“Hoy las ciencias avanzan que es una barbaridad”, decía Don Hilarión. ¡Y qué cierto es! Corría el año 1983 cuando aparecía en el mercado el primer modelo de teléfono móvil, el Motorola DynaTAC, que pesaba 800 gramos. Más tarde, el 9 de enero de 2007, se anunciaba el iPhone en la convención Macworld. Ambos lanzamientos supusieron una verdadera revolución no solo en la telefonía, sino en toda nuestra vida.
Los más veteranos del lugar recordarán que alrededor del año 2005 los teléfonos móviles tenían una tendencia clara… tamaño cada vez más pequeño. Esta línea la rompió el iPhone al contar con una pantalla más grande y adecuada para disfrutar de contenidos multimedia. Hasta ahora, que esa tendencia ha dado un giro de 180 grados.
Este primer smartphone no traía ni mucho menos los avances que ofrecen los terminales actuales. De hecho, algunas tecnologías como el 4K eran complicadas de imaginar que existirían en nuestros teléfonos. Vistos estos adelantos, la pregunta es: ¿cómo serán los smartphones del futuro? Pues nos aventuraremos un poco y, basándonos en lo que tenemos hoy mismo, intentaremos predecir el futuro. Vamos allá.
Pantallas increíbles: flexibles, 3D, holográficas y ¡transparentes!
Ya llevamos unos años oyendo hablar de esta tecnología, e incluso han aparecido algunos prototipos. La idea es combinar las pantallas grandes, en las que podremos disfrutar de películas y revistas a gran tamaño, pero sin que ello conlleve llevar una de 13 pulgadas en el bolsillo… a no ser que se plieguen o enrollen, claro.
Técnicamente ya es posible gracias a tecnologías como OLED (Organic Light-Emitting Diode), mediante la cual tendremos de una pantalla tan delgada como el papel, o el grafeno, ese material «milagroso». En estas nuevas pantallas podremos recibir información por ambos lados. Es más, estos nuevos desarrollos flexibles podrían “salir” de los smartphones y colocarse en la ropa: así llevaríamos la información en la manga, por ejemplo. O teléfonos plegables como el Flexphone, con el que iremos ampliando la pantalla en función de nuestras necesidades.
Seguimos con este componente y damos un paso más, saliendo literalmente de nuestro smartphone para tener pantallas en verdadero 3D y con proyecciones holográficas. Esta tecnología sería muy adecuada para videoconferencias o para interactuar de una forma más real con algunos elementos. ¿Imaginas ampliar las fotografías tocándolas realmente? Eso es, como Tony Stark en Los Vengadores.
Parece el paso lógico, ya que ahora estamos inmersos en la Realidad Virtual, por lo que lo siguiente puede ser ver imágenes 3D y 360 grados en la pantalla del smartphone sin necesidad de gafas. Un ejemplo es el Estar Takee, que reconoce dónde mira el usuario y lleva la imagen allí donde se dirija nuestra mirada.
Teléfonos modulares
Con el LG 5G en el mercado o el proyecto Ara, la tecnología modular es ya una realidad. En este smartphone podemos retirar la parte inferior y cambiarla por diferentes módulos con diferentes funciones: mejorar la cámara de fotos, etc. Esto podría llevar a no tener que cambiar de teléfono, sino de partes, de módulos que compraríamos para actualizar (en hardware y en software) el “core” del terminal.
Cámaras múltiples
Uno de los elementos que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en esencial para todos los poseedores de un smartphone es, sin duda, la cámara fotográfica. Ahora mismo parece que el futuro de éstas es la duplicación: dos (o más) lentes en la parte posterior (como posee el Huawei P9) con dos objetivos claros. Por un lado, conseguir más luz y un mayor rango óptico, mejorando significativamente las tomas. Por otro, lograr tomas estereoscópicas, fotografías en 3D, permitiéndonos pasar de las actuales fotografías panorámicas a crear mapas 3D, como apunta el Proyecto Tango de Google.
Y decimos dos o más lentes porque proyectos como el llamado Light pretende insertar 6 u 8 cámaras en nuestro teléfono para conseguir fotografías tan buenas como las tomadas con una cámara réflex de alta gama. Al pulsar en el botón de disparo se capturarían instantáneas con diferentes longitudes focales y diferentes cantidades de luz, y el teléfono procesaría todas estas imágenes para elegir la mejor.
Biometría: más allá de la huella dactilar
La tecnología biométrica ya es una realidad en los teléfonos actuales. Mediante la huella dactilar ya podemos desbloquearlos, abrir algunas aplicaciones, navegar por páginas seguras de Internet y pagar con el móvil. El siguiente paso en esta tecnología parece que está en que identifique nuestros patrones al teclear, aprendiendo de nuestros hábitos y consiguiendo ahorrar un precioso tiempo al escribir.
Otra función será la del reconocimiento de cara, como ya tiene el sistema Hello de Windows 10, que incluso se podría utilizar para realizar diagnósticos médicos a distancia. Aún más, la seguridad es un tema muy importante, y lo será también en el futuro (el smartphone seguramente se convertirá en nuestra tarjeta de crédito), así que la identificación biométrica también tendrá lugar a través del escaneo del iris, como proponen algunos fabricantes como Fujitsu.
Baterías duraderas
Sin duda, esta es la tecnología que todos los usuarios deseamos, fuera de las más futuristas. Pero tengo una mala noticia: las investigaciones no están dando resultados satisfactorios para conseguir más autonomía en el mismo espacio… y no es cosa de llevar baterías externas siempre.
Así que la solución pasa por la carga inalámbrica y sin contacto. Sería como el receptor de la señal Wi-Fi pero, en este caso, recogiendo carga para la batería y que, de esta manera, el smartphone se vaya cargando automáticamente, sin necesidad de que el usuario haga nada. El problema, por ahora, es el miedo a que estas “radiaciones” puedan afectarnos, aunque las empresas que están desarrollando estas tecnologías afirman que no habrá peligro porque serían señales de baja potencia.
Por supuesto, continúan realizándose investigaciones con nuevos materiales como el grafeno o el metal líquido, o investigaciones más curiosas como el poder recargar los móviles con orina.
Interfaz inexistente
De forma irónica, las pantallas de los smartphones del futuro tenderán a ser poco utilizadas. En su lugar, interactuaremos con el teléfono mediante la voz, como ya nos están mostrando actualmente los asistentes virtuales Siri, Google Now o Cortana. Se busca una respuesta inmediata y la voz es más rápida que la mano. De hecho, la meta es que el smartphone nos proporcione la información que nos resulte útil antes incluso de solicitarla, gracias al reconocimiento de nuestros hábitos y costumbres.
Seguro que, ahora, una pregunta ronda por su cabeza: ¿cuándo podré tener ese smartphone maravilloso con ocho cámaras, modular, pantalla holográfica y batería inalámbrica a distancia? Pues tendremos que esperar algunos años aún. Se calcula que la tecnología Light llegue el año que viene, como las pantallas holográficas. Un poco más tardará la carga inalámbrica, que se espera para 2018… En cualquier caso, cada vez que cojamos nuestro smartphone pensaremos… “Hoy las ciencias avanzan que es una barbaridad”.
Imágenes: Pexels, LaptopMag, Stark Industries, Xataka Móvil.
Fantástico el avance tecnológico, sorprende como podemos descubrir a través de internet las maravillas de nuestro cuerpo y su conexión de enlace con el universo