¿Qué tienen en común un gofre, un flamenco, un cubo de hielo, una nutria y un perezoso? No, no es ningún chiste, sino algunos de los 59 nuevos emojis que están a punto de aterrizar según el calendario oficial del Unicode Consortium, el organismo encargado de regular y aprobar qué emojis tienes en tu WhatsApp. Aunque esos 59 son solo las nuevas incorporaciones, a las que debemos sumar 171 variaciones de otros emojis disponibles. Un total de 230 novedades para nuestro teclado emoji.
Emoji 12.0 —que puedes consultar aquí— promete, ademas, algunos cambios relevantes. Es la actualización más importante desde 2014. Por aquel entonces, Oxford Dictionaries concedió el galardón de “palabra del año” en 2014 a la cara-con-lágrima-de-alegría. Esta nueva lectura busca una mayor representación de diversidad humana. Y animal, claro.
Aunque cada empresa apuesta por su propio estilo visual, con fans y detractores del estilo de Samsung frente al de Apple o el de Google, la Emojipedia es la única web de referencia oficial. Un cambio que cada empresa adaptará como crea conveniente —Apple seguramente espere al salto de iOS 13— pero que llegará antes del verano.
HACIA UN GÉNERO NEUTRO
Lo dice la Emojipedia, esa especie de biblia que reúne las decisiones finales del Unicode Consortium, organización sin ánimo de lucro formada por líderes de gigantes como Google o Apple. En aras de un lenguaje pictórico más inclusivo, muchos de los emojis del futuro reciente cambiarán hacia un aspecto más neutro. Habrá quien lo tilde de despersonalización, pero apela hacia esa ruptura consciente frente a ciertos estereotipos enfatizados —trabajadores físicos masculinos o cuidado personal femenino—.
La nueva propuesta de Google consiste en un color de ropa y corte de pelo particular, para que sea más difícil determinar si esas caras son masculinas o femeninas. Cada gesto contará, como hasta ahora, con seis tonos distintos de color de piel.
La Android Designer para Google Jennifer Daniel se refería así a esta nueva propuesta en Emojipedia: «El género no es un corte de cabello, pero en el tamaño de emoji parece ser un significante principal para comunicar lo que puede ser una tarea imposible en lo que se refiere a este constructo. El género vive dinámico en un espectro y no existe una única ‘solución’ de diseño visual».
FRENTE AL CAPACITISMO
Frente a cualquier tipo de discriminación o prejuicio social, los nuevos emojis darán cabida a iconos de personas sordas, ciegas o en silla de ruedas, con seis variables para cada ejemplar.. Mención especial merecen las prótesis de brazo y pierna, el bastón guía —para ciegos— o incluso dos tipos de silla de ruedas.
También nos encontramos con nuevos alimentos: ajos y cebollas, mate argentino, mantequilla o los deliciosos gofres. Símbolos de otras culturas que ya hemos hecho nuestros. Ya sucedió con el emoji de paella. Todo comenzó con una campaña promovida por el humorista Eugeni Alemany junto con la empresa Arroz La Fallera. El hashtag #PaellaEmoji logró convertirse en trending topic y hasta se documentó en YouTube una serie para seguir los progresos de la petición. El resultado fue un emoji de paella e, incluso, de arroz con cosas.
«Es fundamental añadir los emojis locales, ya sean comidas o costumbres», diría Shigetaka Kurita de aquello, dando su pulgar arriba a la iniciativa.
Y para cerrar esta batería de novedades, nos encontramos con detalles interesantes, como dos tipos de bañador y gafas de buceo —de cara al verano—, unas puntas de ballet, un caddy (carro de golf) y hasta un banjo, el instrumento musical característico de Estados Unidos asociado a la música dixieland y bluegrass.
EL PRIMER EMOJI
Aunque el emoticon fue propuesto por el científico Scott Fahlman en 1982, al hacer uso de [carita alegre] y [carita triste] dentro de un documento informático, fue el japonés Shigetaka Kurita quien creó el primer emoji. Por aquel entonces trabajaba en i-mode, un proyecto para una plataforma de Internet móvil. ¿Y cuál fue ese emoticono? Un corazón.
Su proyecto se adoptó por la operadora DoCoMo y lo introdujo en su línea Pocket Bell —aunque J-Phone, otra de las operadoras, ya introdujo una suerte de protoemojis en sus primeros teclados—. Y, si bien somos de enviar emojis alegres por encima de otros que apelen a emociones tristes, ese primer emoji era el más neutro de todos.
La idea germinal, cuenta Kurita, nació en las Olimpiadas de Tokio de 1964. El ingeniero prestó atención a los pictogramas usados, una estilización de los que ya se usaron en los Juegos de Londres de 1948. Eran, a su manera, una forma de condensar un mensaje, congelar el significado y concentrarlo en los mínimos caracteres posibles. Algo clave entre las primeras generaciones del smartphone donde la memoria era escasa y la concreción por pantallas mínimas una urgencia creativa.
Porque los emojis no dejan de ser esos bisontes vistos en las cuevas de Altamira, esa flecha atada con ramas señalizando un camino oculto. Un puente breve de eficacia demostrada entre distintas culturas que el lenguaje verbal apenas puede cruzar.
En Nobbot | El chef tailandés que ha creado un menú explicado con emojis
Imágenes | Emojipedia (Blog), Medium (Paul Galloway)