pero tenemos que trabajar duro.
¿Podemos tener una civilización solo con fuentes renovables?
Una de las preguntas que se suele hacer la gente es si podemos vivir únicamente de las fuentes renovables. La respuesta es que sí, usando un mix de ellas, del mismo modo que usamos un mix de energía de todo tipo en la actualidad; aprovechando las ventajas de cada una en cada ámbito.
Energía geotérmica, para calefactar o refrigerar espacios. Dicho de otro modo, como climatizador hacia el confort. Aunque es cara de implantar, una vez construidas las cañerías podemos aprovechar el calor y frío del interior del suelo para templar nuestra vivienda. Puede aprovecharse de día y de noche.
Energía solar, probablemente la más importante y con mayores tasas de abaratamiento, se acopla perfectamente a la demanda de los picos de consumo y puede ser instalada en cualquier lugar del globo; así como en cualquier lugar de la ciudad: suelos, paredes, tejados, etc.
Energía eólica, usada ya en siglos pasados para moler grano, hoy día nos genera electricidad para alimentar nuestras ciudades y nuestros coches. A partir de una cota de 15 metros (aproximadamente) todas las regiones del globo tienen corrientes aprovechables, y el viento sopla a todas horas del día.
Energía maremotriz, con una localización ideal debido a que la mayor parte de los entornos urbanos del mundo se encuentra en la costa; y es buena idea acercar consumo a generación. Sigue siendo una tecnología en desarrollo, pero con un potencial enorme.
El problema de estas fuentes primarias es el almacenamiento de energía, muy costoso hasta el momento. Pero es aquí donde entra la hidráulica.
Energía hidráulica, que, aunque tiene un coste ambiental significativo en su construcción (los pantanos), se convierten en reguladores de potencia magníficos, abriendo las exclusas cuando sea necesaria un plus de energía; e incluso remontando el agua cuando tengamos excedente para usarla luego, convirtiéndose así en “baterías” de agua.
¿Qué tal va España en instalación eléctrica renovable?
Por muchos son conocidas las grandes presas de España, de las que se dice que ya no es posible construir ningún embalse más, y que durante muchas décadas nos han estado dando un buen servicio. No fue hasta 1984 que se instaló la primera turbina eólica en Cataluña (15 kWp). Ese mismo año en San Agustín de Guadalix se construyó la primera instalación fotovoltaica (100 kWp). Cuando hablamos de instalaciones concretas, se suele hablar de vatios pico o Wp.
Desde 1984, nuestro país se convirtió en un faro de la eólica y la solar, llegando a estar entre los primeros instaladores del mundo. Sin embargo, en 2013 prácticamente se detuvo al completo la construcción de nuevas instalaciones, motivo por el que nuestro país retrocedió hasta ponerse a la cola de Europa, e incluso fuimos denunciados a nivel internacional por pasividad.
En el gráfico se observa cómo la potencia instalada se detuvo en seco en 2013 y no ha vuelto a subir, siendo así imposible lograr el objetivo europeo 20/20/20. No está justificado, en uno de los países con más radiación solar de Europa, con tanta costa y tantas zonas de viento, que el mix energético siga teniendo una base nuclear y un elevado componente de generación térmica.
La energía renovable en Europa, nuestros vecinos
A medida que abrimos el foco a países de nuestro entorno, las estadísticas se vuelven menos consolidadas, y 2014-2015 son los años de los que más datos tenemos, aunque hagamos algunas aportaciones extra. Por ejemplo, los países que menor dependencia de combustibles fósiles tuvieron en 2015 fueron Dinamarca (4%), Estonia (17%), Rumanía (25%) y Polonia (32%). Para comparar, España tuvo ese año un 74% de dependencia en combustibles fósiles.
Según la Eurostat, que muestra en el gráfico de arriba el avance entre 2004 y 2015 de los miembros de la UE, la cuota media de las energías renovables en el mix energético de 2015 fue del 16,7%, un importante cambio frente al 8,5% de 2004 pero con un largo camino por recorrer hasta el 100%.
Suecia ya pasó en 2015 los objetivos 20/20/20 con una producción renovable del 53,9% (marca que sigue mejorando, por cierto), pero no es el único país que ha conseguido los objetivos de emisiones en renovables cinco años antes del toque de campana: Finlandia (39,3%), Letonia (37,6%), Austria (33%) o Dinamarca (30,8%) también lo han logrado. España, no (16,2%), de momento, aunque estamos a tiempo. Tampoco Luxemburgo y Malta (5%), Países Bajos (5,8), Bélgica (7,9%) y Reino Unido (8,2%).
Del mismo informe del Eurostat, la producción en 2015 de energía renovable, expresada paradójicamente en millones de toneladas de petróleo equivalente, fueron de 26,7 frente a las 766,6 millones de toneladas de petróleo equivalente del mix energético total, lo que supone tan solo un 3,48% de energía renovable en Europa. Frente a esta cifra hay dos motivos para ser positivo:
- La energía renovable no baja en ningún país, salvo casos puntuales muy concretos, y permanece al alza (aunque congelada en países como España). Esto significa que, una vez instalada, suele mantener el porcentaje de cuota en el mix, y crecer lentamente.
- Cada vez consumimos menos energía. En 2004, el consumo total de Europa fue de 904,2 millones de toneladas de petróleo equivalente, un 17,9% más que en 2015.
Estos dos factores combinados hacen que las renovables sean, año tras año, más importantes en nuestras viviendas.
¿Está el mundo orientado a las fuentes renovables?
Por desgracia, una visión planetaria no es demasiado esperanzadora. Al menos no tanto como en zonas punteras, como California, que el 13 de mayo de 2017 consiguió el pico del 67,2% de consumo renovable. Muchos países, como Camboya, están decididos a dar una oportunidad a las energías renovables, como se ve en esta captura satelital del Landsat 8 de la NASA de un proyecto que generará 400 MWp:
A dam project designed to generate 400 megawatts of electricity, making it the biggest hydropower station in Cambodia, was captured by our satellites on Feb. 14, 2017 before the floodgates closed and on Feb. 1 2018 after water levels began to rise: https://t.co/1F4wj9Xgz8 pic.twitter.com/tZvPrajyUi
— NASA (@NASA) February 26, 2018
China es otro de los países que más energía hidráulica instala, con un 27,9% del pastel mundial en 2015 según el informe Energías renovables 2016: reporte de la situación mundial. Aquel año la capacidad mundial en energía hidráulica alcanzó los 1.064 GW de potencia.
La potencia fotovoltaica se queda mucho más lejos, y rozó los 225 GW, 50 de ellos instalados en 2015. España, que había sido líder de Europa en años anteriores, quedó relegada al octavo puesto. En 2017 es posible que hayamos salido del TOP 10 si seguimos con la misma política al respecto.
Fuente: Energías renovables 2016: reporte de la situación mundial
Con respecto a la energía solar térmica, en 2015 la tendencia empezó a frenar, instalándose solo 40 GW y dando como resultado 435 GW térmicos totales. Aunque muy útil y barata, y válida en todo el globo, ya comentamos que resultaba muy costosa en su instalación inicial.
La energía eólica siguió subiendo en lo que parece la base de un crecimiento exponencial, con un total mundial de 433 GW de los que 63 GW se instalaron en 2015. China vuelve a estar a la cabeza, con un 12,4% de la cuota eólica mundial.
Todos estos datos parecen esperanzadores, ya que da la impresión de que cada vez se instala más potencia renovable, y esto es cierto en términos absolutos. El problema viene cuando la comparamos con la potencia eléctrica total mundial, que crece a un ritmo mucho mayor que la producción de energía limpia:
El Banco Mundial elaboró en 2015 el gráfico de arriba, que muestra el consumo eléctrico per cápita expresado en kWh con estadísticas de la OCDE/AIE. La gráfica de abajo muestra la potencia total consumida a nivel mundial, desglosada en sus diferentes generadores.
Aunque la potencia renovable crece rápido, el uso del petróleo o del gas lo hacen todavía a buena velocidad, y el carbón se disparó en la década de los 2000. La caída en picado de 2014-2016 es el abandono de lugares como Australia, EEUU o Europa del carbón, pero se prevé un repunte de China y la India. Por ejemplo, en los nueve primeros meses de 2015, China aprobó la construcción de 155 plantas de carbón. La energía nuclear probablemente alcance su pico en la década de 2020, y decaiga lentamente a medida que se cierren las centrales.
Los ciudadanos de países “desarrollados” tenemos la obligación de pasarnos cuanto antes a las energías limpias. Primero, para dar ejemplo a otros países y, segundo, para hacer que se reduzca el coste de las distintas instalaciones. Pese a que el autoconsumo está penado en España, siempre queda la opción de elegir una eléctrica que solo opere con energía renovable. Nos va el planeta en ello.
En Nobbot | Cómo almacenar electricidad para depender menos de las centrales térmicas y nucleares
Imágenes | iStock/NanoStockk, iStock/DiyanaDimitrova, iStock/Juan Enrique del Barrio Arri