Direcciones IP: qué son, en qué consisten y cómo conocer la tuya

Me juego mi viejo módem de 56K a que todos habéis oído hablar, aunque sea una sóla vez en vuestra vida como navegantes, del concepto de dirección IP, los famosos numeritos que nos identifican en Internet. Pero, ¿realmente sabéis en qué consiste esta «matrícula» que todos llevamos colgada del cuello cuando estamos surcando el ciberespacio a través de nuestros equipos?

Empezando por lo más básico, diremos que IP son las siglas que corresponde a Internet Protocol, por lo que ya tenemos aquí una primera definición para el término: se trata del protocolo que rige la comunicación en una red de datos en la modalidad de paquetes conmutados. Para identificar a los dispositivos que actúan dentro de estas redes se emplean las famosas direcciones IP de las que hemos venido a hablar aquí.

En la versión actualmente empleada, conocida como IPv4, estas direcciones están compuestas por cuatro octetos, esto es, cuatro números de tres cifras cada uno, oscilando el valor de éstos entre 0 y 255. O lo que es lo mismo, 1 byte. Como resultado de ello, la versión IPv4 ofrece hasta 4.294.967.296 (2 elevado 32) combinaciones distintas, una cantidad que ya está empezando a quedarse corta en los tiempos que corren; se calcula que dos tercios de las direcciones ya están asignadas.

Para solucionarlo se ha desarrollado una nueva versión destinada a ser su sucesora, conocida como IPv6. Ésta se basa en 8 octetos de 2 bytes, lo que multiplica las combinaciones posibles hasta 340 sextillones (2 elevado a 128); pero eso es hoy en día el futuro, y no vamos a detenernos más en ello.

Volviendo a las direcciones IP de cuatro octetos que todos conocemos, diremos que a la hora de hablar de la que identifica a nuestro ordenador es necesario distinguir dos: la dirección IP privada y la pública. La primera nos identifica en una red interna, y es la que necesitamos conocer cuando, por ejemplo, queremos abrir los puertos de nuestro router. La segunda es la nos identifica de cara a Internet, y una vez más podemos dividirla en dos clases: fija o dinámica.

En el primer caso, ésta es introducida manualmente por el usuario, ofreciendo con ello ciertos privilegios. Sin embargo, en la mayoría de los casos se nos asigna dinámicamente una dirección mediante el protocolo DHCP (Dynamic Host Configuration Protocol). Cabe decir que, si tenemos varios equipos conectados en nuestro hogar a un mismo router, todos compartirán una única IP pública.

En última instancia, las direcciones IP asignadas a servidores pueden ser «traducidas» mediante el uso de una base de datos distribuida, mundialmente conocida como DNS (Domain Name System). Las DNS se encargan de hacerlo todo más amigable al convertir las direcciones IP en nombres de dominio, esto es, las rutas que tecleamos para acceder a una página web (entre otras cosas).

Cómo averiguar mi IP privada

Como ya he dicho, conocer la dirección IP privada es necesario para ciertas labores de configuración de nuestra conexión, como por ejemplo abrir un puerto determinado del router. Os explicaré qué pasos tenéis que seguir, según el sistema operativo que empleéis:

• Windos XP, Vista, NT, 2000, 2003: En el menú Inicio seleccionamos Ejecutar, con lo que se abrirá una ventana donde escribimos cmd. Tras aceptar, se abrirá la ventana de comandos donde teclearemos ipconfig y pulsaremos intro, lo que nos mostrará el dato que estábamos buscando, además de la Máscara de subred y la Puerta de enlace predeterminada.
• Linux: Ejecutamos el terminal y tecleamos ifconfig, lo que al igual que ocurría en el caso de Windows, nos dará varios datos entre los que se encontrará la dirección IP privada.
• Mac OSX: Encontraremos este dato accediendo a Preferencias del Sistema y luego a Red, seleccionando a continuación la conexión que tengamos activa.

Cómo averiguar mi IP pública

En este caso, encontramos miles de páginas en Internet que nos ofrecen este servicio, como por ejemplo esta o esta. A su vez, en base a este dato se puede estimar desde dónde nos estamos conectando, pero esa información se basa en asignaciones que no siempre tienen por qué cumplirse.