El inglés sigue siendo el esperanto del mundo. El idioma de sir Paul McCartney es hablado por menos nativos que el chino y el español. Sin embargo, su fuerza se basa en otros factores. Está presente en todos los continentes, es el idioma oficial de los países más influyentes del planeta y, en consecuencia, es el lenguaje de los negocios y de internet. Por muchos Alibaba (Chino) o Telegram (Ruso) que triunfen, la red sigue siendo un ‘país’ de habla inglesa.
Aun así, los equilibrios geopolíticos del planeta están cambiando y el poder de influencia de algunos idiomas ya no es el mismo. El mundo es y será cada vez más multipolar y según muchos headhunters, para una vida llena de éxitos harán falta al menos otros tres idiomas, además del nativo. Aprender inglés es necesario, pero ya no suficiente. Tal vez no se tenga que alcanzar la elocuencia de Shakespeare o Goethe, pero será mejor mantener muchas puertas abiertas.
Además, ahora la falta de tiempo no puede ser una excusa. Josh Kaufman, en su libro ‘Las primeras 20 horas’, asegura que 20 horas de actividad planificada e intencional son suficientes para aprender una lengua a buen nivel. Siendo, por supuesto, la definición de ‘buen nivel’ muy subjetiva. Según Kaufman, se requieren 45 minutos al día durante aproximadamente un mes para aprender a hacer algo, lo que sea, de forma satisfactoria.
Los tres idiomas preferidos por los ingleses
Muchos anglófonos, y los ingleses en particular, ven en su idioma un reflejo de un antiguo poder. Por lo tanto, son de lo más reacios a aprender nuevas lenguas. Pero algo está cambiando. El Centre for Economics and Business Research and Opinion realizó una encuesta para averiguar qué idiomas desean dominar los británicos. Los primeros tres resultaron ser francés, alemán y chino mandarín. Tal vez unas opciones un poco pasadas de moda y no muy previsoras.
Hablar chino podría ayudar a entrar en ese mercado. Dicen. La realidad es que se lleva intentado desde hace siglos con escasos resultados. Quizás sea mejor esperar a que ellos se lancen a hablar inglés. El alemán puede ser útil por las mismas razones económicas, pero limitadas a Europa. Sin embargo, buena parte de los alemanes habla inglés con corrección. Finalmente, el francés, del que, a menos que sucedan migraciones masivas por el Brexit, no se entiende mucho la utilidad.
Teniendo en cuenta las inquietudes de este loco mundo VUCA, habría que ser un poco más atrevidos. Además del inglés y del chino, no sería malo aprender un idioma menos común. ¿Por qué no estudiar persa? Irán es una potencia regional destinada a contar cada vez más en Oriente Medio. Si no lo bombardean, claro. ¿Qué tal japonés o turco? El ruso, por otro lado, es el idioma eslavo más hablado en el mundo y en su país de origen, el inglés brilla por su ausencia. Aprenderlo, entre otras cosas, es la única forma de leer a Pushkin en idioma original.
Hablar idiomas es sexi
Si los negocios no fueran suficientes para estimular el deseo de estudiar nuevos idiomas, puede servir al corazón. Una vez más Inglaterra es el termómetro de la situación. Allí, el 96% de los participantes en una encuesta admitió que preferiría una pareja con habilidades lingüísticas. En particular, el 76% de los encuestados considera que las personas bilingües son atractivas, más que una tableta abdominal bien esculpida.
Las mujeres inglesas encuentran interesante conocer otras culturas (40%). Y el 21% cree que conocer un segundo idioma demuestra una inteligencia notable. Alrededor del 14% de los entrevistados también confesó que les atraía el misterio de otra lengua. Por otro lado, más del 45% de los hombres dijo querer aprender más sobre otros pueblos para resultar más atractivos. La investigación fue realizada por la aplicación de aprendizaje de idiomas Babbel y la web de citas EliteSingles sobre 6.000 personas.
El futuro es el spanglish
Si los británicos parecen abrirse al mundo, en los Estados Unidos la revolución lingüística es completamente interna. Recientemente, algunos lingüistas han tratado un caso muy especial, el de la ciudad de Liberal, en Kansas. Aquí la población de origen hispano representa el 70% de los habitantes. Se notó que los jóvenes habían empezado a hablar de manera diferente a sus padres. No se trataba de jerga o expresiones particulares, sino de un nuevo acento. Diferente pronunciación y ritmo. Todo en el espacio de una sola generación.
El mecanismo suele funcionar a la inversa: los inmigrantes asimilan, en la medida de lo posible, el idioma de las personas nativas. Sus hijos crecen completamente bilingües. Hablan el idioma local con el acento local y el idioma de los padres con el acento de los padres. En Liberal no fue así. La población hispana ha desarrollado su propia versión del acento de Kansas y, convirtiéndose en mayoría, la ha impuesto al resto de la población. Incluso a los que no hablan castellano.
La población hispana en el país más poderoso e influyente del mundo crece constantemente y es probable que el spanglish acabe siendo el idioma nacional en unos pocos años. A pesar de Trump.
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