Llamadas también smart roads, permitirán gestionar de manera más eficiente el tráfico, pero también que los coches eléctricos se recarguen mientras se desplazan o que los conductores ganen en seguridad para que los accidentes se minimicen, entre otros beneficios.
En estos últimos años se ha hablado y escrito mucho sobre cómo será el coche del futuro. Así, la radiografía es la de un vehículo autónomo que no producirá contaminación. Pero ¿qué sucede con las infraestructuras por las que se desplazará? Y es que la imagen actual de las carreteras poco o nada tiene que ver con las previstas para medio y largo plazo. Hablamos de las carreteras inteligentes o smart roads. En ellas, la tecnología tendrá un papel fundamental que hará que las vías sean más seguras y sostenibles.
¿QUÉ ES UNA CARRETERA INTELIGENTE?
En una calzada de este tipo la conectividad desempeñará un rol clave porque facilitará que conductor, automóvil y carretera se comuniquen en todo momento. Esta acepción explicaría que las vías adquieran una nueva connotación: la de grandes redes de información donde continuamente se transmiten y reciben datos en tiempo real. No solo para disfrutar de una conducción que gane en seguridad. También en eficiencia a medida que los gases contaminantes se reducen paulatinamente.
Dentro de este contexto, se han realizado diferentes investigaciones. Es el caso de la efectuada por el Grupo de Redes de Computadores-DISCA de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) en colaboración con la Universidad de Zaragoza, el Centro Universitario de la Defensa y la Universidad Nacional de Tsing-Hua (Taiwán). Se ha basado en proyectos tecnológicos tanto nacionales como internacionales (Suecia, Japón o Reino Unido, entre otros países) y en ella, por ejemplo, se plantea la idea de que las carreteras inteligentes cargarán de manera automática los vehículos eléctricos.
También que los coches se transformarán en fuentes de energía que encenderán el alumbrado de la carretera. O que las señales de tráfico al incorporar tecnología inalámbrica facilitarían información útil a los conductores durante sus viajes. Sobre seguridad, el citado informe destaca la presencia de dispositivos de comunicación y sensores capaces de detectar casi al instante un accidente para activar rápidamente la ayuda necesaria. O carreteras en las que empieza a sonar música al registrar un exceso de velocidad. Esto ya sucede en Estados Unidos, en concreto en un tramo de la popular Ruta 66 en Nuevo México cuando se sobrepasan las 45 millas por hora, es decir, los 72 kilómetros por hora.
tecnologías clave
Las tecnologías llamadas a tener un papel clave en el desarrollo y el despliegue de las carreteras inteligentes son varias. Junto con el 5G y 6G responsables de que todo esté debidamente conectado (no solo calzada, conductor y vehículo, sino también señales de tráfico, pasos de cebra y peatones), destacan el big data y la inteligencia artificial, enfocados a la gestión del tráfico.
Además, se encuentra la tecnología del Internet de las Cosas (IoT), sensores que detectan la humedad que tiene la vía y ajustan los sistemas de ayuda a la conducción, o los pasos de cebra inteligentes para reducir el número de atropellos como los que propone la empresa Interlight. Su solución consiste “en iluminar las propias marcas viales horizontales del paso de peatones serigrafiadas sobre la calzada, junto con las señales verticales adyacentes, cuando un peatón se aproxima al área de cruce, con la intención de advertir del riesgo de forma más significativa a conductores y peatones que se aproximen a la misma”, explican desde su web.
Otra de las tecnologías con un protagonismo especial está relacionada con la posibilidad de que los automóviles eléctricos se carguen automáticamente mientras se desplazan. Parece ciencia ficción pero no es así. De hecho, Suecia es pionera gracias a su proyecto SmartRoad Gotland como parte de la hoja de ruta de carreteras eléctricas del gobierno de este país para reducir las emisiones de dióxido de carbono del transporte pesado. Incluso se ha planteado la alternativa de instalar en las smart roads paneles fotovoltaicos para que los coches que circulen por ellas generen energía solar mientras se desplazan. La empresa Solar Roadways es pionera en este tipo de proyectos (aunque su éxito no ha sido el deseado por el momento), al haber realizado varias pruebas en Estados Unidos, Francia y Países Bajos.
EXPERIENCIAS PRÁCTICAS
De manera progresiva se desarrollan iniciativas y proyectos que hacen que la idea de circular a través de una carretera inteligente esté un poco más cerca. El año pasado, por ejemplo, el túnel de Cereixal (Lugo) se convirtió en el primer túnel inteligente español. Sus impulsores le dotaron de diferentes tecnologías como C-V2X, 5G e IoT para poder conectarse con los vehículos, así como de cámaras de detección de incidencias, sensores medioambientales, análisis del estado del tráfico o envío de alertas relacionadas con el nivel de visibilidad y el tiempo.
Fuera de nuestras fronteras, hace unos años en Países se realizó una prueba piloto que permitió probar la primera carretera con pintura fotoluminiscente que brilla en la oscuridad, con el ahorro en energía eléctrica que supone. La ciudad alemana de Hamburgo también acogió hace un tiempo un proyecto de carretera inteligente, el primero de Europa. Entre otros componentes, integraba sensores ambientales y estructurales, así como iluminación inteligente capaz de adaptarse a las condiciones de la vía.
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Imágenes | Peng LIU/Pexels, Marc-Olivier Jodoin/Unsplash y Denis Nevozhai/Unsplash