¿Habéis oído hablar de la palabra amaxofobia? Procede del griego y describe el miedo que manifiesta una persona a conducir. Por suerte, la tecnología se ha puesto de su lado para reducir la ansiedad que le genera y garantizar una conducción segura y relajada.
Algunas de las fobias más conocidas son la claustrofobia, que es el miedo a los espacios cerrados; la agorafobia, que se refiere al miedo a los espacios públicos abiertos donde se concentran muchas personas, o la acrofobia, que es el miedo a las alturas. Pero muchos no sabrían decirnos a qué tipo de fobia corresponde la amaxofobia, el temor que poseen algunas personas cuando tienen que ponerse frente al volante y conducir.
MÁS GENTE DE LA QUE PENSAMOS
Se estima que un 33% de aquellas personas con carné de conducir la sufre en nuestro país según Seguros Red. Y también recoge este dato: un 6% de los conductores padece la llamada ‘amaxofobia incapacitante’. Su gravedad es tan importante que los afectados se ven incapaces de conducir a pesar de recibir tratamiento.
Las causas que lo propician son diversas y el ‘II Informe sobre Amaxofobia’ que realizó el Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre determinó algunas de ellas: el estrés postraumático que padece una persona que ha sufrido o presenciado un accidente, la manera en que se afronta el estrés y el modo en que un conflicto se resuelve. Mientras, los síntomas van desde la sudoración de las manos a una ansiedad generalizada, pasando por episodios de hiperventilación, vértigo, taquicardias…
COACHING, MINDFULNESS Y NEUROLINGÜÍSTICA
La tecnología se convierte en un aliado clave de las personas con amaxofobia. Así, uno de los últimos avances es el proyecto ‘Desarrollo de una Aplicación Informática para la Conducta de Riesgo y Amaxofóbica en la Conducción’. Llamado también DAICRAC, lo firma la Universidad de Salamanca y en él han participado investigadores, expertos y psicólogos de este centro universitario.
Uno de ellos es José Carlos Sánchez, investigador del departamento de Psicología Social y Antropología que ejerce, además, como responsable de la Cátedra Emprendedores de la Universidad de Salamanca dedicada a la investigación e innovación. “Es una plataforma informática cuyo principal objetivo es mejorar la conducción de aquellas personas con conductas amaxofóbicas. Asimismo, se dirige a quienes tienen interés en ponerse al volante de manera más eficiente y relajada», explica.
Los pilares sobre los cuales se asienta ‘DAICRAC’ son tres:
- El coaching. Este método de entrenamiento se ha puesto de moda en los últimos años en ámbitos como el empresarial. El objetivo es entrenar a las personas para que desarrollen determinadas habilidades y alcancen objetivos concretos.
- El mindfulness. Está técnica milenaria engloba un conjunto de metodologías que permiten gestionar el estrés, canalizar mejor las emociones y trabajar el bienestar para enfocar la atención en el momento presente a través de la meditación.
- Programación neurolingüística. Se trata de una estrategia enfocada al cambio para conseguir ciertos beneficios.
Todo este planteamiento ayuda al cerebro a “ejecutar las técnicas que trabajamos y genera nuevos aprendizajes en muy poco tiempo, con lo cual conseguimos conducir de forma tranquila, eficiente y segura”, apunta Cándido Pascual Maté, experto en desarrollo personal.
MOVILIDAD MÁS SEGURA
Los responsables de DAICRAC han desarrollado una plataforma disponible en Internet y preparan un calendario que incluirá la convocatoria de cursos. Para acceder a ellos será necesario completar un proceso de registro.
Se han previsto seis módulos, así como un espacio de formación online que incluirá los siguientes materiales: vídeos de formación, un conjunto de actividades y exámenes de evaluación. Habrá también una aplicación para el smartphone.
Además de ayudar a las personas que tienen fobia a la conducción, el otro propósito es reducir el número de siniestros que ocurren en la carretera. Brizeida Hernández Sánchez, otra de las investigadoras, insiste: “Si conseguimos la mejora en la eficiencia del conductor, se podrá garantizar la mejora de la movilidad segura, sostenible y eficiente”.
OTRAS ALTERNATIVAS
El miedo a conducir es una de las nueve fobias que trabaja PSIOUS, una plataforma que aplica la realidad virtual. Está disponible en formato web y app, y con la ayuda de unas gafas de realidad virtual y un sensor de biofeedback (registra, por ejemplo, las ondas cerebrales) tratan al paciente. ¿Cómo lo hacen? Observan lo que éste ve durante las sesiones y adaptan la experiencia a sus necesidades. De igual modo, cuentan con informes para un seguimiento más completo.
También están los simuladores de automóvil como el modelo DSMG SV-1 de EDUCADRIVE. Posee los mandos de un vehículo normal (volante, intermitentes, freno, embrague, acelerador, luces de posición, cambio de velocidades, cinturón de seguridad), asientos regulables y tres pantallas de plasma de 32 pulgadas que dan sensación de movimiento real a través de una visión lateral.
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