La nueva herramienta para la salud de Google es un dispositivo que permitirá monitorizar la salud de la piel, el cabello y las uñas mediante el uso de inteligencia artificial. Aunque se presentó en mayo, su lanzamiento está previsto para antes de que acabe el año.
En resumen, las personas podrán usar la cámara de su smartphone para escanear y sacar fotografías de un área problemática. Por ejemplo, en caso de erupciones cutáneas.
De hecho, esta nueva herramienta está pensada especialmente como ayuda para la identificación de problemas dermatológicos. Para lograrlo, el sistema utiliza muchas de las mismas técnicas que se emplean para detectar la enfermedad ocular de origen diabética y el cáncer de pulmón en las tomografías computarizadas.
Además de sacar fotografías, los usuarios deberán responder una serie de preguntas sobre su tipo de piel y otros síntomas. Tras recibir la información, la herramienta tendrá acceso a un conjunto de 288 posibles problemas. Entre estos, debería poder aclarar cuál podría ser el que concierne al usuario específico. Para cada condición coincidente, el dispositivo mostrará información revisada por dermatólogos y respuestas a preguntas frecuentes, además de imágenes similares presentes en la red.
La inteligencia artificial (IA) de Google ha sido alimentada con millones de imágenes de problemas cutáneos. Y miles de imágenes de piel sana. Además de esto, también se incluyeron 65 mil imágenes de contextos clínicos. De esta forma, la herramienta es capaz de tener en cuenta factores como el tipo de piel, la edad, el género y la etnia. Y así proporcionar información lo más calibrada y precisa posible.
Las dudas sobre la salud de la piel
El sistema ya ha obtenido el reconocimiento como dispositivo médico de bajo riesgo en Europa. En Estados Unidos aún no ha sido evaluado por la Food and Drug Administration. El año pasado, Google publicó sus primeros resultados en ‘Nature Medicine‘. Los datos dicen que la herramienta es capaz de identificar afecciones cutáneas comunes con la misma predicción que un dermatólogo. E incluso con más precisión que un médico de cabecera. Precisamente por ello, la herramienta ha sido identificada como una posible ayuda a los médicos no dermatólogos para un diagnóstico más certero.
La acción de Google ha sido explicada en una entrevista con la revista ‘The Verge‘. Karen DeSalvo, directora de salud de Google Health, señaló que «la gente acude a Google para hacer una serie de preguntas sobre las afecciones de la piel». Se trata de unas 10 mil millones de preguntas cada año, todas enfocadas a la salud del órgano más grande del cuerpo humano.
La INTELIGENCIA ARTIFICIAL como ayuda para el diagnóstico
Dos mil millones de personas en todo el mundo padecen problemas dermatológicos, pero hay una escasez general de especialistas. Si bien el primer paso de muchas personas implica acceder a una barra de búsqueda de Google, puede ser difícil describir lo que se ve en la piel solo con palabras. Y es allí donde entran en juego las imágenes y la IA.
Sin embargo, como también se especifica en el blog oficial de Google, la intención no es reemplazar el diagnóstico médico. Solo un experto puede realmente, caso por caso, establecer la naturaleza del trastorno o patología. El propósito de la herramienta, especificó DeSalvo, es brindar información lo más precisa posible sobre el estado de la piel en el menor tiempo posible.
Según Google, de hecho, la inteligencia artificial ya tiene el potencial para ayudar a los médicos a cuidar de los pacientes y tratar enfermedades. No solo en el campo de la dermatología, sino también en el proceso de cribado del cáncer de mama y en la detección de la tuberculosis. Al combinar los avances en IA con otras tecnologías, como las cámaras de los smartphone, se construyen nuevos canales para que las personas aprendan más sobre su salud.
La inteligencia artificial, de hecho, ya es capaz de hacer diagnósticos y pronósticos a partir de una simple imagen radiológica. O con una sola foto de una preparación histológica. En el campo psicoterapéutico, ya están en funcionamiento avatares que compiten con los humanos en la terapia de problemas psíquicos. Pronto estos sistemas también estarán disponibles para su uso en atención primaria.
Los desafíos de los médicos
Es de suponer que el médico de cabecera tendrá que acostumbrarse a gestionar la relación con los pacientes que cada vez más le expondrán los datos obtenidos con sus wearables. Con el riesgo de verse abrumado por una enorme masa de información y nuevas responsabilidades. En un contexto de mayor incertidumbre y confusión, causado por las enormes expectativas puestas en la tecnología.
De hecho, existe la posibilidad de que los pacientes tengan una confianza excesiva en los autodiagnósticos, que, en cualquier caso, no pueden sustituirse al control médico. La simple lectura de los datos sin ninguna reflexión crítica puede satisfacer a sujetos ansiosos, pero también podría incrementar el fenómeno del sobrediagnóstico. Aunque en un área como la dermatología, en la que el análisis visual y los estudios de casos pueden marcar la diferencia en el diagnóstico, el aprendizaje automático puede ser un apoyo útil.
En cualquier caso, como también afirma Google, una colaboración entre médicos e informáticos sigue siendo necesaria para integrar las posibilidades de la tecnología con la experiencia de la práctica. La medicina digital no debe sustituir a la medicina tradicional, sino apoyarla, gracias a los nuevos canales de comunicación y las nuevas tecnologías. Será útil como complemento para el médico, que podrá delegar operaciones sobre los datos a las máquinas. Y disponer así de más tiempo para ocuparse de la atención al paciente.
La IA y los sistemas de medicina digital deben considerarse herramientas, como el microscopio o el electrocardiógrafo, desarrolladas para compensar la limitada capacidad perceptiva de los médicos. No obstante, no tenemos que olvidarnos de que nuestra identidad sigue siendo fundamentalmente analógica, incluso en un mundo cada vez más digital.
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Imágenes | Lucija Ros/Unsplash, Google