Con 375 cartas de despido, Sony detuvo en febrero las máquinas de su fábrica de compact disc audio en Terre Haute (Indiana, Estados Unidos). Termina así la carrera de la primera y última planta productora de CDs en Norteamérica. Es el final de una era.
Los que nacieron a finales de los 70, a caballo entre la generación X y los millennials, son generación CD. Entre finales de los 80 y principios de los 90, las estanterías llenas de polvorientos discos de vinilo, propiedad de padres y hermanos y hermanas mayores, fueron progresivamente ocupadas, con cierto descaro revolucionario, por estos pequeños y brillantes discos que, en unos pocos años, cambiarían la forma en la que percibimos la música.
Los CD no se consumían y contenían una promesa de eternidad, que acabó siendo demasiado corta. De los CDs también se podían sacar casetes, que en muchos casos sustituyeron las cartas de amor. Los más solitarios consumían en su walkman sus esfuerzos como DJ. Pero surgió el CD, que también podíamos escuchar caminando (aunque saltaba demasiado…). Y más tarde los ‘quemadores’, momento en el que los millennials se mudaron del equipo de música al ordenador.
un éxito repentino pero efímero
En 1982, de la alianza entre Philips y Sony, salió el primer CD comercial con la grabación ‘La Sinfonía de los Alpes’ de Richard Strauss, dirigida por Von Karajan. La calidad de la música emitida por ese platillo de policarbonato de 12 cm era excelente. El primer álbum pop imprimido en CD fue ‘The Visitors’ de ABBA, aunque el primero en venderse fue ‘52nd Street’ de Billy Joel.
La mayor planta de producción discográfica de Estados Unidos, abierta en Terre Haute en 1953, sufrió un gran cambio en 1984. Pasó de la producción de vinilos al CD y llegó a imprimir más de 11.000 millones de copias en 33 años. El primero en salir de sus puertas fue ‘Born in the USA’ de Bruce Springsteen en 1984.
Las discográficas tocaron techo en los 90, exaltadas por los beneficios de un soporte cuya producción costaba menos de 80 centavos y que se vendía, con una política de precios cada vez más altos, a 25 veces más. Parecía el negocio perfecto, potencialmente infinito, pero la realidad fue distinta. Una vez que la música se digitalizó, el panorama cambió completamente.
Primero llegaron los discos ópticos de los ordenadores (los ‘quemadores’) con los que grabar copias infinitas. Luego Internet, MP3, Napster, iPod, iTunes y, finalmente, el streaming. Los discográficos pensaron que el CD los ganaría a todos, «la calidad de estos archivos es demasiado baja”, decían. Sin embargo, no vieron que la gallina de los huevos de oro ya se estaba volviendo estéril.
“El mercado del entretenimiento doméstico lleva años cayendo”, ha declarado el presidente de Sony Digital Audio Disc Corp. America, Dave Rubenstein. «Hasta ahora pudimos hacer frente con una política de reducción de costes muy agresiva. Pero ya no tiene sentido seguir”, añade Rubenstein. En Terre Haute quedarán los últimos 300 empleados para mantener abierta solo la parte que produce Blue-Ray para Playstation y los minidiscos UHD-100 para sistemas de proyección.
superado por el streaming y el vinilo
El fin del CD llega con una paradoja: la recuperación del vinilo. Un regreso muy relativo, eso sí, pues las cifras de los últimos cinco años son infinitesimales en comparación con el período de posguerra. A finales de los 70, se vendían más de 500 millones de vinilos. Ahora solo llegamos a unos 10 millones de unidades (Fuente: RIAA)
El vinilo sí está viviendo una segunda vida en comparación con los 90, cuando casi lo entierra el CD. Hoy, gracias a nuevas ediciones, impresiones con gramajes mayores que mejoran la calidad, producciones nuevas y viejas, el vinilo revive, aunque en muchos casos representa un capricho para melómanos.
La música en digital superó las ventas de los formatos físicos por primera vez en 2015. Los servicios de streaming como Spotify y Apple Music crecieron más del 60% en 2017. Incluso el minorista estadounidense Best Buy ha anunciado que dejará de vender CDs musicales. Eso sí, seguirá comercializando vinilos que, en 2017, representaron el 14% de todas las ventas de álbumes físicos.
El fin del cd está escrito
El número de CDs vendidos en el mundo en 2010 se redujo a la mitad en comparación con el 2000. Ahora la caída se acelera un 5% por año. La desaparición definitiva del soporte está prevista para 2022 tras 40 años de vida. No lo suficiente vintage para aprovechar el negocio de la nostalgia. Tampoco lo suficiente cómodo o cualitativo para enamorar a runners o musicólogos. El CD, lo sentimos, no tiene futuro.
El CD ha sido el formato de reproducción musical más rápido en establecerse en el mercado. Lo cuenta Greg Millner en su libro ‘Perfecting Sound Forever’. Pero también será el más rápido en desaparecer. Al nacer, ya llevaba dentro de sí la semilla de una nueva época. Ahora la música es líquida, los discos ya no se venden y nuestras enormes colecciones terminarán en el sótano junto con los casetes con los que nunca hemos enamorado a nadie.
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Lo de que el CD va a desaparecer, es completamente falso. Ya les gustaria eso a las empresas de streaming tipo Spotify o Netflix en el caso de las películas.
El soporte físico ya sea CD, DVD, BR, no desaprecerá nunca pues hay algo llamado coleccionistas.
Estos suelen tener dinero, y suelen ser muy exigentes en cuanto calidad y versatilidad. Saber que tienes algo que es tuyo, que lo puedes tocar y disfrutar incluso en el lugar más remoto del mundo sin conexión a internet. Yo he visto un DVD y escuchado algun CD en una montaña de 3000 metros. Haz eso con el streaming…
Las distribuidoras lo saben, y no van a dejar una parte del pastel en ventas del formato físico.
Luego está lo de la durabilidad o que se estropean con el tiempo. Todo depende de como los almacenes y los cuides. Tengo decenas de CD de los años 80 que aún hoy dia, más de 40 años aún funcionan perfectamente. Y lo que les queda. Siempre los puedas grabar en el disco duro de ordenador como copia de seguridad y listo. Vamos que son casi eternos.
Todos los que digan lo contrario, tienen un interés comercial o han sucumbido a los que les cuentan interesademente las grandes distribuidoras del streaming.
Los CD, no van a dejar de fabricarse, pues son baratos y fáciles de hacer. Eso sí, quizás se hagan menos. Ahora precisamente es un buen momento para comprar CDs nuevos o de segunda mano pues algunos estan tirados de precio. Dentro de un tiempo los CD, algunos de ellos valdran una pasta pues habran menos y seran más codiciados. Aprovechad ahora, insensatos.
Amigo periodista, trabajo fabricando CDs para las bandas en 2022 a full, es más, hoy los mas jovenes los hacen para sus fans, como objeto de culto. O sea, en un momento se dijo que murió el vinilo, y renació. Ahora también hacen cassettes. Hay lugar para todos, no hace falta una cosa u otra
Lo mismo decían hace 30 años del disco de Vinilo y el cassette, que iban a desaparecer y están experimentando una segunda juventud, vos mismo lo dijiste. Mientras haya demanda (porque la tiene) el CD no va a desaparecer, sobre todo teniendo en cuenta que hay un público audiófilo consumidor de jazz, ópera, clásica, y rock y pop de calidad que no le lleva la corriente a la lógica actual del mercado de consumir música basura y efímera. Para este sector el soporte físico analógico o digital es muy importante, con todo lo que conlleva que es el ritual de abrir un sobre o un estuche, poner el disco en la bandeja y reproducir mientras se disfruta apreciar las fotos de la tapa y leer los libros o inserts internos.
Por otro lado, nadie menciona los riesgos asociados al modelo de streaming que son la cultura de lo efímero, de que lo que uno compra no le pertenece, de que el día de mañana la empresa desaparece y uno se queda sin acceder a su música preferida.
Ni siquiera hay que llegar a este extremo para sufrirlo. La sola posibilidad de que por problemas contractuales o legales un artista se niegue a seguir permaneciendo en la plataforma y obligue a Spotify (o Tidal, o You Tube o lo que sea) a retirar sus obras de su catálogo ya asusta a cualquiera que mínimamente le resulte importante la música por su valor emocional, artístico y sentimental, con el Vinilo, el CD y el cassette eso no pasa. ¿Alguien se imagina que Madonna no quiera negociar más con Warner y ordene por la vía legal a retirar todos sus CD de todas las disquerías del mundo? No lo haría, porque los gastos logísticos de toda esa operación superan con creces los beneficios que pueda obtener. Pero con una plataforma en línea esto no cuesta nada hacerlo, ni al artista, ni a la plataforma.
Espero que dentro de 10 años no te encuentre escribiendo sobre un presunto «regreso del CD» (que lo va a haber, porque la nostalgia siempre es negocio).
En cuestiones de almacenamiento permanente libre de invasión el disco óptico no tiene rival… al menos en esa parte deberían los fabricantes considerar si es conveniente desaparecer el disco óptico.
Muy mal las ultimas lineas del párrafo final, como porque deben terminar en el sótano las colecciones del CD? Para quien disfruta de la calidad de audio no hay mejor que la ofrecida por el CD, obviamente equiparable a los archivos digitales de igual calidad, lo llamado Hi-Res es mero placebo, como lo del vinyl, que físicamente y técnicamente no puede ser superior al CD. Lo que jodió al CD fue la desinformación acerca de su calidad (pero espero esto lo resurja) y el streaming (por su facilidad y portabilidad a catálogos) pero siempre sera mejor comprar tu música favorita pues no dependes del almacenaje en los servidores de las plataformas, y de ahí todo lo bueno del CD, que puedes hacer una copia física y digital para cualquier medio de almacenamiento.
No quiero que desaparezca el CD
Siganlos vendiendo,ya que toda la gente no tiene acceso a internet y necesitan los CD para seguir viendo las películas que quieran
Llamenlo como quieran, CD, Vinilo, Cassette, Cuadro, Libro… la representación y materialización física del arte nunca morirá mientras existan personas que quieran disfrutarla… el streaming y la representaciones digitales volátiles del arte se diluirán con el tiempo hasta desaparecer, es cuestión de química y de tiempo… y si no que se lo pregunten a quién creó la piedra de Rosetta 😉
No se si el streaming va a desaparecer, creo que es algo que llegó para quedarse. Pero considero que es un error que quieran matar al formato fisico digital, es un error terrible.
Ojalá se vuelva a valorar lo físico, lo tangible.