Rosa Arias, creadora junto a la fundación Ibercivis, de la App Odour Collect.
“El mal olor es la segunda causa de queja medioambiental en el mundo, tras el ruido. Sin embargo, no recibe la atención que merece ni por parte de las autoridades competentes ni por la industria, que, con sus procesos, es la mayor responsable de estas emisiones pestilentes”, comenta a Sinc Rosa Arias. Esta ingeniera química ha desarrollado la app Odour Collect para para que los usuarios den cuenta de los efluvios a los que se hallan expuestos y participa en un proyecto europeo para desarrollar un mapa del mal olor del mundo. Trabajo tiene porque, a veces, apesta bastante.
Odour Collect, “usa la ciencia ciudadana, los smartphones que siempre llevamos encima, y nuestra nariz, que es el mejor sensor de olor que existe”, según su creadora. Los humanos podemos distinguir en torno a un billón de olores diferentes.
Al ser un sentido de defensa que nos alerta de peligros, lo tenemos muy desarrollado. “Por ejemplo, el ácido sulfhídrico, gas principal causante del hedor a huevos podridos en estaciones depuradoras de aguas residuales, es un gas letal y nuestra nariz lo detecta en concentraciones bajísimas, inferiores a 10 partes por billón (ppb), por debajo del límite de detección de muchos aparatos de medida”.
el mal olor como termómetro medioambiental
Además, los desagradables hedores generados por fábricas, explotaciones ganaderas y vertederos son señales de alerta de problemas ambientales graves. Sin embargo, este tipo de contaminación es la gran olvidada por las legislaciones.
Este fue el motivo que la llevó a desarrollar la aplicación. “Quise dar a los ciudadanos una herramienta que los empoderara para poder no solo acceder a los datos, sino generarlos; demostrar que en su comunidad existe un problema de hedores y reclamar una acción a los implicados”.
Su tesón por poner este problema ambiental en el primer plano ha hecho que la UE le otorgue el liderazgo del proyecto europeo D-Noses, junto a la fundación aragonesa de ciencia ciudadana Ibercivis. El objetivo, dice, “es elaborar un mapa mundial del olor con la ayuda de los datos enviados por la gente a través de Odour Collect”.
“La app –explica Arias– es muy sencilla. Lo que hace es geolocalizarte mediante el móvil en el espacio y en el tiempo, de manera que puedes registrar allá donde estés un nuevo olor en tiempo real. También tienes la posibilidad de acceder a las observaciones que hayan incluido otras personas e incluso comunicarte con ellas para hacer así un mapa colaborativo de hedores”.
Odour Collect está disponible en la web y en dispositivos Android. Arias está preparando ahora la versión 2.0 para hacerla extensible al sistema IOS de Apple.