El verano no solo es sinónimo de vacaciones y calor. ¿Cómo ahuyentar moscas en su estación favorita? Toma nota de algunos de los métodos que más útiles te resultarán.
Alimentos en estado de descomposición, basuras, heces e incluso el olor que desprende la cerveza son los principales atractivos para las moscas, según ha constatado un grupo de investigadores de la Universidad de Lovaina (Bélgica). Librarse de ellas en la época estival parece una misión casi imposible. Tanto, que en muchas ocasiones su revoloteo y el zumbido de sus alas exasperan.
Por suerte, existen varios remedios que puedes practicar para espantarlas y que no te molesten. Algunos tienen base científica y otros, aún sin el rigor de los primeros, se han hecho muy populares con el paso de los años. Si no te funciona ninguno, siempre podrás utilizar un matamoscas. Además, repasamos otros métodos que se ha demostrado que no funcionan.
Índice
- Vinagre como cebo
- Plantas de las que se obtienen aceites: hierba gatera, lavanda…
- Las bolsas de plástico con agua no tienen evidencia científica
- Ni ultrasonidos ni el número 58
Vinagre como cebo
El boca a boca ha hecho que una de las técnicas más extendidas para explicar cómo ahuyentar moscas esté relacionada con este conocido líquido para cocinar. ¿Hasta qué punto es verdad? Thomas Merritt, profesor de Química y Bioquímica de la Universidad de Laurentian (Canadá), que ha realizado varios trabajos relacionados con la llamada ‘mosca de la fruta’ (una de las más comunes), se hace eco de la misma en este artículo.
Primero, explica cómo preparar una trampa casera y aplicar el vinagre en tres pasos. Hay que tomar un frasco pequeño y verterlo (sugiere el vinagre de sidra de manzana) unos dos centímetros de profundidad. Después, taparlo con un embudo (puede ser de plástico o de papel si decides fabricar uno por ti mismo). Solo faltaría pegarlo con cinta adhesiva para tapar los posibles huecos libres y que las moscas no escapen de la trampa. A continuación, señala como a esta clase de insectos les llama la atención la fruta en descomposición y que al utilizar su sistema olfativo huelen cosas como el ácido acético, la molécula que le da al vinagre su olor y sabor. De ahí, el remedio.
Plantas de las que se obtienen aceites: hierba gatera, lavanda…
En este otro texto de la publicación ‘Prevention’, que ha contado con la colaboración de Roberto M. Pereira, entomólogo y científico investigador de insectos de la Universidad de Florida (Estados Unidos), se enumeran diferentes plantas que pueden actuar como repelentes para ciertos insectos a partir de los aceites esenciales que se obtienen de ellas.
En el caso de las moscas, el experto cita el aceite de hierba gatera (planta herbácea parecida a la hierbabuena) y apunta su eficacia a partir de las conclusiones de dos trabajos. El primero es una investigación de la National Library of Medicine y el otro proviene de la Universidad Estatal de Iowa (Estados Unidos), que recoge que el aceite de hierba gatera es un repelente más eficaz que el DEET, el componente más popular en los repelentes de insectos.
Otros trabajos apuntan al aceite de lavanda. La clave se encuentra en un elemento en particular que actúa de igual forma como repelente de insectos: el linalol. Otras plantas como el tomillo y la albahaca también lo contienen.
Las bolsas de plástico con agua no tienen evidencia científica
A pesar de que este método forma parte de la cultura popular entre quienes buscan cómo ahuyentar moscas, no existen evidencias científicas que corroboren su eficacia. Una investigación de campo de Mike Stringham, profesor de Entomología de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos), realizada durante 13 semanas en granjas avícolas, determinó el efecto contrario. No obstante, hay que tener en cuenta que el trabajo de Stringham no se hizo en condiciones de luz natural y que, por lo tanto, su estudio no indagó en la posibilidad de que la luz solar directa aumentara la eficiencia de estas bolsas de agua.
Quienes defienden su validez basan sus argumentos en la refracción que se produce cuando un objeto claro u opaco (como una bolsa de agua) altera el curso y la velocidad de la luz, ya que los rayos, que normalmente viajan en línea recta, se curvan. Así, en teoría, esta refracción podría resultar confusa para ciertos insectos como las moscas cuyos ojos, compuestos a su vez por otros muchos más pequeños denominados omatidios, les permiten ver en múltiples direcciones a la vez. Esto, unido al propio reflejo, las confundiría y haría que se alejasen.
Ni ultrasonidos ni el número 58
En el otro lado de la balanza, están aquellos métodos que no funcionan para ahuyentar no solo a las moscas, sino a otro de los insectos populares que llegan con las altas temperaturas: los mosquitos. A este respecto, Facua-Consumidores en Acción hace tiempo que se hizo eco de la ineficacia de los aparatos que funcionan a través de ultrasonidos y cita, para ello, varios estudios que recogen esta conclusión.
Otra curiosa técnica que se popularizó hace unos pocos años de la noche a la mañana es la de escribir en un papel el número 58. El motivo que se aludía para que las moscas huyan es que este guarismo les ‘recordaba’ a una tela de araña, de ahí la necesidad de tener que escapar. Miguel Ángel Miranda, de la Universidad de las Islas Baleares, se apresuró a desmentir esta leyenda urbana en esta otra publicación y planteó que la consecuencia podría ser la contraria. Argumentó que a las moscas les llaman la atención los círculos negros pequeños que están en un fondo blanco y que ellas interpretan esta información como si otras moscas estuvieran presentes, dirigiéndose hacia ellas.
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Imágenes |Strikers/Pixabay, Birgl/Pixabay, Ezequiel Garrido/Unsplash y Jonas Kakaroto/Unsplash
Este año, siento que hubo como una plaga porque eran bastantes y no se iban con nada. Encontré una solución viendo videos en Tiktok, es usar un rollo con pegamento que lo venden en algunos supermercados, si ayuda a que se peguen y queden rendidas.