Alai Miranda es una joven de 15 años que programa desde los 11, cuando empezó trasteando con una placa Arduino. Hace cuatro años sacó adelante el proyecto Alibubu, que mezclaba tecnología y solidaridad.
Hace cuatro años sacó adelante el proyecto Alibubu, que mezclaba tecnología y solidaridad. Consistía en un osito de peluche integrado con una tarjeta NFC que guardaba los datos personales de los niños refugiados mientras viajaban. Más tarde, ha sido invitada por empresas como Amazon o Google para dar charlas.
El pasado otoño Alai fue una de las estrellas invitadas al Commit 2019, la gran cita de los desarrolladores de software de habla hispana que se celebró en Madrid a finales de noviembre. Hace poco también fue reconocida como una de las “chicas digitales del año” en Europa, en los Ada Awards, “por su constancia y dedicación en el mundo de las tecnologías”. Definitivamente, Alai rompe el estereotipo de que la tecnología y la programación son cosas áridas y de chicos.
Alai no concibe un sábado sin escribir líneas de código en Python y también fabrica sus propios diseños en su casa con una impresora 3D. Con ella hemos hablado de su afición por la programación, de sus aspiraciones profesionales en este campo y cómo se puede involucrar a las mujeres en un área de actividad donde todavía son minoritarias.
-A los 11 años empezaste a programar. ¿Cómo fueron tus inicios? ¿Por qué te interesaste por esta actividad, que suele ser más de chicos?
La primera vez que estuve en contacto real con la tecnología fue cuando asistí a mis dos primeros cursos, uno de joyería digital y otro de tecnología textil. Creo que me interesó en ese punto por que fui capaz de ver las utilidades de la tecnología en campos que a esa edad me interesaban más. La primera placa que tuve fue un Arduino con el que encendía LEDs o generaba sonidos.
“Los padres también deberían considerar la tecnología como una actividad divertida, lúdica e interesante para una niña”
-¿Qué has hecho en los últimos 4 años y cuáles son hoy tus intereses en el mundo de la programación?
Como suelo contar en mis charlas, he asistido a múltiples cursos de robótica, programación, diseño, etcétera. He realizado numerosos proyectos y experimentos, y he intentado conocer cada día más este apasionante mundo de la tecnología. Dentro del campo de la programación, me encantaría seguir aprendiendo e investigando sobre más lenguajes para así ampliar mi conocimiento y mi capacidad de lógica.
-¿A qué te gustaría dedicarte en el futuro? ¿Cómo ves tu carrera profesional?
Lo cierto es que aún no tengo claro qué estudiaré, pero siempre he pensado en algo como la ingeniería informática o aeroespacial. Tampoco tengo muy claro lo que pasará después de la universidad, ni en qué país estaré, ni si trabajaré en una empresa o emprenderé con mi propia compañía. Lo que sí tengo muy presente es que la tecnología estará muy ligada a mi futuro y formación profesional.
-¿Cuáles son tus modelos? ¿A quién te gustaría parecerte en el mundo de la tecnología y por qué?
Dentro de la tecnología en especifico no tengo ningún modelo, pero hablando del mundo STEM me encanta la historia de Katherine Johnson [matemática y científica espacial de origen afroamericano cuyo trabajo en la NASA fue clave para llevar al hombre a la luna], quien tuvo que luchar contra la sociedad por el hecho de ser una mujer negra. Pero logró su objetivo utilizando sus increíbles capacidades y demostrándole al mundo de lo que era capaz.
“En casa tenemos una impresora Prusa i3 en la que he fabricado muchas cosas. El mundo maker debería estar presente en los colegios”
-Las empresas en España se quejan de que hay pocos chavales formados en programación y en las últimas tecnologías. Y lo ven paradójico porque casi no hay paro en el sector y para los que se forman se abren muchas oportunidades profesionales. ¿Por qué crees que pasa esto? ¿Por qué crees que los jóvenes no se interesan por la tecnología como salida profesional, y sólo lo hacen como usuarios?
Ehhh, no sé. Como se puede apreciar, ese no es exactamente mi caso, pero creo que cualquier persona a la que le enseñes los campos de acción e interminables oportunidades que ofrece la tecnología se plantea definitivamente hacer una carrera relacionada con la programación.
-Basándote en tu experiencia y peripecia vital, ¿cómo se podría incentivar a jóvenes como tú a optar por una formación técnica?
Considero que hay que exponer a los jóvenes a este campo, no únicamente al fútbol o al ballet. Creo que deberíamos enseñarles y abrirles los ojos para que vean el sinfín de proyectos y cosas llamativas que podemos crear gracias a la tecnología.
“Hay que exponer a los jóvenes al mundo de la tecnología, no únicamente al fútbol”
-¿Crees que en Primaria y Secundaria debería haber clases de programación? ¿Y cuántas horas echas tú a la semana programando?
Como ya hemos visto y como las estadísticas nos están indicando, en el futuro muchísimas profesiones estarán basadas en el conocimiento y manejo de la programación. Por consiguiente, considero que este tipo de clases y actividades relacionadas deberían normalizarse e incorporarse en el sistema educativo cuanto antes.
Lo cierto es que en cursos anteriores dedicaba más tiempo diario a la tecnología, pero la realidad es que ahora, que estoy en cuarto de la ESO, sería muy difícil compaginar las horas que me gustaría dedicarle a la programación semanalmente con mis objetivos académicos.
Además ahora estoy metida en programas más a largo plazo, por lo que los momentos de programar e investigar no son tan frecuentes, pero disfruto periodos cortos e intensos. Eso sí, a mí los sábados de Python no me los quita nadie.
-En general, los jóvenes en España eligen poco los ciclos de FP técnicos y las carreras de ingeniería. Pero si miramos a las chicas, el asunto es todavía peor. En las aulas de informática hay muy poquitas. ¿Cómo podríamos llenar estas aulas de niñas?
En España hay muchísimas oportunidades y hay incontables empresas y fundaciones que organizan cursos para acercar la tecnología a las niñas. Pero también es cierto que los padres también deberían considerar la tecnología como una actividad divertida, lúdica e interesante para que una niña pase una tarde de sábado.
Uno de los primeros cursos a los que fui, y donde luego obtuve una beca de Autodesk, fue de impresión 3D. En casa tenemos una impresora Prusa i3 en la que he fabricado muchas cosas, varias diseñadas por mi. El mundo maker debería estar presente en los colegios.
-¿Qué tal se te dan las matemáticas?
Me encantan las matemáticas, aunque no son mi fuerte. Desde pequeña he leído la historia de las matemáticas en el ‘Libro de las Matemáticas’. Están en todas partes. Lo cierto es que para mí son las asignaturas de física y química y tecnología las que me resultan más sencillas y atractivas.
“A cualquiera que le enseñes las interminables oportunidades la tecnología acaba estudiando programación”
-Te preguntaba por las matemáticas porque una de las razones para que las mujeres no acaben en el mundo de la tecnología está en la dificultad que tienen con las matemáticas en sus años de formación. Según varios estudios, las niñas en Primaria y Secundaria se sienten más inseguras con esta asignatura que los chicos. ¿Notas esta brecha de género en el instituto?
En 4º de la ESO, mi curso, los estudiantes se dividen en tres clases en las que se hacen combinaciones con las asignaturas economía, biología y física y química. Yo pertenezco a la clase de física y química y biología, por lo que nos consideran ‘los de ciencias’.
Independientemente de esto, no veo una gran brecha de géneros en la repartición de las clases. Y respecto a mi grupo más cercano, muchas de las chicas a veces están aún más interesadas por lo STEM que los chicos. Con esto quiero decir que en mi colegio no percibo este tipo de diferencia.
-También algunos dicen que las niñas no entran en el mundo de la tecnología o la programación porque no encuentran modelos femeninos en estas actividades. Y porque las ven como profesiones solitarias y aburridas. ¿Tú cómo lo ves?
No me he guiado por un modelo o alguien en el sector. Simplemente no veo la diferencia. Para muchas chicas es difícil o incómodo estar en un grupo solo con chicos, lo que puede afectar a su entusiasmo por este tipo de actividades. Pero considero que si lo que buscamos es igualdad, no deberíamos negarnos a nosotras mismas estar en una clase o grupo solo porque no hay más chicas.
No quiero despedirme sin daros las gracias por ayudarme y apoyarme para seguir animando a más y más niñas a interesarse y descubrir el apasionante y sobre todo divertido mundo de la tecnología.
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Imágenes | Cedidas por Alai Miranda