Buscar pareja no es una cosa precisamente sencilla. Será que nos hemos vuelto más exigentes con el tiempo (y bien que hacemos) pero ya no nos conformamos con una cara bonita y buen pelazo. Queremos una persona con inquietudes, capaz de compartir nuestros hobbies y, obviamente, con la que se pueda mantener una conversación con una cierta profundidad durante más de 5 minutos.
Si lo pensamos fríamente, tampoco estamos pidiendo algo del otro mundo ni nada que nos merezcamos. Aunque el listón está cada vez más alto, las herramientas de las que disponemos para encontrar al idílico amor de nuestra vida se han multiplicado. Ya no tenemos que conformarnos con ir a un bar vestidos con nuestras mejores galas con la esperanza de que la persona de nuestra vida entre por la puerta mientras un foco ilumina su camino y de fondo suena el vozarrón de Celine Dion.
La tecnología se ha empleado a fondo en eso de encontrarnos pareja con aplicaciones tan populares como Meetic o Tinder (no hagáis como que nos las conocéis que no cuela). En ellas se cuida hasta el último detalle pero, pensemos durante un momento, ¿alguna tiene en cuenta la carga genética de los potenciales amantes? La respuesta es no y por eso ha nacido DigiD8, una app en pleno desarrollo que no solo une a las personas en función de si les gusta el punk rock o son más de trap.
Que tu amor y tú seáis genéticamente compatibles
Esta aplicación para buscar pareja ha sido creada por el genetista estadounidense George Church y, tal y como ellos mismos se describen en su página web, «hemos decidido aprovechar la ciencia establecida para prevenir enfermedades dolorosas y que acortan la vida de los niños». Es decir, que independientemente del resto de detalles, DigiD8 se encarga de recopilar la información genética de los usuarios para evitar que dos personas portadoras de una enfermedad hereditaria unan sus vidas.
En una entrevista concecida al programa americano 60 Minutos, George Church asegura que el objetivo de este, como poco sorprendente, proyecto no es otro que ofrecer una opción más a todos aquellos que estén en plena búsqueda del amor. «Estamos abogando por la elección personal y, para aquellos individuos que deseen incorporar la información genética en las elecciones que están haciendo para sus propias familias, esperamos proporcionar información y facilitar opciones» asegura Church. El genetista rehusa así aceptar que su idea interviene en la vida personal de los usuarios y en sus elecciones reproductivas.
DigiD8 no proporcionaría ningún dato de salud al resto de usuarios, de hecho, en palabras del propio George Church, esta información no se compartiría con empresas ni usuarios y estaría totalmente encriptada, incluso para el propio portador de dichos genes. Además, la misión de esta app no es proporcionar diagnósticos ni información específica sobre otros trastornos sino que, según George Church, quiere convertirse en una especie de complemento a los estudios genéticos llevados a cabo en hospitales y laboratorios.
Tal y como se ha publicado en la revista MIT Technology Review, los usuarios de la app tendrán que pagar unos 45 euros mensuales, análisis genético incluido. Nadie dijo que buscar pareja fuese fácil y mucho menos barato. Aunque la aplicación aún no está operativa, George Church y su equipo esperan que esté lo antes posible en manos de los usuarios.
¿jugando a ser dios?
Tal y como cuenta Manuel Ansede en El País, desde que se anunciase el lanzamiento de DigiD8, las críticas han llovido en forma de meteoritos. Para la revista Popular Mechanics, esta aplicación para buscar pareja está “demasiado cerca de los intentos de Adolf Hitler de crear una raza aria supuestamente superior”. George Church ha querido defenderse de estas acusaciones asegurando que esto no es nada nuevo.
Tanto él como sus compañeros de proyecto han tomado como modelo a la organización judía Dor Yeshorim. Esta lleva ofreciendo pruebas genéticas a los miembros de la comunidad desde el año 1983, con el objetivo de paliar la cantidad de enfermedades herediarias derivadas de la endogamia. La organización, que tiene su sede en Nueva York, fue fundada por el rabino Josef Ekstein y se centra en enfermedades de carácter grave como la enfermedad de Tay-Sachs. Este es un trastorno neurodegenerativo que destruye las neuronas de las personas y que sitúa la esperanza de vida alrededor de los 4 años. De hecho, cuatro de los hijos de Ekstein fallecieron a causa de esta enfermedad.
Precisamente por este motivo, para George Church no hay nada nuevo en esta aplicación. «Todas las piezas son maduras, sólo estamos pegando la secuenciación de todo el genoma con encriptación con software genético de emparejamiento» afirma.
¿Tiene DigiD8 demasiados flecos sueltos?
Esta aplicación para buscar pareja se centrará tan solo en trastornos considerados graves o muy graves que afectarían a un 5% de los nacimientos. Por eso, tal y como recoge el artículo de Manuel Ansede en El País, la genetista Gemma Marfany encuentra unos cuantos flecos en DigiD8 y se pregunta qué ocurrirá con los genes dominantes que solo necesitan una copia defectuosa de un gen. En el proyecto de George Church, se habla de enfermedades recesivas, es decir, casos en los que tanto el gen paterno como el materno están alterados.
Church ha rebatido este argumento con una simple afirmación en su página web. “Si una persona se dedica a salir con alguien y a criar hijos, entonces su enfermedad no es tan grave como las enfermedades recesivas más preocupantes” concluye. Sin embargo, el miedo de Marfany reside en la falsa creencia que podrían adoptar algunos usuarios de que, gracias a una aplicación como esta, es totalmente imposible que sus hijos padezcan algún tipo de trastorno.
Será de un gran provecho positivo si el proyecto de George Church se logre con testimonios reales de sus participantes
Les deseo Éxitos al Sr.George y sus compañeros