En octubre del año pasado el Comité Olímpico Internacional (COI) reconoció los eSports como actividad deportiva. Un paso que les abre la puerta para convertirse en una disciplina olímpica en París 2024. Un requisito imprescindible para alcanzar la categoría de deporte olímpico es cumplir con los “valores olímpicos”, pero no es el único exigido por el COI.
Esta organismo también ha pedido “la existencia de una organización que garantice el cumplimiento de las normas y regulaciones del Movimiento Olímpico, relacionadas con aspectos como el antidopaje, apuestas, manipulación, etc. Y la necesidad de un diálogo con la industria del juego y los jugadores para explorar más esta área”.
Mientras se gestiona la parte burocrática, lo que sí ha reconocido el COI es que los jugadores de eSports se involucran, se preparan y se entrenan con una intensidad comparable a la de los atletas que practican deportes tradicionales. “Y con los mismos valores que ellos”, apunta Álvaro García, director de comunicación de Intel España. “El jugador de hoy no es como el de hace años. Por eso desde Intel estamos tratando de que los eSports se conviertan en deporte olímpico. Creando tecnología y procesadores para ellos”.
Un buen ejemplo de este compromiso y preparación de los jugadores de los eSports se vio el pasado fin de semana (22-24 de junio) en Madrid, durante la novena edición de Gamergy, donde Orange patrocinó la YT Battle Royale, en la que 100 youtubers se enfrentaron para demostrar quién era el rey del popular juego ‘Fortnite’.
Orange, que desde el año 2016 patrocina la primera división de la Liga de Videojuegos Profesional (Grupo MEDIAPRO), que lleva el nombre de Superliga Orange, reafirmó su apoyo a los eSports en este noveno GAMERGY, una edición muy especial porque supuso la unión definitiva entre competición profesional, semiprofesional y juego casual.
Intel, por su parte, fue uno de los patrocinadores de los pasados Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018. Días antes de su celebración, organizó el Intel Extreme Master en esta ciudad de Corea del Sur. Una competición para dar visibilidad al carácter profesional de los eSports y, de paso, aprovechada por el COI para acercar el movimiento olímpico a las generaciones más jóvenes.
NO SE TRATA SOLO DE JUGAR
Aunque los eSports parecen algo nuevo, el primer encuentro se celebró en 1999 y fue el germen de la actual líder de las plataformas de deportes electrónicos: la Electronic Sports League (ESL). Desde entonces, los avances tecnológicos y la llegada de nuevas generaciones de jugadores le han otorgado un carácter profesional que va más allá del juego. Ahora ya se puede empezar a vivir de ello.
Como en toda carrera profesional, hay que prepararse. “Es necesario desarrollar capacidades formativas y terapéuticas. Hay una parte educativa y de transmisión de valores, y es necesario trabajar desde el principio la capacidad de adaptación”, afirma José Ruiz, director de e-Squad.
En esta escuela de eSports, una de las primeras de España, tienen como objetivo proporcionar a los alumnos una formación integral que les ayude a desarrollar su carrera profesional. No se trata solo de jugar, sino también de fomentar competencias que ayudarán al alumno a desenvolverse en un entorno de trabajo.
Por eso, todas sus clases se basan en el trabajo en equipo. Los profesores se encargan de distribuir los roles de cada uno siguiendo las ‘5C’. Un esquema procedente del entorno empresarial: complementariedad, comunicación, coordinación, confianza y compromiso.
Además de profesores de eSports, el equipo docente está formado por psicólogos, fisioterapeutas y profesionales de la comunicación y RR.SS. La idea es formar a los alumnos en la demanda de perfiles que ya está requiriendo este sector. Esto incluye a jugadores y entrenadores, pero también a analistas y comentaristas, más conocidos como ‘casteadores‘.
Una profesión con futuro
Junto al trabajo en equipo, en e-Squad potencian otras habilidades. Entre ellas la gestión de la frustración, la formación en disciplina y el desarrollo del pensamiento crítico. Algo que ayuda a los jugadores a saber enfrentarse a un fracaso, desarrollar la autoestima y ser capaces de tomar decisiones y resolver problemas.
“Convertirse en profesional tiene un fuerte impacto en los jugadores. Ganan gran notoriedad en las redes sociales y comienzan a aparecer en diversos medios”, afirman desde esta escuela. “Por esto también creemos necesario formarles para que sus intervenciones en medios, eventos o redes sociales respalden los valores del deporte”.
e-Squad cuenta con su propio equipo de deportes electrónicos, los Ninja Dragons, formado por alumnos de la escuela. Lo que les ayuda a prepararse para empezar a vivir de lo que les gusta. Una profesión aún desconocida para la gran mayoría. “Hay que hacer una labor formativa, como en su día se empezó con el tenis. Y que los comunicadores expliquen las reglas del juego y en qué consiste”, sostiene Ruiz.
Quien también afirma que “sería fabuloso que la comunidad educativa se involucrara más”. Cualidades como el desarrollo de la memoria, el aumento de la concentración, la coordinación ‘mano-ojo’ o la alfabetización digital forman parte del currículum de esta actividad deportiva con tintes de convertirse en disciplina olímpica.
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