Un equipo de desarrolladores ha probado con éxito una red WiFi formada por patitos de goma que puede ser de utilidad en caso de inundaciones causadas por un huracán. De esta forma, el proyecto Owl, que resultó ganador del reto Call for Code en 2018, empieza a dar muestras de que la ingeniosa idea puede funcionar para salvar vidas.
patitos de goma en medio de un huracán
El Proyecto Owl fue diseñado para ser desplegado en caso de pérdida de comunicaciones durante un desastre natural. Las terribles imágenes de la devastación en Puerto Rico tras el paso del huracán María, impulsaron a un equipo de desarrolladores a pensar en aportar una solución que facilitara las labores de salvamento.
El Proyecto Owl utiliza decenas de dispositivos WiFi integrados en patitos de goma, de esos que utilizamos en la bañera, para formar una red de puntos de conexión, llamada «ClusterDuck», que permite recuperar el acceso a internet tras un desastre natural.
La red de patitos de goma permite a los servicios de emergencias gestionar un desastre, coordinar recursos, conocer los patrones climáticos y obtener información analítica de datos a través de la nube. La solución se basa en las últimas API de IBM Watson Studio, Watson Cloud y Weather Company, todas ellas integradas en IBM Cloud.
Tal como se explica en The Next Web, los equipos de respuesta a emergencias están equipados con dispositivos de comunicación portátiles de largo alcance durante los desastres naturales, pero las víctimas quedar sin acceso a las comunicaciones, algo que es especialmente grave cuando se está buscando ayuda o refugio. De ahí surgió la idea de crear una red basada en dispositivos de goma impermeables diseñados para salir indemnes en las más duras condiciones, y flotar en zonas anegadas tras el paso de un huracán.
asistente de voz para salvar la vida
Las personas dentro del perímetro de la red “ClusterDuck” recibirán una notificación una alerta en sus dispositivos con instrucciones sobre cómo conectarse al software «papa duck», alojado en la nube, que ofrecerá asistencia a las víctimas y respuesta a sus preguntas, a través de un asistente de voz, para que puedan salir del trance.
Los datos meteorológicos forman una parte fundamental de la aplicación, que ofrece la posibilidad de formular preguntas como «¿en qué dirección se dirige la tormenta tropical más cercana?» o «¿qué condiciones se esperan para mañana por la noche?». Esta información es clave después de la inundación causada por un huracán.
«En los peores desastres, el caos y la desinformación se extienden», explica Bryan Knouse, uno de los desarrolladores de esta idea. “Con una mejor información y mejores análisis, se puede obtener los recursos necesarios en los lugares que más lo necesitan. Este tipo de eficiencia puede impactar de forma extraordinaria en la cantidad de personas que se pueden salvar en caso de desastre».
Aunque las primeras pruebas, que se han realizado en Puerto Rico, han tenido lugar sobre una red de solo un kilómetro de extensión que se puede cubrir con cinco patitos, el equipo confía en que la tecnología se pueda escalar para cubrir un área 100 veces mayor.