¿Alguna vez te has preguntado por qué los head-up display se parecen tanto a los que se muestran en películas de ciencia ficción? Lejos de ser una casualidad, es un hecho intencionado. Muchas marcas inspiran sus diseños en conceptos de ficción. Algo que ocurre desde hace tiempo y conforma nuestra tecnología.
Como ya pasó con la Agencia Espacial Europea, que repasó las historias de ciencia ficción para construir ciencia real, ahora las empresas están interesadas en hacer posible lo que vemos en el cine. Y, más importante, tal y como lo vemos en el cine. El espectador de películas es usuario de servicios y quiere que todo funcione como lo ha visto en las películas.
“Lo quiero como en Marvel”
Hace ya más de una década, representantes del Universo Cinematográfico de Marvel (Hulk, Thor, Viuda Negra…) pidieron a la empresa Perception que diseñase la tecnología de la saga. No solo a nivel funcional (dentro de la ficción), sino también visual. Cuando observamos a Iron Man ponerse el traje o a Peter Quill pilotando, vemos el trabajo de Danny González y Jeremy Lasky, fundadores de la marca.
Sin duda el MCU ha sido un éxito por su humor, complejidad y calidad de imagen. Es aquí donde entran las marcas de coches, que cuando quieren diseñar el panel de instrumentos de sus concepts, vehículos futuristas o líneas premium miran a esta empresa y les dicen: “Lo quiero como en Marvel”.
Quiero que el velocímetro tenga la visual del HUD de Iron man. O que la imagen del navegador aparezca como en las naves asgardianas. Que el escáner biométrico haga beep beep del modo en que lo hace la tecnología de vibranium de Wakanda. Ese tipo de peticiones son cada vez más frecuentes y están modelando nuestra tecnología.
Es posible que el escáner dactilar de tu móvil cuente con alguna animación futurista. Muchas aplicaciones ya usan visuales y entornos que parecen sacados de ‘Blade Runner’ (1982) o ‘Minority Report’ (2002). La empresa española Herta Security, que usa identificación facial en lugares públicos, ya está pensando en la publicidad dirigida que veíamos en esta última película.
Y en este mismo ámbito vemos cómo la policía china y algunos comercios ya tienen marcados componentes de ciencia ficción en su software. Las cajas cuadradas en las que se enmarcan los rostros copian sin disimulo el modo en que las mostraba ‘Person of Interest’ (2011). Este tipo de visual no aporta ningún plus práctico. Se construye simplemente para mejorar la sensación de inmersión.
¿Motos futuristas que no se caen?
La ciencia ficción y los vehículos tienen un largo recorrido de la mano. Y las motocicletas tienen un lugar especial. Las motos de luz que nos proponía ‘Tron’ (1982, 2010) contra cuyos senderos no podíamos chocar. La Batpod en ‘El Caballero Oscuro’ (2008). Y, si nos vamos un poco más hacia el futuro, las motos con turbina de avión de ‘Priest’ (2011) o incluso las deslizadoras 74-Z de ‘El retorno del Jedi’ (1983). Hay decenas de ejemplos, y algunos se hacen reales.
En 2016 BMW presentó su Motorrad Vision Next 100, una moto con ruedas enormes. Contaba con sistema de “autobalanceo» basado en giróscopos que hace difícil que el piloto se caiga. Evoca a una mezcla entre la Batpod y las motos de luz. La batería eléctrica incorporada, como las que llevan las motos de motosharing, era ficción hasta hace un par de años.
Yamaha también está experimentando con la movilidad eléctrica y los diseños de ciencia ficción. Su MOTOROiD de 2017 recuerda al diseño de la actual franquicia ‘Transformers'(2007) y los Mechs de ‘Falling Skies’ (2011). Da la impresión de que en cualquier momento se levantará y empezará a correr o disparar.
Coches voladores con banda sonora de ciencia ficción
BlackFly es un vehículo volador eléctrico monoplaza con una autonomía de 40 kilómetros. Es capaz de despegar en vertical y de alcanzar los 100 km/h. Como no necesita carreteras, puede volar en línea recta, acortando distancias. Lejos de ser un concept, ya ha volado el equivalente de 25 vueltas al mundo. Además, su consumo por kilómetro es del 20% al compararlo con un turismo de gasolina.
Autónomo es el futuro de la movilidad y también un vehículo surgido hace nueve años de la ciencia ficción. En su vídeo presentación no tienen reparos en usar la canción ‘Hurry Up, We’re Dreaming’ de ‘M83’. La misma que iluminaba el tráiler de la película ‘Atlas de las Nubes’ (2012) y que formaba parte del filme. En este, un vehículo similar al BlackFly era usado por las fuerzas del orden.
Luke, “yo soy tu brazo”
‘Star Wars’ es una de las franquicias que más nos ha aportado a la hora de impulsar la ciencia ficción. En una de sus últimas entregas, ‘El despertar de la Fuerza’ (2015) veíamos al droide esférico BB-8 correteando. Aunque J. J. Abrams usó mucho croma, el robot es real y hubo que crear la tecnología para hacer que se moviese. Ahora Sphero lo comercializa como un juguete robótico.
Pero muchos nos quedamos atrapados en aquella escena en que Darth Vader pronunciaba las palabras “No. Yo soy tu padre”. En ese momento a Luke Skywalker ya le falta el brazo derecho, que sustituye por un brazo biónico. Dean Kamen, el inventor del Segway y iBOT (silla de ruedas capaz de erguir al usuario), trabajó hace años en el LUKE Arm para la Darpa estadounidense.
El LUKE Arm no solo no oculta sus raíces, sino que las expone a plena vista en su nombre. Este brazo biónico es fruto directo de la ciencia ficción. Un tributo que demuestra que esta conforma nuestra ciencia actual y nos impulsa hacia delante. En este caso, hacia la medicina restitutiva. La próxima vez que vayas al cine, plantéate la idea de que lo que ves en las películas es parte del futuro.
En Nobbot | Cuando la Agencia Espacial Europea repasó la ciencia ficción para ver lo que podía aprovechar
Imágenes | iStock/liuzishan, iStock/Maxger, Yamaha Press Room