Espera a que tu móvil se apague y cárgalo durante ocho horas seguidas. Mantén tu portátil siempre conectado a la corriente y quítale la batería. Apaga tu dispositivo con frecuencia. Cierra todas las aplicaciones de tu smartphone. Existen mil y un trucos sobre cómo alargar la vida de baterías y dispositivos. Pero la realidad es menos complicada de lo que podría parecer.
Las baterías de litio
La batería es el elemento central de nuestros dispositivos móviles. Sin ella, se acaba el tema de la movilidad. Hoy por hoy, la inmensa mayoría de las baterías de smartphones, tablets y portátiles son de litio. No es un detalle menor porque, de hecho, muchos de los trucos y rumores que circulan vienen de una época en que el litio no alimentaba nuestros aparatos.
Existen dos tipos de baterías de litio, de iones de litio (Li-Ion) y polímeros de litio (LiPo). Aunque se están investigando y probando otros materiales, las baterías evolucionan mucho más despacio que otras tecnologías, por lo que el litio lleva con nosotros casi 30 años. En los inicios de la revolución móvil, sin embargo, fueron más utilizadas las baterías de níquel-cadmio o de níquel-hidruro metálico. Pero dejémonos de historia, vamos con el presente.
Cuándo apagar, suspender o hibernar un portátil
Buenas noticias en este apartado: usemos nuestro portátil como más nos convenga. Si no lo vamos a utilizar, lo más lógico es apagarlo, el equipo descansa y no malgastamos energía. Si vamos a seguir trabajando con él en las próximas horas, no es necesario (aunque puede hacerse). Para economizar batería sin apagar el equipo por completo existen otras opciones.
La primera opción es la de suspender el sistema (en Windows) o el modo reposo de Apple. Aquí, el consumo de energía es mínimo y el equipo está listo para recobrar la actividad en poco tiempo, algo importante si tu portátil es de los que tardan mucho en arrancar. Además, si la batería se está agotando, el equipo se apaga, no sin antes guardar todas las tareas. Desde Windows recomiendan esta opción si se va a abandonar el ordenador durante un espacio temporal corto, como un descanso o una reunión.
La segunda opción se llama, en Windows, hibernar. Los ordenadores de Apple no la incluyen, aunque se puede activar a través de la consola de comandos Terminal, algo solo recomendado para usuarios expertos. La hibernación de Windows apenas gasta energía, ya que el ordenador está, en muchos sentidos apagado. Lo único que hace de forma diferente es guardar los datos de las aplicaciones abiertas y mandarlos a la memoria RAM una vez que se vuelve a iniciar.
Conexión a la corriente y carga
Si tu portátil está conectado a la corriente, corre, quítale la batería. Un momento, quizá no puedas. Cada vez más portátiles, sobre todo los ultrabooks, no pueden ser separados de sus baterías. ¿Y eso por qué? Porque la batería no se debe extraer, aun utilizando el ordenador siempre en la misma oficina o en casa.
Lo más recomendable es cargar el portátil cuando sea necesario y desconectarlo de la corriente cuando la batería esté llena. Sí es cierto, como explican desde la Battery University, de Cadex Electronics, web de referencia en este tema, que las baterías se “estresan” si las llevamos continuamente al 100% de su carga. Además, mantenerlas continuamente enchufadas a la corriente aumenta su temperatura. Y el calor acelera la degradación de la vida de las baterías.
Así, como asegura el propio CEO de Cadex Electronics en una entrevista con Wired, el ideal de perfección es no cargar la batería más allá del 80% ni descargarla por debajo del 40%. Si eso requiere una atención y un tiempo el que no dispones, no pasa nada. Quédate con lo más fácil. Cárgala cuando veas que se está agotando. Desconéctala de la corriente cuando esté cargada o casi llena.
¿Y qué pasa con mi smartphone?
Demasiado hemos hablado ya de los ordenadores portátiles. Afrontémoslo, la batería que más nos importa es la de nuestro smartphone. Es, también, alrededor de la cual existen más mitos. Sin embargo, la realidad no es muy diferente de lo comentado hasta el momento. Al fin y al cabo, seguimos con las baterías de litio. Estos son los consejos de la universidad de las baterías para alargar la vida de tu smartphone y su autonomía.
- Cargas cortas. Contra lo que pueda parecer, una de las mejores formas de asegurar la autonomía de un smartphone es hacer cargas cortas, incluso de pocos minutos. No va a dañar la batería y tampoco la estresará.
- Olvidarse de la descarga completa. Lo de dejar que nuestro móvil consuma su batería hasta que se apague no es bueno. Es una costumbre heredada de las antiguas baterías de níquel.
- El nivel perfecto de carga. Lo ideal, como con los portátiles, es mantener la batería entre el 40% y el 80% de su carga. Tampoco pasa nada si se agota por completo la energía de vez en cuando o se carga al 100%, pero mejor no convertirlo en lo habitual.
- ¿Toda la noche cargando? Es algo muy normal. Dejamos nuestro smartphone conectado toda la noche para asegurarnos el 100% de batería por la mañana. Sin embargo, un alto voltaje continuado y el aumento de la temperatura estresan la batería y reducen su vida útil, por lo que se debería evitar.
Haz caso a tu smartphone, que para eso es inteligente. Cada vez más dispositivos móviles y portátiles incorporan señales de aviso (en pantalla, mediante leds, etc.) para avisarnos cuándo debemos plantearnos cargar el aparato y desenchufarlo de la corriente. ¿Ya es demasiado tarde? ¿Tu batería ya no es lo que era? No te preocupes, existen medios para recuperar su capacidad, al menos parcialmente, pero eso es material para otro artículo.
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