A todos nos gusta conocer nuestras raíces y saber exactamente de dónde venimos (porque aquello de a dónde vamos ya es otro tema). Nos empeñamos en visitar los pueblos de nuestros abuelos y bisabuelos, con la esperanza de encontrar una remota señal de identidad en ellos.
Muy Interesante, una nueva investigación publicada en Nature afirma que estos primeros hombres habitaron las zonas que actualmente ocupan Botsuana, Namibia y Zimbabwe, concretamente en la zona del paleohumedal Makgadikgadi-Okavango, localizado actualmente al sur del río Zambeze, en el norte de Botsuana.
Pero, ¿qué pasa si retrocedemos un poco más? Nuestros antepasados modernos más pasados, es decir, los primeros Homo Sapiens, poblaron la tierra hace aproximadamente 200.000 años y sus raíces están en África. Tal y como recogeTODO ESTÁ EN EL ADN
El estudio ha combinado distintas disciplinas, la génetica y los estudios climáticos entre ellas, para conocer exactamente cuál fue la cuna de estos primeros humanos modernos, qué propició su migración a otras zonas y cuándo tuvo lugar la misma. El equipo de investigadores ha utilizado el ADN mitocondrial, conocido como el mitogenoma, que es transmitido directamente desde el la madre al óvulo.
Tal y como asegura Vanessa Hayes, una de las principiales investigadoras del proyecto, para The Conversation, «si pensamos que todos los humanos modernos ocupan un lugar particular en un enorme árbol genealógico, lógicamente deberíamos encontrar los más diversos mitogenomas en la base del árbol, porque es la fuente última de todas las ramas».
Para alcanzar una serie de conclusiones, el equipo de investigadores contó con la colaboración de tribus locales, conocidas como los khoisán (KhoeSan). Estas personas tienen los mitogenomas más diversos de todos los habitantes de la Tierra, lo que sugiere que su ADN se parece mucho al de nuestros antepasados. «Si todos nos sentamos en las ramas del árbol genealógico humano, entonces khoisán es el tronco del árbol» afirma Hayes.
Durante el estudio se recogieron cientos de muestras de sangre de las que se extrajeron 198 mitogenomas. Más tarde, estos se compararían con la base de datos actual de la población conocida más antigua. A partir de ahí, y teniendo en cuenta los factores climáticos y geológicos, se estableció que la cuna de nuestros ancestros era el paleohumedal Makgadikgadi-Okavango.
Actualmente aquí podemos encontrar un paisaje totalmente desértico cargando de salares. Cuesta creer que una población se estableciese allí pero, tal y como apunta el estudio, la evidencia geológica sugiere que en el pasado esta zona poseía un lago dos veces más grande que el Lago Victoria que, con el paso del tiempo, se fue diviendo en otros más pequeños hasta crear una zona de humedales idónea para el desarrollo de la vida.
¿Por qué abandonaron los homo sapiens el paraíso?
Aunque, aparentemente, y según los datos geológicos y climáticos recogidos por el estudio, los primeros Homo Sapiens vivían en un lugar casi idílico, comenzaron a explorar otras zonas hace entre 130.000 y 110.000 años atrás. Estos antepasados habrían poblado la nombrada zona de humedales durante 70.000 años pero, a lo largo de este tipo, existieron una serie de condicionamientos climáticos que provocaron la migración. Según el estudio, la lenta oscilación del eje de la Tierra cambió la radiación solar de verano en el hemisferio sur, lo que llevó a cambios periódicos en las precipitaciones en el sur de África. La zona experimentó una gran sequía hace unos 130.000 años por lo que nuestros antepasados se vieron obligados a buscar una alternativa.
Las zonas de humedad comenzaron a desplazarse primero hacia el noroeste y después hacia el suroeste del continente africano, creando así corredores verdes que favorecían el desarrollo de la vida en otros lugares. Además, según afirma el estudio, es probable que los Homo Sapiens viesen condicionados sus desplazamientos por los animales de caza que también se movían periódicamente.
El intento por establecer la verdadera cuna de la humanidad ha dado lugar a distintas teorías. La más común y conocida hasta el momento, también consensuada por gran parte de la comunidad científica, aseguraba que el Homo Sapiens procedía realmente de África oriental, concretamente de la zona que hoy ocupa Etiopía. Por otro lado, se encontraron unos fósiles de Homo Sapiens, considerados como los más antiguos, en las excavaciones de Jebel Irhoud, en Marruecos. Después de ser sometidos a unas pruebas de termoluminiscencia, los investigadores concluyeron que los restos encontrados tenían una antigüedad de 300.000 años, superando así los 195.000 años de los restos encontrados en el yacimiento arqueológico de Omo Kibish (Etiopía). El estudio liderado por Vanessa Hayes no habla de estos restos fósiles y de su colocación en el tiempo por lo que, al menos de momento, continúa siendo una incógnita cuál es la verdadera cuna del ser humano y si existen o no varios orígenes que expliquen la aparición de nuestros antecesores.