Un panel de forma triangular con un marco metálico gris y una superficie verde translúcida. En su interior, un conjunto de microalgas fijan carbono y excretan oxígeno, generando hasta 160 watt-peak (pico de vatios o Wp) y produciendo biomasa.Tras el invento está Adán Ramírez, de tan solo 23 años. Su empresa, Green Fluidics, fabrica estos paneles solares de microalgas que producen oxígeno y biomasa, una idea premiada a nivel mundial por el MIT, el EIT InnoEnergy, el Global Green Growth Institute y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, entre otros.
– Adán, cuéntanos algo sobre ti. ¿Qué estudiaste? ¿Te ha servido esta formación para innovar?
Me licencié en biotecnología en la Universidad Autónoma del Estado de México. Junto con los otros cofundadores, hemos tenido que aprender mucho de negocios porque en las carreras científicas no están incluidos. Negocios, finanzas, reuniones con inversores, etcétera. La propia realidad del día a día nos ha obligado a aprender todo esto, y ha sido muy interesante.
“Con esta combinación de microalgas y nanopartículas conseguimos generar energía al mismo tiempo que limpiamos el aire”
– Porque un científico o ingeniero se dedica a otros menesteres, a la ciencia o el diseño.
Sí, nos han enseñado siempre a focalizarnos en el laboratorio, en la ciencia, a redactar, etcétera. Lanzarnos a un área completamente distinta ha sido todo un aprendizaje.
– Así parece que la parte fácil ha sido diseñar un panel solar único con premios internacionales.
Con sus complicaciones reales, la parte de ingeniería era lo que sabíamos resolver con mayor experiencia. En todo lo relacionado con negocios hemos aprendido a cómo transformar toda esta parte científica, cómo comunicarla o cómo transmitirla de forma sencilla.
– Exactamente, ¿en qué consiste vuestra innovación?
Lo que hemos creado es un biopanel solar inteligente. Quisimos darle una nueva forma a los paneles solares tradicionales. Estos vienen siempre en forma de rectángulo que va en el techo. Pensamos que había que cambiar esta percepción, y para ello creamos un sistema energético basado en el uso de microalgas.
El sistema se combina con nanopartículas de carbono a las que llamamos ‘nanofluido’. Con esta combinación de microalgas y nanopartículas conseguimos generar energía al mismo tiempo que limpiamos el aire. El proceso de limpiar el aire es en esencia capturar CO2 y producir oxígeno.
“La geometría triangular nos permite generar muchas más formas”
– ¿Y por qué un triángulo? Parecía que estaba todo inventado.
Porque la geometría triangular nos permite generar muchas más formas, además de ser más estética. Con distintos triángulos puedes formar una gran cantidad de figuras y formas. Estos son de color verde por las microalgas y semitransparentes, por lo que podemos colocarlos no solamente en los tejados sino también en tragaluces, formando parte de la estructura.
A partir de ahí, ventanas, muros e incluso en obras artísticas o decorativas. La idea era abordar varias problemáticas. Una de ellas es la descentralización de la energía: llevarla a la mayor cantidad de personas en el mundo sin importar dónde estén. Otra es alcanzar un sistema energético lo más sostenible posible a lo largo de todo su ciclo de vida.
– ¿Qué ocurre con estos biopaneles al final de su vida útil?
Cuando se termina de usar la mayoría de sus componentes pueden regresar a la naturaleza, como es el caso de las microalgas. Las nanopartículas de carbono también. El resto de los componentes pueden reutilizarse para otros usos. Cerca del 90% de ellos son reintegrables y el 10% restante requieren algún tratamiento.
– ¿Y a qué mercado os enfocáis? ¿Dónde veremos estas nuevas placas solares?
“Vemos mercado en la agricultura sostenible y de precisión en la que todo recurso ha de ser medido y aprovechado”
Su principal uso, en este momento, es la industria de la construcción, edificios sostenibles o inteligentes. En los próximos años la mayoría de la gente va a desplazarse a edificios (de pisos, frente a vivienda unifamiliar) debido al aumento de la población.
Además, como el biopanel genera oxígeno, ha tenido interés en la industria aeroespacial. Cómo llevar oxígeno al espacio es un mercado paralelo que se ha estado desarrollando en Rusia o China.
La parte de captura de carbono también es un beneficio, y vemos mercado en la agricultura sostenible y de precisión en la que todo recurso ha de ser medido y aprovechado.
La idea es reducir la huella de carbono de la agricultura usando fertilizantes orgánicos que, además, otorguen sellos y etiquetas. Estamos viendo que los alimentos orgánicos tienen mucho valor por el mero hecho de poder asegurar la trazabilidad de todos los insumos.
Otras industrias a considerar son la automotriz o la ingeniería aeronáutica. Las aerolíneas son las empresas que más bonos o créditos de carbono compran. Generan una ingente cantidad de carbono y, en ocasiones, hasta las propias aerolíneas te ofrecen la posibilidad de comprar bonos junto al billete. Quieren demostrar que pueden secuestrar carbono.
“Cuando llega al final de su vida, el alga se convierte en biomasa que podemos drenar del biopanel y reutilizar como fertilizante”
– Porque uno de los puntos más interesantes es que combináis tecnología inerte con un pequeño bioma vivo.
En efecto. Usamos clorofitos (microalgas verdes). Estamos tratando de generar un mix con cianobacterias o bien únicamente con clorofitos. Esto va a depender de las especificaciones del cliente, qué le interesa.
Por ejemplo, que oxigene mucho pero no tenga tanto impacto en la parte eléctrica. Podemos adaptar el tipo de microalga para lograrlo. Otro de los requisitos podría ser «quiero generar mucha biomasa». La microalga es un ser vivo y tiene un ciclo de vida. Cuando llega al final de su vida se convierte en biomasa que podemos drenar del biopanel y reutilizarlo como fertilizante.
Es interesante porque esta biomasa sirve tanto a la industria agrícola como a un edificio de viviendas con huerto. Podemos combinarlo incluso con huertos verticales sin tierra o con sistemas de hidroponía. La idea es utilizar este biofertilizante derivado de microalgas.
– A diferencia de un panel solar convencional, parece que este panel realiza bastantes más funciones.
Genera energía, genera oxígeno, captura dióxido de carbono y genera biomasa. La idea es aprovecharlo al máximo para hacerlo sostenible.
“A menudo la tecnología avanza mucho más rápido que las leyes, y toca regular”
– Y en el proceso agrupáis muchas disciplinas diferentes.
En efecto. Por ejemplo, el doctor Miguel Mayorga, uno de los cofundadores, es licenciado en Física termodinámica y Estadística, así como parte fundamental del equipo por motivos evidentes acerca de la conversión eléctrica.
Por otra parte tenemos a Juan Arriaga, que como yo estudió Biotecnología pero que ahora está especializado en finanzas. Él se encarga de los números y de convertir nuestra ciencia en un proyecto de negocio.
Luego tenemos a Antonio Peñaloza, de Derecho, que trabaja por hacer que las leyes avancen en nuestro favor. A menudo la tecnología avanza mucho más rápido que las leyes, y toca regular.
Somos cerca de 20 personas en un equipo donde hay artistas plásticos, ingenieros industriales, diseñadores, ingenieros electrónicos, ingenieros biomédicos (que son los que comprenden el metabolismo de las microalgas), expertos en cinematografía para los rénderes, etcétera.
Es toda una gama de expertos, un equipo multidisciplinario y, casi más importante, intergeneracional. La mayoría del equipo tenemos 22 o 23 años, pero también hay de 30, 40 y 50. Parte del proyecto combina la experiencia de personas que han trabajado en industria y negocios, y los jóvenes podemos escucharles y aprender.
“Los organismos subacuáticos capturan la mayor parte de dióxido de carbono”
– El mejor ‘dispositivo’ de captura de CO2 es la vida. Desde los trillados árboles del Amazonas hasta los ignorados organismos acuáticos. Y no cuidamos ninguno.
Es cierto. Nosotros usamos microalgas pero en el mar hay gran cantidad de algas macroscópicas, corales, etcétera, que son las que mayor porcentaje de CO2 fijan. Más allá de los árboles, los organismos subacuáticos capturan la mayor parte de dióxido de carbono. Las microalgas son sus primas biológicas, y uno de los puntos del proyecto es usarlas de forma orgánica, en relación con su función biológica, pero combinada con tecnología.
– ¿Veremos pronto paneles como los vuestros o similares, quizá de la competencia?
Totalmente. Afortunada y desafortunadamente. Para la humanidad es desafortunado que no haya más tecnologías como esta. Ojalá haya un cambio y haya más investigación en esta línea, que más personas puedan mejorar nuestro producto porque para eso sirven las nuevas tecnologías.
“Estamos en un momento clave para la humanidad y necesitamos realizar acciones rápidas que vayan más allá de consumir más energía”
Esta va a ser una tecnología en auge que se va a replicar por todo el mundo. Sobre todo por sus beneficios más allá de la parte energética. Esta, en muchas ocasione,s es más un beneficio secundario frente a disponer de tecnología que contrarresta el cambio climático.
Estamos en un momento clave para la humanidad y necesitamos realizar acciones rápidas que vayan más allá de consumir más energía. Más allá de tener medios para consumir más, lo ideal sería aprender a consumir la mínima posible.
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Imágenes | Green Fluidics