¿Quién no ha crecido con los grandes clásicos de animación de Disney? Disney siempre ha sido tan criticado como alabado, pero el impacto en nuestra cultura es innegable. Este mastodonte del entretenimiento y la animación se ha forjado a partir de experimentar durante casi 80 años con personajes y películas icónicas, representando cualidades humanas y una historias de superación que han influido de generación a generación en todo el mundo. “Disney. El arte de contar historias” es una exposición que descubre cual es el origen de las películas más conocidas de Disney, explicando la transformación de los personajes y tramas de la literatura clásica al cine de animación caracterizado por su movilidad y sensibilidad. Podremos visitar este recorrido de auténticas obras de arte universales del 19 de julio al 4 de Noviembre en CaixaForum Madrid.
Esta exposición está formada por un amplio conjunto de dibujos, desde acuarelas hasta impresiones digitales, que guían al visitante de manera cronológica por toda la trayectoria creativa de los estudios Disney. Con este recorrido visual pretenden mostrar el origen, el proceso y muchos de los secretos de una veintena de títulos, desde Los Tres Cerditos (1933) hasta Frozen (2013). Estas dos películas son un ejemplo de cómo ha evolucionado la industria que inventó el primer hombre que dicen congelaron vivo, Walt Disney. Desde peliculas hechas con medios ahora prehistoricos, pero que generaron cambios sociales, hasta las más modernas creaciones animadas, forman el interesante repertorio visual de la industria de Disney.
Los tres cerditos y la crisis feroz
La crisis económica de 1929 y la gran depresión de los años 30 generaron en la sociedad americana sentimientos de asfixia, adversidad y frustración. Fueron numerosos los intentos de mitigar el duelo que provocaba esta situación en la población; y uno de estos intentos se apoyó en la historia de Los tres cerditos. Estos animales tenían muy pocas virtudes o algún que otro defecto, pero aun con esas características fueron capaces de salir indemnes de los ataques de un malvado lobo empeñado en acabar con ellos y con sus casas. A partir del triunfo del sentido racional, la prevención y el ahorro del primer cerdito sobre el descuido, la negligencia y la despreocupación de los otros dos, se puede observar como el autor realiza una apología del capitalismo y el libre mercado. La melodía que cantaban Los tres cerditos después de conseguir que el lobo volviese con una mano delante y otra detrás, se convirtió en un himno para los norteamericanos que veían en estos personajes de ficción una suerte de ejemplo vital. ¿Si estos cerdos podían con su mayor oponente, cómo no iban ellos a superar la crisis?
Frozen y sus lecciones para todas las edades
En Frozen – y sin querer hacer spoiler-, no se aprecia un incentivo para cambiar una situación social, sino que a partir de diferentes situaciones que conforman la difícil historia de dos hermanas, se reflexiona sobre diferentes lecciones de vida. Una de las reflexiones clave trata sobre cómo condiciona a un niño que los padres tomen decisiones importantes sin consultarle.
Pese a que aún no tengan una comprensión completa como la del adulto, son capaces de entender lo suficiente. No hacer que participen en las decisiones que les afectan, les llevará a sentirse solos y a encontrar su “salvación” en otra persona, en el caso de la protagonista Anna, en su primer príncipe. Otro punto interesante que se puede observar en la película, es aquel que trata sobre cómo la soledad, la falta de aceptación de uno mismo, el lento crecimiento personal o la falta de libertad y de descubrir los límites personales se relacionan con la marginación de las personas por ser diferentes.
Estos son solo dos ejemplos de lo que podemos encontrar en la exposición de Disney. Además de observar en la muestra fragmentos de notas de producción, storyboards y estudios de personajes que permiten comprender el proceso de materialización y de evolución de esas historias.