Banqueros sin escrúpulos, empresarios desalmados y políticos capaces de cualquier cosa con tal de conseguir sus objetivos. Los villanos de numerosas películas infantiles representan muchas veces a aquellos más poderosos de la sociedad. Tenemos al banquero Sr. Dawes Jr., a la Reina Roja y al Príncipe Hans, entre tantos otros.
En la película de Netflix ‘Bigfoot Family’, el villano es un conocido magnate que quiere extraer petróleo de una reserva natural de Alaska (Estados Unidos). Lo que podría considerarse un argumento totalmente normal, propio de una película para niños, ha generado polémica. El Centro Canadiense de Energía (CEC) ha lanzado una campaña contra Netflix Canadá al considerar que la película representa un “lavado de cerebro para los niños por medio de propaganda contra el gas y el petróleo”.
Rumbo a Alaska
La familia de Adam es bastante especial. Él mismo tiene superpoderes, su padre es el legendario bigfoot y en su casa viven también un oso, dos mapaches, una ardilla y un pájaro carpintero. Cuando se enteran de los planes de la importante firma petrolera Extra, el padre de Adam decide poner rumbo a Alaska para impedir las extracciones y proteger el medioambiente.
‘Bigfoot Family’ es una película de producción franco-belga que todavía no podemos ver en España, pero que ya está disponible en Netflix en algunos países. En Canadá se estrenó en febrero, como se estrenan la mayoría de las obras infantiles en la plataforma: sin que nada hiciese sospechar que el título generaría algún revuelo. Sin embargo, lo hizo. La protesta de un padre llamó la atención del Centro Canadiense de Energía (CEC), que decidió tomar acciones contra Netflix.
La acusación ha dado de qué hablar en Canadá. Ha saltado a los medios, ha tenido peso en debates políticos (el CEC está financiado por el Gobierno de Alberta) y, por supuesto, ha propiciado la polémica entre los defensores de seguir apostando por los combustibles fósiles y aquellos que apuestan por las energías renovables.
Además, ha dado un impulso al título de Netflix. ‘Bigfoot Family’ estuvo entre las 10 más vistas de la plataforma durante dos semanas tras su lanzamiento, para desaparecer después del top 10. Sin embargo, tras comenzar las críticas hacia ella, la película volvió a posicionarse entre las más vistas en el país norteamericano.
Una carta para Netflix
Con el lema “Tell the truth Netflix!”, el CEC ha comenzado una campaña con la que busca que Netflix cambie el discurso acerca de la industria del gas y el petróleo. Anima a los canadienses a firmar una carta dirigida a Lindsey Scully, la persona al mando del departamento de Comunicación de Netflix Canadá. Mientras se escriben estas líneas, unas 3500 personas han firmado la iniciativa y mostrado su apoyo.
De acuerdo con el CEC, la película vende mentiras sobre el sector energético. “Incluso muestra la extracción de petróleo haciendo volar un valle con bombas rojas brillantes que parecen sacadas de una película de acción”, señalan en la página web creada para denunciar el contenido de la película.
Añaden además que ‘Bigfoot Family’ resulta peligrosa por inculcar ideas propagandísticas a los más pequeños. “Lavar el cerebro de nuestros hijos con propaganda contra el petróleo y el gas está mal, ¡y Netflix tiene que saberlo! Nuestros hijos son el futuro, pero no pueden tener éxito si reciben información errónea. Defiende a nuestros hijos: ¡dile a Netflix que esto está mal!”
A lo largo de la carta dirigida a Netflix, el centro canadiense defiende los métodos de la industria de petróleo y gas de Canadá, “una de las mejores del mundo en lo que respecta a estándares ambientales, sociales y de gobernanza”. Señala incluso que esta industria gasta millones de dólares cada año para proteger el medio ambiente y es clave en la descarbonización de la economía. Sin embargo, lo cierto es que la industria petrolera de Canadá – al igual que las de otras regiones del mundo – ha estado relacionada con numerosas polémicas en los últimos años.
De Alaska a Canadá
Durante el último siglo, tanto Estados Unidos como Canadá han sido países muy ligados a la industria petrolera, sobre todo debido a la presencia de pozos en sus territorios. Sin embargo, la necesidad de iniciar una transición hacia el uso de energías renovables y menos contaminantes ha generado numerosos debates en los últimos años.
Una de las últimas controversias que han tenido en común ambos países en relación al petróleo ha tenido que ver con el Keystone Pipeline XL. Un gigantesco oleoducto que comunica Alberta, Canadá, con Texas, Estados Unidos. El Gobierno de Biden frenó un proyecto de expansión del oleoducto que provocó las quejas del canadiense, que veía en la infraestructura una oportunidad para su industria petrolera.
La paralización del proyecto fue aclamada por numerosos grupos ecologistas, políticos y actores interesados en proteger el medioambiente. Ahora solo queda esperar a que, en un futuro, luchas como estas sean solo el argumento de una película.
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Imágenes | Wikimedia Commons/HippoBiard, Unsplash/Chris Liverani