En nuestra sociedad digital, los creadores de memes cumplen una función parecida a los juglares en la Edad Media. Utilizan su inventiva para ofrecer, al respetable, artefactos culturales atractivos en los que reflejan, de forma divertida o crítica, la realidad del tiempo que vivimos. Eso sí, a diferencia de los precedentes del medievo, ya no necesitan viajar de aldea en aldea para ofrecer su espectáculo; les basta una conexión a internet para ocupar el centro de las plazas virtuales en la aldea global.
Ya, en 2013, decía la periodista Delia Rodríguez que vivíamos en una Memecracia. Seis años después, basta un acontecimiento deportivo importante o la metedura de pata de un político para que, incluso las páginas web de los periódicos más “serios”, se hagan eco de los mejores memes que inundan la red, especialmente Twitter.
¿Pero cuáles son los componentes claves para un buen meme? “Rápido, concreto y con un toque de humor absurdo. A ello se le podría añadir que sea actual”, explica a Nobbot Proscojoncio, uno de los más populares creadores de memes de España.
Un meme puede ser un icono, pero también una página web, una frase de un libro o pieza de teatro convertida en lema, una imagen de stock con o sin contexto, una noticia, un acto o comportamiento humano, un sample de canción o, incluso, un objeto inanimado. Y detrás de cada uno de estos formatos hay creadores que, ahora, se han dado cuenta de su importancia para la industria de las redes sociales y han decidido agruparse en una especie de sindicato.
creadores de memes en la lucha final
IG Meme Union es el nombre de esta asociación que, a través de una página web, ya está recogiendo solicitudes de admisión y quejas de sus miembros con el fin de hacerse fuertes en Instagram, “explorando mejores condiciones de trabajo para los creadores de memes que han sido explotados”. ¿Sus lemas? “El contenido es trabajo” y “Los memes influyen en el mercado”.
En opinión de los impulsores de esta plataforma, Instagram, como otras redes sociales, obtiene una gran rendimiento de los anuncios y, para que este modelo de negocio funcione, es necesario que estas redes sociales sean atractivas para los usuarios. Y es ahí donde intervienen los creadores de memes.
No es descabellado pensar que muchos de las personas que utilizan Twitter, Facebook o Instagram lo hacen por la diversión que les proporcionan los memes. Por ello, los creadores de IG Meme Union creen que ha llegado el momento de reclamar su parte del pastel.
solidaridad de clase
Según explican en @unionizedmeme, su perfil en Instagram, su objetivo es “fomentar la solidaridad entre los autores de memes ante las decisiones de Instagram y otras compañías similares, que suelen poner en riesgo los ingresos de los creadores».
IG Meme Union ha detallado algunas sus reclamaciones: un proceso de apelaciones más abierto y transparente para las prohibiciones de cuentas; una línea directa de soporte con Instagram, o un enlace dedicado a la comunidad de memes; y una mejor manera de garantizar que el contenido original no sea rentabilizado por otra persona que no sea su creador.
¿Podría ser este el comienzo de los sindicatos de medios sociales? La Internacional, ese himno de la clase obrera, incluía estos versos que, paradójicamente, pueden dar respuesta ahora a los nuevos trabajadores de las redes:
La ley nos burla y el Estado (pongamos Instagram)
oprime y sangra al productor;
nos da derechos irrisorios,
no hay deberes del señor.
Basta ya de tutela odiosa,
que la igualdad ley ha de ser:
«No más deberes sin derechos,
ningún derecho sin deber.
Aunque, bien pensado, a lo mejor este sindicato de creadores de memes…es un meme.