Ya es una realidad ‘Se suponía que esto era el futuro’, un volumen editado por Wicho (Javier Pedreira, izquierda) y Alvy (Álvaro Ibáñez, derecha), dos de los creadores originales de Microsiervos. Legendario espacio que pone el foco en la tecnología y su impacto social, y ha inspirado y dinamizado la blogosfera española desde hace dos décadas. Con esta nueva publicación, Microsiervos entra en el mundo del papel.
– ¿Cómo habéis hecho la criba de los miles de contenidos del blog?
Alvy. Ha sido muy complicado. Cuando empezamos a preparar el libro pensamos en qué artículos, de los que más nos gustan, podríamos sacar. Pero como llevamos tantos años publicando, hicimos la lista y nos salieron como 45 000 artículos publicados en el blog.
“Hay anotaciones de hace 15 años o más, de las que publicamos en revistas” — Alvy
De modo que buscamos ‘los clásicos’ del blog, los temas que más nos han gustado de siempre: el origen de internet, los hackers, etc. Y con la editorial trabajamos en una lista para que ellos determinasen cuáles eran los más apropiados, e incluso propusieron alguno como fue el capítulo de la pandemia.
Pero fue complicado. Al final el libro es una mezcla entre lo que ya estaba publicado, y una reescritura. Hay anotaciones de hace 15 años o más, de las que publicamos en revistas. El criterio editorial fue clave.
– Buena parte del libro consiste en desmentir bulos, mitos, falsas creencias. ¿Por qué son tan fáciles de aceptar pese a la evidencia en contra?
Wicho. Porque es más fácil aceptar explicaciones sencillas que no te hacen pensar mucho, frente a aquellas que tienes que investigar y pensar un poco más. Hay una viñeta humorística en la que se ve a una persona con un puesto donde se lee “Mentiras sencillas y reconfortantes” con una cola larguísima; y al lado otro puesto con “Verdades incómodas” sin nadie. Es fácil dejarse llevar.
Las pseudociencias tienen tanto éxito porque nos dicen lo que queremos oír y nos ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos en un derroche de populismo y de promesas imposibles. Por el contrario, los científicos pedimos esfuerzo, grandes acuerdos y compromisos duraderos. pic.twitter.com/EVwYnGdfCq
— JavierGarciaMartinez (@javiergarciamar) August 24, 2020
Alvy. Entre las miles de cosas que he leído en relación con la covid-19, las vacunas y los negacionistas, una de ellas es que “tienes que tener en cuenta que a lo mejor hay gente que no puede aceptar la realidad”. No le gusta poder contagiarse con el virus, ponerse la mascarilla, tener que estar en casa. Simplemente, el cerebro niega la realidad, que el virus exista o que el contagio sea peligroso. Negar la realidad o adaptarla a lo que nos reconforta.
“Es más fácil aceptar explicaciones sencillas que no te hacen pensar mucho” — Wicho
– No aceptar la realidad como mecanismo de defensa.
Alvy. Sí, y además creo que nos ha pasado a todos. Gente que tenemos cerca y que consideramos razonable para otros temas, que admiten cualquier argumento raro sobre la inseguridad de las vacunas. Y te ves incapaz de entender por qué se les han ‘cruzado los cables’ y se niegan a aceptar la realidad.
– Otro punto necesario del libro ha sido el de fomentar la visibilización histórica de la mujer en el mundo científico o tecnológico. Ambos habréis sido testigos de los avances en estos campos.
Wicho. Queda muchísimo por hacer para que haya igualdad de verdad. Hay todavía una brecha salarial importante. En según qué campos la carrera profesional de las mujeres no es fácil de conciliar con la vida familiar, o no es tan fácil como lo es para los hombres.
Pero sí es importante que ha habido cambios. Hace años ni siquiera éramos conscientes de que había un problema, y ahora está sobre la mesa. Muchas personas tratamos de visibilizarlo y darle la importancia que tiene, conseguir que otras personas reflexionen sobre el tema, e intentar que las cosas vayan cambiando.
Además es un tema de diversidad. Hace unos años Google contrató a una ingeniera para temas de inteligencia artificial. Ella era de origen africano, y cuando intentó hacer ver que los conjuntos de datos con los que se trabaja tenían sesgo, la actitud de sus jefes y compañeros hizo que se marchase de la empresa. Es importante hablar de esto porque a veces no se quiere ver el problema.
“[Sobre el feminismo] Hace años ni siquiera éramos conscientes de que había un problema, y ahora está sobre la mesa” — Wicho
En nuestro libro no hemos querido ser polémicos, pero sí hemos introducido mujeres, y no debería incomodar a nadie. En el primer Naukas (evento de divulgación) éramos treinta y pico tíos hablando y una tía. Ahora la proporción es muy diferente, hay bastantes más mujeres.
– Decís que no queréis ser polémicos. Pero ¿os han llegado críticas de negacionistas o antinucleares?
Alvy. Con el tema de la energía nuclear siempre hay algún comentario que te sueltan en Twitter. Poca cosa.
Wicho. Tengo un amigo que me ha dicho que “tenemos que hablar” del capítulo sobre energía nuclear, pero aún no le he visto. No hemos querido pillarnos los dedos, hemos sido asesorados por gente que sabe mucho más que nosotros.
– Otro de los hilos conductores del libro es la dificultad que se tiene para predecir lo que ocurrirá. ¿Por qué es tan difícil la futurología, especialmente con la ingente cantidad de datos que tenemos?
Alvy. Hace unos días alguien, hablando sobre España 2050, decía que todavía quedaban 30 años. Si echamos 30 años hacia atrás nos ponemos en 1990. En esa fecha, ¿podríamos haber hecho una predicción sobre 2020 y adivinar cosas como que todos tendríamos un smartphone? En los 90 la web estaba naciendo.
“La primera edición de ‘Camino al Futuro’ de Bill Gates no reconocía la importancia de internet” — Alvy
No existía Wikipedia ni Google. Ha habido muchos cambios que no se veían venir. Por ejemplo, ¿cómo podríamos haber predicho que la gente tendría problemas de adicción por videojuegos en el móvil o que usaríamos internet, una red de comunicaciones, para enviar fotografías de gatos?
Hasta que no estás muy cerca de que una tecnología se consolide, es dificilísimo prever sus consecuencias. Cualquier cosa que hoy escribas en un informe ‘España 2050’, en alguna estarás más o menos cerca, pero en otras ni remotamente. Recuerdo que la primera edición de ‘Camino al Futuro’ de Bill Gates no reconocía la importancia de internet tal y como la entendemos ahora, aunque poco después rectificó y en las siguientes ediciones ya había más menciones y reflexiones al respecto.
– Hablando de futuribles que no llegan a consolidarse, ¿por qué siempre quedan dos décadas para llegar a Marte?
Wicho. Por una parte, porque no ha habido voluntad de invertir lo necesario. Si ir a la Luna fue muy caro, ir a Marte lo es mucho más. No está claro que sea justificable en una situación de no excesiva bonanza económica. Dicho esto, las cosas están cambiando gracias a la iniciativa privada.
SpaceX, Blue Origin, Rocket Lab… Creo que nos faltan otros 20 años para llegar a Marte, pero esta vez de verdad. Hay gente haciendo las cosas de forma mucho más eficiente. Muchos programas de la NASA, por ejemplo, funcionan prácticamente como programas de empleo. El político de turno consigue que el tanque de combustible se fabrique en su estado, aunque eso sea superineficiente porque luego hay que cruzar medio país con él.
También en la NASA, las misiones se controlan en el Centro Kennedy hasta que pasan de la torre de lanzamiento. A partir de ahí se pasa el control de misión a Houston (Texas). ¿Por qué? Por temas políticos. Esto en las empresas privadas no pasa, y veremos una aceleración.
Alvy. Además, partimos de unos supuestos que todos damos por hecho, y quizá no queramos aceptar el hecho de que es dificilísimo llegar allí. Es probable que las primeras misiones a Marte sean solo de ida. Para mucha gente es inconcebible. Hicieron un proyecto con voluntarios para la misión y se quedó un poco en el limbo. Igual hay que plantearse esto como la colonización del pasado.
“Con Radar COVID, se juntó el gañanismo de la gente, que no se preocupa de mirar las condiciones, y una muy mala ejecución por parte de las Administraciones” — Wicho
– No deja de ser curioso cómo una herramienta que permite el anonimato, como Radar COVID ha sido tan criticada por gente que comparte alegremente todo tipo de información privada con empresas que desconoce.
Alvy. Hemos gastado tres millones de euros en el desarrollo y publicidad de Radar COVID. Y aun así se la ha instalado muy poca gente. Y menos aún los que le han dado uso. Ojo, la idea era buena si todo el mundo se la descarga, se dan los códigos, se notifica a tiempo, etc. Pero en cuanto uno de esos puntos falla…
Cuando la app salió, hicimos un cálculo de cuánta gente quedaba fuera por tener un sistema operativo incompatible, por tener un móvil viejo donde no se podía instalar, por no saber instalarla, por tener miedo en temas de privacidad, etc. El resultado anunciaba un desastre.
Wicho. Fue una cadena de despropósitos por parte de la Administración. Se hizo un programa piloto en La Gomera en junio, pero hasta septiembre no estaba disponible la aplicación. Se explicó muy mal el tema de la privacidad. Se suponía que era de código abierto pero se tardó semanas en publicar.
Luego está el tema de que la gente no se lee esas condiciones, y poco menos que estás empeñando a tu primogénito. Como Radar COVID no se explicó muy bien, la adopción fue muy mala. Luego las autonomías tardaron en activarla, y una vez activada los códigos no llegaban. Se juntó el gañanismo de la gente, que no se preocupa de mirar las condiciones, y una muy mala ejecución por parte de las Administraciones.
Alvy. Ha sido muy fácil sembrar dudas sobre su mal uso.
– Estáis en contacto con la tecnología, así que la última pregunta es de prospectiva. ¿Qué creéis que cambiará de aquí a cinco años?
Alvy. Puedo decir una que creo que puede valer. En cinco años tendremos gadgets más orientados a la salud de la gente. Si ahora con el reloj controlas pulsaciones, oxígeno, etc., que todo esto esté conectado con la sanidad pública. Nuestra salud estará mejor monitorizada. Por ejemplo, medidores de glucosa sin pinchazos para personas diabéticas. Ya hay relojes capaces de detectar signos de alzhéimer por los gestos que se hacen. En cinco años será más accesible.
Wicho. Los coches autónomos. En cinco años puede que estén circulando por algún sitio. La tecnología está bastante lista, es más un problema regulatorio. Igual no en todas partes, pero en algunos estados de Estados Unidos igual vemos la autorización para circulará
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Imágenes | Wicho/Alvy, NASA/JPL-Caltech