El cobre juega un papel esencial en el desarrollo de las energías limpias ya que es un gran conductor de electricidad y calor y tiene muy bajo impacto ambiental. ¿Y si contáramos con colonias de microbios mineros?
Sus características lo convierten en una pieza clave para el desarrollo de alambres, cables, motores y hasta generadores o transformadores que se utilizan en sistemas de generación de energía limpia. Por ello, cualquier avance que contribuya a una mayor producción de este metal se convierte en una buena noticia para el planeta. Lo raro es que sean los microbios, a los que asociamos a múltiples enfermedades, los que puedan contribuir a nuestra salvación a largo plazo, a la nuestra y a la de nuestro maltratado ecosistema.
Un estudio coordinado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y publicado en la revista Geology, demuestra que los microbios extremófilos, aquellos que viven en los lugares más inhóspitos del planeta, pueden jugar un papel fundamental en la formación de los yacimientos gigantes de cobre. ¿Pero por qué es tan importante el cobre para nuestro futuro? Porque fuentes de energía como la eólica, la solar, la hidráulica o la biomasa, requieren de este material para su desarrollo.
Por poner algún ejemplo, una turbina eólica de 2MW requiere de 5 a 12 toneladas de cobre y, en la generación de energía fotovoltaica, una instalación domestica de 2.5kW puede consumir hasta 12 kg de cobre.
una combinación ganadora
La progresiva implantación de estas fuentes de energía no es cuestión baladí, si tenemos en cuenta que la energía es uno de los grandes contribuyentes al cambio climático, y representa alrededor del 60% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Por ello, la ONU en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, plantea la necesidad de invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal.
Energías, respetuosas con el medioambiente, que precisan del cobre. Y es aquí donde, a la luz del estudio de los investigadores del CSIC, intervienen los microbios, porque pueden aumentar la producción de este mineral en yacimientos relacionados con procesos superficiales. Estos son una de las fuentes más abundantes y fáciles de extraer cobre, y casi un 50% de los recursos mundiales procede de este tipo de depósitos.
microbios mineros
Datos recopilados en la mina Las Cruces, de Sevilla, apuntan que la presencia en la mina de colonias de microbios que son capaces de reducir cristales de covellita de tamaño nanométrico. Estos crecen en los compuestos poliméricos que encapsulan las bacterias y se unen más tarde formando grandes vetas con elevados contenidos de mineral. Así pues, los microbios y el cobre forman un tándem beneficioso para nuestro mediambiente.
Los científicos ya habían comprobado que en el yacimiento de Las Cruces se estaban generando procesos geoquímicos poco habituales, difíciles de explicar sin el efecto acelerador de las reacciones químicas que produce la vida. “Nuestro trabajo debería animar a analizar estos depósitos desde el punto de vista microbiológico, no solo desde el geoquímico, ya que cambia bastante nuestra percepción de cómo se forman y pueden ayudar a predecir las zonas de mayor enriquecimiento. Además, muestra la importancia de la interacción entre la vida y la creación de recursos naturales”, explica Fernando Tornos, investigador del CSIC en el Instituto de Geociencias que durante el estudio trabajaba en el Centro de Astrobiología.
el cambio climático se acelera
Ya sean los microbios o el mismo aire, cualquier ayuda es de agradecer para detener el calentamiento global, un proceso que se desarrolla más rápido de lo que se pensaba. Así se ha comprobado, por ejemplo, que el nivel del mar aumenta muy rápido por el efecto derivado del calentamiento del agua y el derretimiento de los polos. Este hecho se ha podido corroborar gracias a las imágenes tomadas por los satélites Sentinel, un proyecto desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) dentro del Programa Copérnico. El mar Mediterráneo se ha comido 200 metros de la costa de la Camarga en 30 años, lo que supone que hábitats como las dunas o las playas se retraigan en favor del océano.
Nos encontramos con temperaturas altas y bajas en máximos históricos, especies que desaparecen y provocan efectos en cascada, alimentos sabrosos que amenazan con dejarnos. Y un desajuste claro entre la evidencia científica sobre el calentamiento global y las decisiones tomadas para frenarlo.
“Decís que queréis a vuestros hijos por encima de todo. Sin embargo, estáis robándoles su futuro delante de sus ojos. Hasta que no empecéis a centraros en lo que es importante en lugar de lo que es políticamente posible, no habrá esperanza”, dice la activista sueca de 16 años, Greta Thunberg, que ha impulsado el movimiento «Youth For Climate». Mientras que la humanidad toma decisiones en esa línea, buena será la contribución de los microbios a nuestra salvación como especie, aportando su granito de arena…o, mejor, de cobre.