El modelo social europeo se está transformando por los cambios tecnológicos y productivos. Si bien existe una creciente demanda de trabajo flexible, también existe una creciente preocupación por la falta de seguridad para los trabajadores y los crecientes costes que esto implica para los sistemas de seguridad social. Con las oportunidades y desafíos que implica la automatización y la inteligencia artificial, ¿está el modelo social europeo preparado ante los profundos cambios en el mercado laboral? ¿Se necesita una nueva negociación entre gobiernos, empleadores y trabajadores para evitar la precarización del empleo?
Algo que asusta sobre la irrupción de los robots en nuestras vidas y, en concreto, en nuestra economía es la destrucción de empleo que pueden provocar y eso que, por ahora, asistimos más bien a una ”destrucción creativa”. De esta forma, si por un lado se destruyen puestos laborales, por otro se crean otros diferentes, y durante unos años parece que ambas tendencias (destrucción y creación) irán parejas. En realidad, si aplicamos al asunto cierta perspectiva histórica, desde la Revolución Industrial, la automatización de las tareas ha llevado a crear nuevos tipos de trabajos y desplazar otros.
Según se puso de manifiesto en el Summit digitalEs 2018, el potencial de la tecnología que hoy tenemos para sustituir los trabajos actuales es del 50%, lo que significa que la mitad de los empleos ya existentes se podrían sustituir ya con robots. En economías desarrolladas, el impacto será incluso mayor, con hasta un 27% de horas de trabajo sustuidas por procesos de automatización en países como Japón. En España, esta cifra rondaría el 23%.
pactos para evitar la precarización del empleo
Isabel Araque, Secretaria Confederal de Política Sindical de UGT descató que nos hallamos ante una transformación más importante que la que se produjo en la Revolución Industrial. Insistió en que hay que evitar la precarización de los trabajadores en un futuro en el que se destruirá empleo y, para ello, es preciso el pacto y la negociación entre los distintos agentes del mercado laboral. Araque subrayó la necesidad de una transición legislativa para hacer frente a la precariedad laboral que ya se vislumbra. «Si no somos capaces de aumentar salarios iremos a la polarización, pero no solo en el entorno laboral sino también el social». Desde UGT proponen que haya políticas activas de empleo para recuperar a personas que se puedan quedar descolgadas en este proceso, con un plan nacional de inclusión tecnológica.
Por su parte, Antonio Peñalver, CEO de SOPRA STERIA, destacó la necesidad de que la fuerza de trabajo se adapte a este nuevo tiempo, mediante la formación. «A pesar de la erosión del empleo que se puede producir a corto plazo, a medio y largo plazo surgirán nuevos entornos, sectores y empleos que mejorarán el desarrollo global, afirmó. «Ninguna revolución industrial ha aumentado el paro y esta tampoco lo hará». El reto para países, empresas y personas es intentar que este proceso transformador se produzca de la forma menos traumática posible.
José Manuel Mas, Director General, EXPERIS IT, se mostró convencido de que la transformación tecnológica del mercado de trabajo creará empleo. «En España habrá una creación neta de millones de trabajos, sobre todo en el sector industrial».
“robot factory manager”… el jefe de las maquinitas
Un ejemplo de nuevo trabajo surgido al socaire de la robotización puede ser la figura del “Robot Factory Manager”, que ya aparece en los organigramas de grandes compañías. Hablamos con Javier Castellanos, que ocupa este puesto en Orange, y que nos tranquiliza sobre la “invasión robótica” de las oficinas.
En su compañía, los robots entendidos como software se utilizan para descargar a los empleados de tareas mecánicas que, como tales, podrá hacer de forma más eficiente un ingenio mecánico: copiar, pegar, mandar correo, cruzar archivos, crear informes.
”Lejos de destruir empleo, creo que en Orange los robots significan una oportunidad de oro en nuestro desarrollo. Pronto nos parecerá algo del pasado ver a compañeros ingenieros, con un conocimiento de negocio increíble, invertir cinco horas a la semana en cruzar excels. De eso va todo esto. Tenemos muchísimo talento en la compañía y los robots nos van a dejar demostrarlo, quedándose con aquellas tareas que todos sabemos que tenemos que hacer pero hacerlas no nos satisface ni a nivel personal ni profesional”, explica Javier Castellanos.
amenaza Al crecimiento
Como vemos, la robotización abre grandes oportunidades a empresas y trabajadores, pero hay que afrontar el reto de evitar la precarización del empleo para no comprometer el crecimiento económico global.
El impacto de la automatización en los ingresos varía, según los distintos analistas. Por ejemplo, el escenario base del informe de Bain & Company, en el que la automatización desplaza del 20 al 25 por ciento de los trabajadores en EE. UU., afectará de forma más acusada al segmento más bajo. El análisis de Bain & Company muestra que es probable que los trabajadores que actualmente ganan entre 30.000 y 60.000 dólares anuales experimenten la mayor disrupción de la automatización. Se espera que la automatización tenga un impacto más reducido en aquellos con ingresos entre 60.000 y 120.000 dólares al año y el menor impacto negativo se registrará en aquellos que ganan más de 120.000 dólares.
El propio Stephen Hawking alertó en un artículo sobre la gran desigualdad económica que está produciendo el progreso tecnológico. La automatización de las fábricas ya redujo los puestos de trabajo en la manufactura tradicional y ”la inteligencia artificial va a seguir con la destrucción del empleo en la clase media. Solo quedarán algunos cargos para los más creativos o para supervisar”. Además, siempre según Hawking, internet ha permitido que unos pocos hagan mucho dinero empleando a poca gente. Esto es inevitable, pero también es ”socialmente destructivo”.
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