Todavía hay que esperar, pero todo parece apuntar a que no queda demasiado para poder apretar el botón de imprimir y obtener en tres dimensiones casi todo lo que necesitemos. Hasta una casa en 3D, nacida de una impresora gigante.
Como acabas de leer. Este es el último proyecto presentado por la ONU: imprimir casas 3D que sean totalmente sostenibles y, al mismo tiempo, lo suficientemente baratas para ser accesibles a los grupos más vulnerables de la sociedad.
Porque si preguntas a cualquier persona, da igual su nacionalidad y más si es joven, una de sus principales preocupaciones es no poder acceder a una vivienda digna.
Con unos salarios que no suelen ajustarse al coste real de la vida, conseguir una hipoteca para comprar o encontrar un alquiler asequible, se convierte en un imposible. Tanto que, a fecha de hoy, solo el 20% de menores de 35 años tienen una casa en propiedad, según datos del Banco de España.
Si a esto le sumas que, para poder adquirir un hogar, los españoles necesitan invertir el salario íntegro que ganan durante 7,5 años, la vivienda es todo una necesidad, un problema que hay que solucionar.
Con ello en mente, ya varías las empresas y grandes constructoras que han apostado por la impresión de casas en 3D que, además, permiten trabajar con materiales orgánicos y reciclados; lo que abarata sus costes y ayuda a combatir el cambio climático.
¿Cómo y qué son las casas impresas en 3D?
Seguro que, tras empezar a leer este artículo, son muchas las preguntas que se te presentan. Desde saber cuánto vale imprimir una casa en 3D, hasta qué tipo de materiales se usan para construir viviendas con impresoras 3D.
Y es que, si hace unos años descubrimos la carne impresa en tres dimensiones, ahora nos proponen dejar a un lado los ladrillos y el hormigón para imprimir con materiales sostenibles, reciclados y de kilómetro cero.
Es el caso de la empresa italiana WASP y del arquitecto Mario Cucinella, creadores de la casa en 3D TECLA o lo que ellos definen como “el primer ecohábitat construido utilizando, al mismo tiempo, múltiples impresoras colaborativas Crane WASP”.
Casas impresas a partir de una mezcla de tierra y residuos agrícolas que Naciones Unidas quiere incluir en sus proyectos de vivienda y que, de hecho, ya han empezado a levantar en algunos puntos de Colombia. Todo, con el objetivo de facilitar el acceso a la vivienda en los núcleos más desfavorecidos y aprovechar materiales de granjas cercanas “minimizando el uso de recursos humanos y energéticos”.
Hablamos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ha invertido 160.000 euros en la compra de una impresora Crane WASP para crear casas en 3D.
Así se imprime una casa en 3D, barata y sostenible
La particularidad de esta casa 3D no es solo que sean impresas, sino que sus creadores se han inspirado en la forma que tiene un animal de hacer sus nidos: en la avispa vasaia o Eumenes coarctatus, por su nombre científico.
Más conocida como la avispa albañil, este pequeño insecto construye sus nidos en forma de vasija, pero con estructuras muy complejas y por capas, para convertir el barro en muros y pilares sólidos. Además, dentro de su nido crea una pequeña habitación para su descendencia.
Por ello, los ingenieros y arquitectos de la empresa WASP empezaron a estudiar a este animal, decidiendo copiar su:
- Eficiencia en el uso de materiales: Estas avispas solo usan barro húmedo para hacer su hogar.
- Sostenibilidad: Los materiales utilizados son naturales, biodegradables y de kilómetro cero. Se aprovecha lo que hay en el entorno.
- Construcción por capas superpuestas. Creando un material “envolvente, muy flexible, resistente a cualquier clima y energéticamente eficiente”.
- Diseño óptimo: La forma de vasija del nido es aerodinámica y proporciona una excelente protección contra las inclemencias del tiempo.
Esto es lo que hace exactamente la llamada impresora Crane WASP, que según sus creadores, “representa una nueva forma de concebir la construcción en su totalidad, desde la fase inicial hasta la de instalación”. Porque mientras otras empresas imprimen casas en 3D, pero con hormigón, WASP apuesta por “la sostenibilidad y el progreso tecnológico para el bien de la humanidad”.
Una casa 3D impresa e inspirada en estas avispas conlleva:
- 200 horas de impresión.
- 350 capas.
- 150 km de extrusión.
- 60 metros cúbicos de materiales naturales.
Y todo, gastando menos de 6 kW de energía y por un precio total de unos 1.000 euros.
Por el momento, la ONU ha adquirido una de estas impresoras, pero de conectar varias y trabajar al mismo tiempo, se podrían crear aldeas enteras con hogares impresos, sostenibles y adaptados a las necesidades térmicas de cada localización.
“Las posibilidades son casi infinitas, y los últimos proyectos de WASP han dado como resultado instalaciones tan sorprendentes como unas tiendas conceptuales de Dior en una playa de Dubai”, explica la empresa italiana.
Aunque el proyecto de la ONU no pasa por el lujo, sino por, en un futuro, poder imprimir una casa 3D para cada familia en riesgo de exclusión social y habitacional en el mundo.
Y para ello, WASP ya está trabajando en la casa ITACA para cuatro personas. “Un ecosistema que aprovecha la tecnología para mejorar la calidad de vida en zonas con escasez de agua, alimentos y tejido industrial”.