Los niños y niñas que crecimos en los años 70-80 aún recordamos la mezcla de estupor y fascinación con que vimos salir de las entrañas de R2D2 un holograma de la princesa Leia en la primera (bueno, más bien, cuarta) película de la saga Star Wars. Aquel fenómeno, puro artificio fruto de unos efectos especiales que hoy nos hacen sonreír, ya es más que una realidad gracias a una tecnología holográfica cuyo avance ha superado todas las expectativas de aquel cine ochentero de ciencia ficción.
Tanto es así que en nuestros días ya podemos presumir nada menos que de ver subida de nuevo a las tablas a la gran Maria Callas -que, para los despistados, falleció en 1977-, cantando como nadie aquella «Habanera» de la Carmen de Bizet, sin necesidad de ouijas ni complicados ritos de reencarnación.
Pues sí. Este prodigio, que seguro que a más de uno le ha desencajado la mandíbula de puro asombro, ha tenido como marco más reciente el emblemático London Coliseum, donde la promotora musical Senbla ha presentado el evento Callas in Concert – The Hologram Tour, el retorno mundial de la gran diva griega a los escenarios, acompañada por músicos de la Royal Philharmonic Orchestra -estos sí, reales y en vivo-, mediante la proyección con láser de grabaciones originales de sus mejores conciertos remasterizadas digitalmente.
La compañía que está detrás de esta «resurrección» tecnológica es BASE Hologram, cuyo consejero delegado, Martin Tudor, ha puesto de relieve en unas declaraciones a la agencia EFE el largo y complicado proceso de ensayo y experimentación que ha hecho posible el espectáculo disfrutado por los espectadores londinenses. En primer lugar, se ha utilizado la técnica del « Pepper’s Ghost«, un truco de ilusionismo que lleva utilizándose en el teatro desde el siglo XVI mediante la división del escenario en dos habitaciones (una de ellas oculta al público), pero que ahora ha alcanzado cotas que rozan lo milagroso gracias la combinación a gran escala de imágenes en movimiento con imágenes en 3D generadas por ordenador.
TECNOLOGÍA PARA CONECTAR Y EMOCIONAR
Además, el equipo de BASE Hologram tuvo que separar la voz de la Callas del sonido de las orquestas e instrumentos que le acompañaban en las grabaciones de la época, las cuales, para mayor dificultad, se registraban en mono, es decir, con un único micrófono. A esto hay que añadir que la soprano griega tenía un estilo muy propio y personal de interpretar sus arias, moviéndose por el escenario e interactuando con su entorno, razón por la cual se tuvo que recurrir a un doble que reprodujera estos movimientos para hacerlos más naturales en la recreación por ordenador. Todo ello con un único objetivo, lograr un espectáculo de tal calidad y realismo que el público conectara emocionalmente con la Maria Callas que estaban contemplando, olvidándose de que esa magnífica voz abandonó la vida y los escenarios hace más de cuarenta años.
El resultado conseguido es tan, pero tan, efectivo y efectista, que BASE Hologram ya ha decidido hacer una gira mundial con La Divina, aún más ambiciosa que la que realizó en meses pasados con el rockero Roy Orbison en el Roy Orbison In Dreams: The Hologram Tour. Así, tras triunfar en escenarios de EEUU y Suramérica, esta Callas tridimensional volverá a saborear las mieles del éxito en ciudades europeas como Amsterdam, Bruselas, París, Lyon o Basilea. Es más, el año que viene la que volverá a la vida será la peculiar voz de Amy Winehouse.
Y es que, más allá del puro deleite artístico, la tecnología holográfica se ha revelado como un prometedor negocio. Así, tal y como ha puesto de relieve el propio Tudor, «los hologramas van a ser una parte importante del futuro de la industria, no solo en lo referido a conciertos de leyendas musicales como este de Callas, sino también en lo concerniente a otras facetas del entretenimiento». Sin ir más lejos, BASE Hologram ya está pensando hacer realidad una variación digital del Jurassic Park que pueda llevar por teatros de todo el mundo recreando a escala real el mundo de los dinosaurios, en colaboración con el famoso paleontólogo Jack Horner, que también asesoró a Steven Spielberg.
HOLOGRAMAS SALIDOS -O NO- DE LA TUMBA
En todo caso, esto de hacer resurgir de sus cenizas a grandes nombres de la música desaparecidos, como los citados Winehouse, Orbison o la Callas, no es nuevo y ya se ha probado en diversas ocasiones en los últimos años, si bien es ahora cuando la técnica holográfica está logrando la destreza suficiente para ponernos los pelos de punta al verlos deambular al más puro estilo Casper.
Así, ya en 2012, el rapero Tupac Shakur, muerto en 1996, enmudeció a los espectadores del festival de Coachella cuando, gracias a la firma Digital Domain, apareció flotando sobre el escenario para compartir la interpretación de los temas “Hail Mary” y “2 of Amerikaz most wanted” junto a Snoop Dog.
Y qué decir de la sorpresa que debieron llevarse los asistentes al Festival de Wacken 2016, cuando el fallecido Ronnie James Dio (vocalista de bandas heavy metal como Rainbow, Black Sabbath, DIO o Heaven & Hell) se incorporó a la actuación de otros músicos de su exgrupo en el comienzo de la gira Dio Returns.
El efecto tuvo tanto éxito que el holograma, creado en esta ocasión por Eyellusion, volvió a deleitar de nuevo a sus fans en otras plazas del tour y su viuda, Wendy Dio, no descarta que, gracias al avance logrado por la tecnología holográfica desde entonces, se pueda mejorar aún más y volver cuando se retome esta gira el próximo año.
En todo caso, no pensemos que la técnica del holograma es solo para resucitar a glorias ya desaparecidas. También se puede utilizar, y de hecho ya se ha utilizado, para hacer que los artistas estén presentes digitalmente en ciertos eventos, ya sea porque no pueden acudir en persona ya para impactar con ello a la audiencia. Este fue el caso de la actuación de los Black Eyed Peas durante la ceremonia de inauguración de los NRJ Music Awards de 2011, en la cual no faltaron sus cuatro integrantes, si bien Fergie y Taboo estuvieron presentes a través de unas imágenes holografiadas, que bailaban y hasta se «desconstruían» para deleite de los espectadores de la gala.
En conclusión, el avance en la creación de hologramas inspirados no solo en criaturas y objetos, reales o imaginarios, sino ahora también en figuras de renombre ya desaparecidas están haciendo más verdad que nunca eso de que el talento de los grandes artistas es inmortal. Quién sabe, a lo mejor algún día podemos ver a Whitney Houston cantando junto a Christina Aguilera en nuestro salón. O traernos a Michael Jackson al cumpleaños de nuestro hermano o nuestra mejor amiga. No estaría mal, ¿verdad? Qué queréis que os diga; yo espero conocerlo, en una futurística realidad o compartiendo holográficamente escenario con alguno de estos ídolos.