La creación artística, una actividad tan intrínsecamente humana, no está libre de la invasión de los robots y la inteligencia artificial. Los cerebros de silicio empuñan ahora los pinceles para generar cómics de estilo manga a partir de vídeos.
En los últimos años, algunas parcelas de la inteligencia artificial han tratado de avanzar en la creatividad “artificial”. Hace años, un ordenador escribió una novela llamada The Day A Computer Writes A Novel en un guiño a la meta-narración. El caso se dio en un concurso literario japonés en el que oficialmente la novela fue escrita por el equipo que escribió la inteligencia artificial. Lo cierto es que este equipo tan solo corrigió el manuscrito de la IA, que escribía sobre sí misma escribiendo. Otro ejemplo de artista ayudado por una IA fueron los inicios de The Painting Fool.
Son muchos los ámbitos en los que está tecnología se está comenzando a utilizar y, el arte, es uno de ellos. La casa de Sotherby’s subastó en 2019 una obra del artista Mario Klingemann, titulada Memories of Passersby I, creada por inteligencia artificial.
cómics como tornillos
Pues bien, ahora les toca a los comics, el llamado arte secuencial. Investigadores de la Universidad Tecnológica de Dalian en China y la Universidad de la Ciudad de Hong Kong han creado un sistema que puede generar automáticamente cómics de estilo manga.
«Dado un video de entrada junto con sus subtítulos, nuestro sistema primero extrae fotogramas informativos mediante el análisis de los subtítulos y los estiliza en imágenes de estilo cómic», explican los investigadores.
Después de extraer fotogramas clave de los videos y convertirlos en imágenes de estilo cómic, el sistema utiliza un marco de diseño de varias páginas para distribuir las viñetas y crear diseños visualmente atractivos que reflejan la relación entre las imágenes.
Por último, en lugar de usar siempre el mismo tipo de globos de diálogo, como hacen la mayoría de los otros sistemas de generación de cómics, el creado por estos investigadores genera diferentes tipos de globos que reflejan la emoción transmitida por las palabras del personaje.
El resultado, como podemos ver, queda muy lejos de las obras de genios como Osamu Tezuka, Carlos Giménez o Jim Steranko, pero quizás sea solo sea el inicio para la creación artificial de cómics de estilo manga, un género que en algunas de sus vertientes ya está muy industrializado. De momento, no hay peligro: preferimos a los mangakas humanos.