Las ciudades inteligentes están transformando nuestros hábitos urbanos. No se trata únicamente de la publicidad dinámica, el 5G o el Internet de las Cosas impulsado en semáforos o carteles luminosos conectados.
Los viejos carteristas son conscientes de que un tirón de bolso es misión harto difícil en una gran urbe; las cámaras instaladas en cada esquina grabarán todos sus movimientos. Un conductor temerario sabe que aparcar en una zona prohibida se saldará con una multa cuando crea haber dado esquinazo a la ley.
Si el big data está ayudando a transformar el turismo en Barcelona, ¿por qué no usarlo para mejorar el tránsito del tráfico, identificar criminales o mejorar la gestión de residuos públicos?
IDENTIFICACIÓN DE ROSTROS
Hasta hace nada, identificar a un posible sospechoso requería varias fotos del susodicho desde distintos ángulos. Muchos cuerpos policiales han tenido que desistir en sus investigaciones porque las fotos eran borrosas o tenían poca luz.
Hasta que ha entrado en juego la inteligencia artificial. Oficiales de policía de la estación ferroviaria de Zhengzhou, capital de la provincia de Henan (China), utilizan desde el pasado verano gafas tintadas similares a las Google Glass para monitorear delincuentes.
Según informa ‘Global Times’, este gadget es capaz de reconocer de forma casi instantánea el nombre, etnia, género, dirección postal e incluso el historial reciente de internet. Gracias a sus bases de datos, han localizado tanto a criminales fugados como a inmigrantes con documentación falsa.
CREANDO UN ‘GRAN HERMANO’ AL AIRE LIBRE
Este sistema se alimenta de otro, lanzado en 2015 también en China. Sky Net es un modelo de vigilancia conectado a 24 millones de cámaras de seguridad. Tiene capacidad para identificar el sexo de la persona, la edad, el color de piel, las características de la ropa y particularidades como pendientes o cicatrices.
Ha sido usado intensamente en controles de tráfico. Puede reconocer el modelo de vehículo, ficha de marca, color, año de distribución… También detecta si está estacionando o en marcha. Ambos sistemas se nutren de la enorme base de datos policial del país y de machine learning.
WIFI PARA CADA RINCÓN DEL MUNDO
Ahora sumemos a esta fórmula el acceso a WiFi desde cualquier rincón. Esto fue lo que propuso Elon Musk desde SpaceX gracias a su empresa Starlink. Aunque la propuesta de simplemente instalar puntos de acceso no parece ser la solución ideal.
Un proyecto del que seguramente ya hayas oído hablar. Se compone de una red formada por 12.000 minisatélites. Denominados Tintin A y B, los dos primeros satélites ya fueron lanzados, a bordo del cohete Falcon 9. Como es obvio, por ellos mismos apenas lograrían una conexión a internet inestable con una latencia pobre.
El resto de satélites serán lanzados —a dos alturas, 4.425 de ellos a unas 700 millas y el resto a menor altitud— entre 2019 y 2024, aprovechando distintos vuelos. Musk desea optimizar siempre su servicio. Por ello no serán puestos en órbita hasta encontrar un punto de rentabilidad adecuado. Y, con los beneficios que genere dicho servicio, la compañía desea financiar misiones tripuladas a Marte.
La meta es ofrecer 1 gigabit por segundo, más de tres veces la velocidad de las actuales conexiones de fibra simétrica de 300MB. Si aún nos asombramos al tener wifi en una parada de autobús, esto equipararía los servicios de wifi a la luz solar.
URBES 4.0, LAS CIUDADES DEL FUTURO
Las sociedades tienden, más que nunca, a concentrar gran parte de la población mundial. El 55% de la gente vive, de hecho, en metrópolis. La ONU prevé que esta cifra ascienda hasta el 70% para 2050. Nos gusta vivir apiñados. Los planes de nueva sostenibilidad se antojan, por tanto, imprescindibles. Ciudades que sean capaces de crecer sin convertirse en champiñones de contaminación grises, en cúpulas irrespirables.
Informes privados como el de la consultora KPMG con Siemens arrojó interesantes datos sobre este caso: aplicando big data a la gestión de residuos, alumbrado y edificación podrían ahorrarse entre un 20 y 60% en gastos municipales.
En Estados Unidos, algunas ciudades usan ya INRIX, un sistema que analiza datos del tráfico para establecer consejos dinámicos circulatorios. Distintos informes internos demostraron que la Comisión Metropolitana de Transporte de San Francisco ahorró más de 250.000 dólares el último año.
Si las principales ciudades del mundo invirtieran en sistemas más inteligentes de transporte, hacia 2030 ahorrarían unos 800.000 millones de dólares anuales. Economizarían no sólo en combustibles, sino en limpieza de polución, reparación de desperfectos ocasionados por congestión automovilística y los accidentes derivados, reestructuración de redes públicas…
Y no se trata únicamente de big data y deep learning. Solo el alumbrado público nos supone a todos los españoles un gasto de 750 millones de euros al año. La tecnología led podría reducir este gasto hasta en un 60%, casi 450 millones de euros para los ayuntamientos del país y miles de toneladas cúbicas de CO2 ahorradas. En Noruega están logrando no solo mejor iluminación, sino menos accidentes gracias a la tecnología Lonworks.
MÁS DATOS PARA UNA GESTIÓN INTELIGENTE
Los datos pueden cambiar la vida de la gente con pequeñas mejoras. Sumado a las bases de datos que aportan algunas aplicaciones, podemos crear sinergias donde las ciudades sean más limpias, seguras, eficientes y socialmente más inteligentes.
Como apuntaba la directora de Ecoembes, Rosa Trigo, basta con algo tan sencillo como cambiar la situación de los contenedores de reciclaje. «Al estar todo geolocalizado, se van generando mapas de calor que permitirán saber si en determinada área la población es mayor de 60 años, y a lo mejor ahí tengo que poner los contenedores a 50 metros y no a 100». En Santander ya tienen implementado este sistema.
Respecto a las ciudades inteligentes, en España contamos con algunos ejemplos destacados, según el IESE Cities in motion. En la lista mundial, Madrid ocuparía el puesto 28, Barcelona el 35 y Málaga el 51. Valencia cuenta con la plataforma digital VLCi, desde la que gestiona 45 servicios municipales con información actualizada cada pocas horas. Madrid tiene la plataforma MiNT, desde la que ayudan a gestionar áreas de Administración Pública, Medioambiente y Movilidad.
Es obvio que aún queda mucho para lograr los objetivos de aquel 20-20-20, pero parece que vamos por el camino adecuado.
En Nobbot | Más del 60% de los conductores españoles quiere tener un coche conectado
Imágenes | Pixabay, MiNT