Curiosamente, en los días en los que todo el mundo hablaba de la polémica entre Shakira y Piqué, por España pasaron dos borrascas que nos dejaron abundantes lluvias… y una de ellas se llamó ‘Gerard’.
Fue una casualidad, claro está, pero quizá te hayas preguntado ¿quién es el responsable del nombre de las borrascas y para qué sirve?
¿Quién nombra a las borrascas?
Tal y como nos cuenta la AEMET, el encargado de tal fin es el Grupo Suroeste europeo, formado por los Servicios Meteorológicos Nacionales de Portugal (IPMA), Francia (Météo-France), Bélgica (RMI), Luxemburgo (MeteoLux) y la propia AEMET española. Esta cooperación funciona en el marco de la EUMETNET, organización cuyo objetivo es asegurar y facilitar la cooperación entre los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales del viejo continente.
En ella se agrupan también el Grupo Oeste europeo (Reino Unido, Irlanda y Países Bajos), el Grupo del Norte (Noruega, Suecia y Dinamarca), el Grupo Central (Alemania, Austria, Suiza, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría), el Grupo del Mediterráneo central (Italia, Eslovenia, Croacia, Macedonia del norte, Montenegro y Malta) y el Grupo del Mediterráneo oriental (Grecia, Chipre e Israel).
Pero vamos al tema, lo primero que hay que saber es que no todas las borrascas reciben su “bautismo”, solamente las que se consideran de gran impacto. Es decir, las que tienen potencial para producir un gran impacto en bienes y personas.
No se debe confundir con el nombre de los huracanes, que de eso se encarga la Organización Metereológica Mundial, organismo especializado de las Naciones Unidas que se dedica a la cooperación y coordinación internacionales en lo que se refiere al estado y el comportamiento de la atmósfera de la Tierra, su interacción con la tierra y los océanos, el tiempo y el clima que genera, y la consiguiente distribución de los recursos hídricos.
¿Cuándo se empezó a nombrar las borrascas?
En el año 1954 la Universidad Libre de Berlín ya comenzó a dar nombre a los anticiclones y borrascas. Sin embargo, fue en 2017 cuando las agencias francesa, portuguesa y española, siguiendo los pasos del Grupo Oeste europeo, decidieron establecer un nuevo sistema de nombres pensado para divulgar estos fenómenos a los medios de comunicación, el público en general, instituciones, colaboradores, etc.
Los nombres asignados no sólo vienen a sustituir al sistema de la Universidad de Berlín, sino que además funcionan de una manera distinta: mientras que la universidad germana da nombre a todas las borrascas, este sistema solo lo hace con aquellas que son consideradas de gran impacto.
¿Qué es una borrasca de gran impacto?
Una borrasca o depresión es un tipo de ciclón (término genérico que incluye a huracanes, tifones, bajas polares, medicanes, etc.) que transcurre por latitudes medias, entre 30 y 60º de latitud.
Se trata de sistemas de bajas presiones donde el viento gira en sentido contrario a las agujas del reloj en el Hemisferio Norte. Asociados a las borrascas se suelen producir vientos fuertes o muy fuertes, que serán más intensos cuanto menor sea el mínimo de presión atmosférica en el centro de la baja.
Las borrascas que reciben nombre son aquellas que se profundizan de tal manera que pueden acabar siendo peligrosas aunque, siempre según la AEMET, no es necesario que experimenten un proceso de ciclogénesis explosiva (la presión atmosférica sufre una caída igual o superior a 18-20 hPa en 24 horas en el centro de la baja en nuestras latitudes).
¿Por qué nombrar a las borrascas de gran impacto?
Como anunciamos más arriba, la idea de nombrar a las borrascas tiene que ver con lograr un impacto comunicativo mayor, y que la población en general esté alerta ante estos fenómenos potencialmente peligrosos. Se trata de advertir adecuadamente de un episodio que suele estar asociado a fuertes vientos, fenómenos costeros adversos y, en muchas ocasiones, problemas relacionados con la nieve y la lluvia.
Antes de que adoptáramos este sistema, el Grupo Oeste europeo ya lo había implantado en 2015 y realizó encuestas en Reino Unido e Irlanda para comprobar la efectividad. El resultado fue que la población estaba más atenta a los avisos de fenómenos meteorológicos adversos y que las recomendaciones de seguridad estaban claramente identificadas y asociadas al nombre de la borrasca.
¿Cuándo y cómo se nombra a las borrascas con gran impacto?
La borrasca filomena en una imagen de satélite de la AEMET.
Una borrasca se bautiza, con carácter general, cuando se prevean condiciones que den lugar a la emisión de avisos por viento de nivel naranja o rojo asociados a dicha baja en alguno de los cinco países del Grupo Suroeste y que se espere que puedan producir un gran impacto en varias zonas.
En el caso de España, tal como se indica en el documento de Umbrales y niveles de aviso del Plan Meteoalerta, hablamos de rachas máximas por encima de 90, 100 y 110 Km/h dependiendo de las zonas. Este criterio puede relajarse en cuanto al impacto del viento (será suficiente con la emisión de avisos amarillos de viento, rachas máximas superiores a 70, 80 y 90 km/h, según zonas) si los impactos asociados a psoibles precipitaciones pueden ser también importantes (avisos de nivel naranja o rojo).
El servicio que dé nombre a la borrasca será el primero que prevea emitir avisos de nivel naranja o rojo. Y lo hará siguiendo la lista preestablecida en el Grupo Suroeste para la temporada en curso (en este caso la 2022-23), informando al resto de los países y al resto de los grupos de nombramiento.
El Grupo Suroeste, en el que se encuadra España, pondrá nombre a las borrascas atlánticas y a las del Mediterráneo occidental (las que afecten de Córcega hacia el oeste).
Así se llaman las borrascas que llegarán
Los nombres de las borrascas para la actual temporada 2022-2023 son:
- Armand
- Béatrice
- Claudio
- Denise
- Efraín
- Fien
- Gérard
- Hannelore
- Isaack
- Juliette
- Kamiel
- Larisa
- Mathis
- Noa
- Oscar
- Patricia
- Rafael
- Sarah
- Tiago
- Valérie
- Waid
Este nombre, que como se puede ver sigue el orden alfabético y alterna un apelativo masculino y uno femenino, se mantendrá a lo largo de todo su ciclo de vida y los avisos asociados a vientos locales o regionales (cierzo, tramontana, levante del Estrecho, etc.) no se tendrán en cuenta a la hora de nombrar a las borrascas con gran impacto.
En el caso de que la borrasca haya derivado de un ciclón post-tropical, se deberá usar el mismo nombre dado por el Centro Nacional de Huracanes de Miami, añadiendo el prefijo “ex-”.
Borrascas que dejaron huella
¿Quién no recuerda la borrasca Filomena a comienzos de 2021? Fue la sexta de la temporada 2020-2021 y recibió nombre por AEMET el martes 5 de enero de 2021 a las 10:00 UTC por avisos de temporal de viento, lluvias fuertes y/o persistentes y mar en Canarias, sur de Andalucía y Ceuta, y por nevadas copiosas en amplias zonas del interior peninsular.
Un pronóstico que, como recordaréis, se cumplió casi a rajatabla; especialmente por la gran nevada ocurrida en el interior peninsular los días 8 y 9, que fue histórica al acumular hasta 50 cm de nieve en Madrid capital y en otras zonas del centro y este.
Claro que esta es solo una de las muchas borrascas que han pasado por nuestro país desde que se empezó a bautizar a estos fenómenos meteorológicos. Y, desgraciadamente, parece que los efectos del cambio climático están provocando que las borrascas potencialmente peligrosas cada vez lo sean más.
No es el caso de la borrasca Gerard, que fue nombrada por Meteo France el 15 de enero de 2023 a las 10 UTC y se solapó con Fien, otra gran borrasca nombrada esta vez por la AEMET. Como curiosidad, a pesar de ir por detrás de Gerard, acabó llegando más tarde a España y afectándonos en mayor medida.
La borrasca Gerard en una imagen de satélite de la AEMET.
Así las cosas, la borrasca Gerard tuvo poco impacto en nuestro país y será más recordada por la coyuntura de hacer acto de aparición cuando la cantante Shakira y Bizarrap publicaban una canción en la que “azotaban” a otro Gerard, Piqué, el futbolista del Barça.
Imágenes | Fotos de Adobe Stock, AEMET, Johannes Plenio/ Pexels y Luis García/ Wikimedia Commons