En los años 70 se detectó que en la Camarga, en el oeste de la Provenza francesa, subía el nivel mar varios milímetros cada año. Como medida de prevención se construyeron unos muros de contención. La intención era frenar el avance del mar Mediterráneo que estaba comiendo terreno al litoral.
Sin embargo, las medidas tomadas entonces son insuficiente para contener lo que está ocurriendo ahora. Se ha comprobado que el nivel del mar aumenta más rápido de lo esperado. Un efecto derivado del calentamiento del agua y el derretimiento de los polos.
Este hecho se ha podido corroborar gracias a las imágenes tomadas por los satélites Sentinel. Un proyecto desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) dentro del Programa Copérnico. Su fin es la observación de la Tierra para mitigar los efectos del cambio climático.
observadores de la tierra
Los satélites se han convertido en una herramienta fundamental para los científicos dedicados a estudiar el medioambiente. Gracias a ellos es posible monitorizar el hielo, observar la deforestación, el uso que se hace de los recursos terrestres y la humedad del suelo. Además, permiten realizar un seguimiento del aumento del nivel del mar, su temperatura y salinidad, e incluso las emisiones de las ciudades.
La ESA tiene cuatro satélites Earth Explorers y siete Sentinels en órbita. Estos últimos en parejas para mejorar al máximo la recopilación de datos. Toda la información que recogen se coordina desde la Agencia de Observación de la Tierra (ESRIN, en sus siglas en inglés), ubicada en Roma (Italia).
«La pareja de Sentinel 2A y 2B está volando a la vez y hemos elegido órbitas con las que cubrir toda la superficie de la Tierra en cinco días sin dejar un solo hueco», explica Michael Rast, director de Estrategia en la Agencia de Observación de la Tierra.
Quien añade que «la frecuencia y la coherencia son muy importantes para la gestión de nuestro medioambiente. Y para dar con la clave del cambio a los responsables de tomar decisiones y advertirles de las prácticas que la humanidad debe empezar a cambiar«.
imágenes para demostrar el cambio
El investigador Anis Guelmami monitoriza los cambios en la costa del Mediterráneo utilizando satélites Sentinel europeos y Landsat de la NASA. Las imágenes con las que trabaja muestran que el ritmo del aumento del nivel del agua se ha incrementado en los últimos tiempos. “Estamos hablando de unos 4,8 milímetros por año. Lo que es muy alarmante en comparación con cifras anteriores, que rondaban los 3,4 milímetros anuales».
Ha descubierto que el mar Mediterráneo se ha comido 200 metros de la costa de la Camarga en 30 años. Lo que supone que hábitats como las dunas o las playas se retraigan en favor del océano.
Como Anis Guelmami, Jean Jalbert ha dedicado su carrera a estudiar humedales bajos como el de esta zona de Francia. Se ha comprobado que en los últimos dos años han sufrido una sequía prolongada. Y que en los últimos 20, la temperatura media ha aumentado en un grado. Unos cambios sutiles, pero significativos.
«Camargue es un delta, así que es una estructura geológica muy joven, de tan solo 10 o 12.000l años, constituida por sedimentos finos. Este sedimento comienza a hundirse por su propio peso y la Camargue pierde aproximadamente un milímetro de altura cada año, mientras que el océano aumenta”, avisa Jalbert.
Con esta información, Jalbert advierte de que el nivel del mar puede subir uno o incluso dos metros al final de este siglo. “Si se tienen en cuanta que la Camargue está aproximadamente a un metro sobre el agua, se pueden imaginar las consecuencias de un aumento como este».
La naturaleza es sabia, pero no tan rápida
Los satélites también perciben un aumento del CO2 en la atmósfera. Unos niveles que siempre han variado, pero que ahora están más altos que nunca. Desde el Centro de Observación de la Tierra de la ESA han corroborado que en los últimos 100 años el dióxido de carbono ha subido drásticamente por la acción humana.
«La naturaleza es resistente, sabe cómo adaptarse a los cambios. Pero lo hace en unos tiempos que no corresponden con los plazos que tenemos ahora mismo aquí”, apunta Anaïs Cheiron, quien dirige la reserva natural en el corazón de esta zona de la costa francesa.
Con los datos que tienen ahora, proporcionados a través de las imágenes de los satélites, han cambiado de estrategia. Ya no van a construir más muros en el mar para proteger este área. “Hemos decidido que en lugar de luchar contra la erosión de la costa, contra los efectos del mar, nos vamos a adaptar«.
La región de la Camarga es solo un ejemplo de lo que está sucediendo en el resto del planeta. El aumento del nivel del mar en el mundo ha sido de 25 centímetros desde 1900. Se espera que estos niveles aumenten considerablemente a lo largo del próximo siglo.
Para hacernos una idea de sus consecuencias hay que tener en cuenta que en el mundo hay más de 370 millones de personas que habitan a menos de cinco metros de altitud sobre el nivel del mar. Grandes ciudades como Nueva York o Tokio tienen parte de su superficie sobre el agua. La defensa de estas zonas en algunos casos será imposible, donde no quedará más remedio que adaptarse.
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Imágenes | ESA