El lenguaje es el rasgo más distintivo de los humanos. Y, en teoría, nuestra especie es la más evolucionada desde el punto de vista de la comunicación. Pero es suficiente con entrar en un bar, mirar ciertos programas de televisión o presenciar una discusión de pareja, para entender que tanta evolución, a veces, resulta inútil. Sobre todo, si lo que falta es la educación. Por el contrario, los animales suelen ser más corteses y educados.
Estamos acostumbrados a pensar que los animales no se comunican entre sí, simplemente porque no les entendemos. Sin embargo, los investigadores de la Universidad de York han tratado de descifrar el misterio de las ‘conversaciones animales’, analizando los sonidos emitidos por algunos de ellos y estudiados durante años de investigación.
Los investigadores revisaron cientos de estudios anteriores, en particular, sobre el comportamiento llamado ‘turn-taking‘. Es decir, la capacidad de un ser para esperar su turno antes de expresarse. Se trata de una forma de organizar una conversación o un diálogo en el que los participantes hablan alternándose, sin superponerse.
Los animales son conversadores educados
Cuando hablamos de ‘turn-taking‘, explican los investigadores, nos referimos a un intercambio ordenado de señales de comunicación, típico de las conversaciones entre seres humanos y utilizado a escala global. Según los estudiosos, hay muchos animales, la mayoría, que saben esperar a que el interlocutor termine su mensaje antes de contestar.
Los monos marmoseta, por ejemplo, usan su voz para localizar al otro. Los delfines emiten sonidos para comprender cómo coordinarse con los otros miembros del grupo. Los pájaros macho lanzan propuestas a las hembras con sus gorjeos. Luego, siguen con la conversación (y lo que no es conversación) solo tras recibir una confirmación de interés. Como verdaderos caballeros.
Dependiendo de la especie, la comunicación puede tener forma de gorjeos, gruñidos, movimientos, pulsaciones en la tierra, incluso destellos submarinos. Cada animal tiene su propia forma de comunicarse. Pero casi todos parecen lucir un rasgo común: siempre saben cuándo hablar y cuándo callarse. No está nada mal para seres que consideramos mucho menos evolucionados que nosotros.
Una característica fundamental del comportamiento ‘turn-taking‘ es el tiempo. Algunas especies de pájaros tienen un tiempo de latencia entre las notas producidas por dos especímenes diferentes inferior a los 50 milisegundos. Otros animales son un poco más lentos, como los cachalotes que intercambian secuencias que se intercalan cada dos segundos. Los humanos tenemos intervalos de aproximadamente unos 200 milisegundos. En algunas comidas familiares incluso mucho menos…
Los investigadores explican que comprender cómo los animales interactúan entre ellos puede ayudarnos a entender la evolución de nuestro lenguaje. «Este estudio permitirá a los investigadores rastrear la historia evolutiva de este comportamiento extraordinario y responder a antiguas preguntas sobre los orígenes del lenguaje humano”, aseguran.
Las formas de comunicación animal
La comunicación animal realiza múltiples funciones en varios contextos. Permite reconocerse y establecer jerarquías. Favorece los rituales de cortejo con fines reproductivos e interviene en la defensa de los depredadores y en la caza. Dependiendo de los órganos sensoriales a través de los cuales se reciben los estímulos, la comunicación se distingue en química, visual, auditiva y táctil.
La comunicación química es el tipo más primitivo y el más difícil de observar. Particularmente importante en el comportamiento sexual y territorial de muchas especies, es el uso de sustancias químicas complejas, las feromonas. Se utilizan, entre otras cosas, para atraer a la pareja, señalar una pista, definir límites y reconocer a los miembros del grupo.
La comunicación visual se desarrolla a través de movimientos corporales, posiciones y colores particulares. En las especies más evolucionadas, también a través de expresiones faciales complejas. La comunicación táctil es muy importante para varias especies de mamíferos. Particularmente en el comportamiento de pareja y en las relaciones entre la madre y la descendencia.
La comunicación auditiva se lleva a cabo a través de sonidos emitidos de maneras muy diversas. Desde el uso de la siringe y el pico en los pájaros, hasta los cascabeles córneos, sacudidos por las serpientes de cascabel. En los insectos, los sonidos se producen a través de la vibración de las alas, el frotamiento de órganos estridentes, de antenas y patas. Los mamíferos los emiten a través de las cuerdas vocales, pero también se comunican con ruidos que se obtienen con otras partes del cuerpo.
Nos entienden mucho mas de lo que pensamos
La neurociencia nos está ayudando a comprender cómo funciona el cerebro de los humanos y de los demás animales. El neurocientífico estadounidense Gregory Berns lleva años conduciendo estudios sobre los perros. Sus conclusiones asombran. ”El día en que se entienda que existe un pensamiento sin lenguaje entre los animales, moriremos de vergüenza por haberles encerrado en los zoológicos y humillado con nuestras risas”, avisa el etólogo francés Boris Cyrulnik.
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