En España hay 450.000 personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA). David Mínguez es uno de ellos. Le diagnosticaron síndrome de Asperger cuando tenía 12 años. A partir de ese momento empezó a comprender –él y su entorno– por qué su interés por Egipto se había convertido en una pasión casi obsesiva.
Ahora, aunque mantiene su curiosidad por los faraones, su fijación es otra: la informática. Un campo que demanda unas habilidades y capacidades que las personas con Asperger han demostrado tener. Su elevada concentración, capacidad de análisis y perseverancia son cualidades que les convierten en aptos para formar parte del mercado de trabajo.
Sin embargo, entre el 76% y el 90% de las personas con TEA en edad laboral están desempleadas, según datos de Autismo Europa. Al igual que le ocurre a David, a pesar de ser administrador de redes con certificado oficial de Cisco (CCNA) y consultor de pruebas de software (Certificado de Primer nivel del Foundation Level del ISTQB).
HABILIDADES INNATAS PARA DESARROLLAR CÓDIGO
Tener un trabajo debería formar parte de su desarrollo como personas con plenos derechos en una sociedad de la que ya no están excluidos, pero en la que siguen siendo vulnerables. Para ello es necesario no sólo que ellos conozcan sus puntos fuertes, sino que las empresas cambien su visión.
“La incorporación de estas personas a sus plantillas no debe verse como una ayuda, sino como una forma de aportar talento a su engranaje”. Así lo explicaba Carmen Montes, directora de Inserta Empleo, durante la presentación de TICTEA el pasado 10 de abril en Madrid. «Vamos a hablar de talento y no de limitaciones”, precisaba.
Este programa está diseñado para facilitar la incorporación de personas con Asperger a puestos de alta cualificación técnica. Impulsado por la Fundación ONCE y Microsoft, la iniciativa parte del éxito obtenido por esta compañía en su sede de Estados Unidos.
Allí llevan aplicando un proyecto similar desde hace tres años. En este tiempo, más de 50 personas con TEA han pasado a formar parte de su plantilla. «Los candidatos y empleados con trastornos del espectro autista podrían desempeñar prácticamente cualquier puesto en nuestra compañía», afirma Carlos de la Iglesia, director de Desarrollo Corporativo de Microsoft Ibérica, en una conversación con nobbot. «Pero desde la puesta en marcha del programa, la mayor parte de las incorporaciones han sido ingenieros informáticos, programadores, analistas de datos, científicos de datos o probadores de código».
El éxito ha sido tal que ahora van a trasladar esta experiencia a Europa, con España como país piloto. «Los resultados del proyecto son muy positivos. El impulso de una plantilla diversa a través de una mayor inclusión nos permite obtener nuevos puntos de vista que resultan muy enriquecedores en todas nuestras actividades».
SIN MALA INTENCIÓN
El síndrome de Asperger es un tipo leve dentro de los trastornos del espectro autista. “Precisan menos necesidades de apoyo, manejan un lenguaje más consolidado y tienen un cociente intelectual (CI) medio. Lejos de lo que se suele creer, solo el 10% tiene altas capacidades”, nos cuenta José Antonio Peral, director técnico de la Confederación Asperger España.
A estas habilidades, Peral añade su gran memoria, su procesamiento fino de los detalles y su rigidez en la ejecución de ideas. Mínguez lo confirma: “No hago descansos cuando estoy escribiendo código”. Y añade: “Nuestra pasión la queremos orientar a nuestro trabajo y aprender todo lo posible sobre ella. Por eso tenemos un vocabulario tan amplio y solemos resultar pedantes”
Las personas con Asperger sí comparten con las personas con TEA las dificultades en las relaciones personales y en comprender las emociones. “Somos sinceros y no nos dedicamos a las conversaciones banales. Cuando hablamos, siempre tenemos en mente un objetivo”, aclara David.
Convenciones sociales, como saludar al llegar a una reunión antes de ponerse a trabajar, no forman parte de sus hábitos. “Las personas con Asperger suelen pasar por maleducadas. Hay que entender su forma de comunicación para no atribuirles una intencionalidad negativa”, apunta Gema Pallarés, responsable de los programas de empleo de la Confederación Asperger España.
Pallarés nos cuenta que ella misma es testigo a diario de esa falta de empatía y exceso de sinceridad. Recuerda que antes de acudir a una entrevista de trabajo, recomendó al aspirante que diera una buena imagen. Al llegar, el reclutador iba algo desaliñado. Así que el candidato no dudó en preguntarle por qué a él le habían dicho que tenía que acudir bien vestido y él, sin embargo, no lo había hecho. Por cierto, el candidato consiguió el puesto.
ROMPIENDO BARRERAS
Lo que parece una situación cómica puede generar situaciones complicadas en los lugares de trabajo. Por eso, las empresas han de superar su miedo a lo desconocido y romper barreras.
“No solo hay que tener buena intención, también hay que saber cómo hacerlo”, apunta Montes. “Cualquier oferta de empleo es susceptible de ser cubierta por una persona con discapacidad. Entre el 70% y el 80% no necesitan adaptaciones especiales”.
Pero sí hay que saber detectarlos y diseñar protocolos diferentes para facilitar su entrada en el mercado laboral. De la Iglesia reconoce que es probable que haya personas con Asperger que hayan optado a un puesto de trabajo y no hayan superado la prueba. «Sólo es necesario realizar unos pequeños cambios en los procesos de reclutamiento”. Algo que ya están llevando a cabo en Microsoft, a través del proyecto TICTEA, en el que también están involucradas empresas colaboradoras agrupadas en la International Association of Microsoft Channel Partners (IAMCP).
“Estos cambios se van a introducir en tres aspectos. En el momento del reclutamiento, se van a modificar los criterios de selección para incorporar a las personas con TEA. Cuando lleguen a la empresa, vamos a establecer una pautas para que su aterrizaje sea lo más leve posible. Y se va a impartir formación a los responsables de equipo”, enumera el director de Desarrollo Corporativo de Microsoft Ibérica.
El objetivo es normalizar una situación que deja fuera del mercado laboral a personas aptas para formar parte él. Y que lo que ahora parece extraño, dentro de unos años sea algo habitual.
En Nobbot | Un 60% de las personas con discapacidad utilizan apps que mejoran su vida
Mi hijo es Asperger y está en busca de trabajo pero se le cierran puertas por su condición. Ha realizado ciclos de formación PFI de informática con prácticas incluidas sacando una nota de corte de 8’2. Y recibiendo felicitaciones de sus tutores en prácticas por su desarrollo y habilidades en el sector. Però precisa una oportunidad en el mundo laboral para crecer como persona y que crea en el mismo y en sus capacidades.