Trabajo en el Día de los Trabajadores. Mientras que las investigaciones del Bureau of Labor Statistics habían asegurado que Estados Unidos ganaría un 6,5% de empleos entre 2014 y 2024, es decir, poco más de 10 millones de nuevos trabajos, el Foro Económico Mundial estimó que en apenas tres años, hasta 2020, se perderían en torno a 5 millones. Y esta, afirmaron, era una estimación a la baja.
Estamos asistiendo a la cuarta gran revolución industrial. La robotización y los procesos automatizados demuestran una eficacia palmaria. Y ya no hablemos de la impresión tridimensional, que ha dado lugar a nuevas posibilidades combinatorias entre materiales, logrando diseños más resistentes y eficaces energéticamente.
Pero no observemos el mundo con la perspectiva del siglo XX, sino desde un horizonte donde algunos empleos del pasado no tienen cabida por innecesarios. Una transformación que debe ser tenida en cuenta desde los primeros episodios de la formación. ¿Cuáles serán entonces, derivados de los antiguos, los nuevos empleos?
ANALISTAS DE DATOS
La computación en la nube ha demostrado una mejor capacidad para almacenar y procesar datos que nuestras viejas bases de datos. Entonces, ¿para qué necesitaríamos analistas humanos? Sólo hay que fijarse en las High Frequency Trading (negociación de Alta Frecuencia), un sistema automatizado con el que algunos grandes bancos y fondos de inversión ganan la partida en las negociaciones bursátiles, llevando a cabo millones de decisiones en mercados internacionales en apenas unos segundos.
Pero no todo es banca. Con su formación, un analista puede dirigirse al entretenimiento y los deportes electrónicos. La industria de los eSports no ha dejado de crecer. Llena estadios y empieza a copar cuota de televisión. Y sí, son necesarios muchos analistas, comentaristas rápidos de mente ágil que entiendan el mercado de fichajes y encuentren las estrellas más pujantes. Los expertos en este segmento tendrán trabajo asegurado.
ROBOTISTAS
La industria robótica no ha dejado de crecer y se espera que en 2020 genere unos 75.000 millones de euros. Hemos logrado optimizar el consumo energético en chips, abaratado costes y aumentado el rendimiento general.
Necesitaremos mentes capacitadas para diseñar las redes neuronales del futuro, chips adaptados, quienes también contribuyan en el campo de la robótica protésica. El futuro militar pasa por el uso de exoesqueletos, los asistentes de hogar se antojan mascotas del futuro y las prótesis robóticas darán una segunda oportunidad a todas esas víctimas que han sufrido lesiones medulares o quienes han perdido miembros en accidentes.
INGENIEROS DE NANOBOTS
Hablando de robótica, un campo que aún debe crecer bastante es el de la nanotecnología. En la industria médica será capital para transportar fármacos, controlar el parkinson, curar cánceres de manera muy localizada y personalizada o incluso prevenir ataques epilépticos e infartos.
Pero aún hay más, en la nanobiología, estos nanobots serían los creadores de nuevos tejidos, podrían usarse en los cultivos o en la producción de nuevos alimentos.
CONTENIDOS EN REALIDAD AUMENTADA, VIRTUAL Y MIXTA
Ya dijimos que este sería el año donde se dispararía el contenido en RV. De hecho, se esperan unos beneficios de 25.000 millones de dólares, enfocándose esencialmente en campos como el militar, la educación y la publicidad.
Pero serán necesarios arquitectos y diseñadores que generen contenidos sociales, lúdicos y educaciones, que planten las raíces sobre un nuevo mercado. Este será uno los principales nichos de crecimiento en los próximos cinco años.
CRONISTAS Y PERIODISTAS
Mientras queden humanos existirá el periodismo. Así de contundente suenan, al menos, las voces expertas. Pero la prensa mutará. De hecho, es un paso que ya dio hace más de una década y no parece detenerse: el papel es casi una rémora en tiempos de comunicación acelerada.
Las noticias se filtran mediante algoritmos: existen algoritmos que directamente crean las noticias. Y luego tendríamos robots como Jia Jia, una reportera robótica que la Agencia de Noticias Xinhua (China) integró en su plantilla, una especialista en ciencia y tecnología.
Pero aún queda una labor humanizadora: frente a la inmediatez y las arañas digitales que revisan y analizan datos, los humanos aún somos mejores observando con perspectiva, entendiendo el pasado y contando historias sobre él. Tal vez no seamos necesariamente más veraces, pero somos mejores cronistas, nos entendemos mejor a nosotros mismos. Y así será por bastante tiempo.
CÓMICOS
Lo que entronca directamente con la comedia, un asunto en el que no caben inteligencias artificiales, memorias RAM y robots de cocina.
OPERADORES TÉCNICOS ESPECIALIZADOS
Esta es una tendencia habitual: a mayor especialización, problemas más concretos. Los operadores telefónicos eran la única vía para solucionar problemas en 1950. Hoy día apenas son necesarios para el mantenimiento de los servicios. Además, el uso del teléfono para enviar o recibir llamadas se ha reducido drásticamente —y las ofertas comerciales están cada vez menos presentes—.
En cambio, los servicios técnicos son tan necesarios como el primer día. Asesorar y guiar a un cliente para explicar cualquier duda que pueda surgir, por especializada que parezca, no va a cambiar. Al contrario: vamos a necesitar más especialistas que nunca.
Fijémonos en el mercado de los agentes de viajes: se dice que Booking ha supuesto una revolución en el mundo del turismo. Las viejas agencias de viajes no entienden cómo puede existir un sistema tan personalizado, integrado dentro de las redes y bien gestionado. Pero ha surgido una tendencia que demanda cada vez más agentes reales demandando experiencia y comunicación humana.
DISEÑADORES 3D
Decíamos al comienzo que las impresoras 3D están sustituyendo a los diseños manufacturados. Pero esos diseños los tiene que crear alguien. Más de 70.000 personas esperan su trasplante de órgano sólo en nuestro continente y la tecnología de impresión 3D se antoja una realidad imprescindible.
Más económicos, accesibles y potencialmente compatibles con los pacientes llegarían estos órganos a las personas que los necesiten, así que habrá que aprender a manejar todo este nuevo campo: cursos de formación de bioimpresión, asignaturas especializadas en diseño, investigación y desarrollo de nuevas técnicas de impresión, etcétera.
Y sólo estamos mirando en el ecosistema médico: habrá que ser imaginativo y concebir nuevos diseños en todos los sectores, desde la construcción, transporte, incluso alimentación.
ABOGADOS DEL FUTURO
Que los robots tengan nuevos trabajos implica nuevas problemáticas. Esta revolución en los entornos y flujos de trabajo están siendo tratados en el Parlamento Europeo, a través del Informe sobre Personas Electrónicas, «la creación de un estatuto jurídico específico para los robots, para que al menos los que sean autónomos y más sofisticados tengan la condición de personas electrónicas, con derechos y obligaciones específicas».
Según Digi-Capital estos empleos generarán 110.000 millones de euros hacia 2020. Estos robots necesitarán un sistema legislado, y alguien tendrá que luchar por sus derechos, responsabilidades y obligaciones legales (y morales).
BIBLIOTECARIOS DIGITALES
Decíamos que los periodistas no pueden desaparecer, pero mucho menos las historias. Wikipedia, como tantas otras bibliotecas internacionales, es gratuita, pero cuesta una fortuna mantener. La digitalización de contenidos es un bien público para que nuestro conocimiento no se pierda en el tiempo. Y se espera que, sólo en España, genere más de un millón de empleos en los próximos 5 años.
La digitalización de todo tipo de cultura, obras fílmicas, pictóricas, videojuegos e incluso obras de teatro será la salvación para miles de terabytes de datos que podrían desaparecer, de ser ignorados, en la transición analógica.
Otro apunte: frente a la especialización de antaño, el mundo mundo laboral actual habla de constante adaptación, migración y reciclaje. De no pasarse toda una vida fabricando marcos de puertas o atendiendo clientes en una consultoría, sino de desplazarse dentro de los diferentes arcos de acción dentro de toda una rama laboral.
En definitiva, el mundo laboral siempre existirá. Se aproximan tiempos convulsos, un cambio generacional que transformará las formas de aprender y de enseñar. Pero, en ningún caso, estarán los humanos fuera de esta ecuación.
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