A día de hoy, ya podemos contratar conexiones de Internet de hasta 500 Mbps simétricos. Es decir, con una velocidad de bajada (descargas) de 500 Mbps y de subida también de 500 Mbps. Son velocidades que hace pocos años solo estaban reservadas para empresas o profesionales con necesidades de conectividad muy exigentes.
Para que os hagáis una idea, 500 Mbps es equivalente a unas 100 veces más velocidad de bajada que una conexión ADSL media de hace pocos años. Y unas 500 veces mayor que la velocidad de bajada habitual en conexiones ADSL.
Otra forma de comprender las cifras de las que estamos hablando es a través del tiempo que tardamos en descargar contenidos. 500 Mbps permiten descargar un archivo de 4 GB en 1 minuto y 8 segundos, tal y como se ve en esta página para calcular tiempos de descarga (y subida).
Es decir, una película en DVD tardaría aproximadamente un minuto en descargarse. Una película en Blu-Ray de 50 GB tardaría poco más de 14 minutos en transferirse a nuestro equipo con una conexión de 500 Mbps. Eso sí, contando con una conectividad perfecta, sin cuellos de botella en Internet o incluso en nuestro sistema de almacenamiento.
500 Mbps son unos 60 MB/s de velocidad y, en la práctica, con USB 2.0, la velocidad máxima de transferencia es de menos de 50 MB/s, por lo que el cuello de botella estaría, no en Internet, sino en nuestro hardware.
Otra referencia: los contenidos en streaming de Netflix o Amazon, consumen la «friolera» (con ironía) de entre 5 Mbps y 25 Mbps para los contenidos Ultra HD. Es decir nos sobran 475 Mbps para ver series online.
¿Son excesivos 500 Mbps?
Es una pregunta que podemos hacernos, sin duda, a la vista de las referencias anteriores. Pero estamos hablando de modelos de uso conservadores, adoptados en su día por las limitaciones de las conexiones de ADSL o las conexiones de banda ancha asimétricas.
Recuerda que tienes 500 Mbps tanto para descargar como para cargar contenidos en Internet. Y aquí es donde es realmente importante tener una conexión rápida. Compartir fotos, vídeos o documentos es una tarea mucho más sensible a la velocidad que la descarga o el consumo de contenidos.
Así que, la respuesta es que los 500 Mbps son excesivos únicamente si nos quedamos con usos de Internet anclados en el pasado, pero son perfectos para usar servicios y aplicaciones del siglo XXI que a día de hoy están convirtiéndose en lo habitual.
La latencia también importa
Es importante hacer notar que, además de la velocidad, otro parámetro relevante para caracterizar una conexión es la latencia. Es decir, el retardo introducido por los servidores e infraestructuras de conexión con Internet en las comunicaciones entre nuestros dispositivos y los servidores remotos a los que nos conectamos.
En una red de comunicaciones de mala calidad, la latencia suele ser alta, de incluso cientos de milisegundos, debido a los mecanismos de corrección de errores que entran en funcionamiento para que los datos se reciban y envíen sin corromper. En el caso de las redes de fibra óptica, este valor es de incluso menos de 10 ms, con valores típicos de 5 ms.
Este dato es casi tan importante como la velocidad de transferencia, o más incluso en aplicaciones interactivas como los juegos online o la realidad virtual.Y si quieres saber qué latencia tienes, lo único que necesitas es acceder al portal Speedtest y realizar la prueba online.
Qué podemos hacer con 500 Mbps
Estas aplicaciones que se benefician y tienen sentido con velocidades de conexión tan altas como 500 Mbps tienen que ver con el uso de la nube como un componente más de nuestra red local. Con 500 Mbps, podemos usar servicios y aplicaciones basadas en cloud computing como si estuvieran en un ordenador de nuestra casa.
En estos casos, la simetría de la conexión es importante ya que se envían tantos o más datos y contenidos que los que se reciben. En los tiempos que corren, la creación de contenidos es tan importante como el consumo de los mismos.
A continuación te contamos algunos ejemplos de servicios y aplicaciones en los que una velocidad de 500 Mbps es importante.
Conectividad para toda la familia
El primer ejemplo es relativamente obvio, pero no por ello es menos importante. Si tenemos una familia con cuatro o cinco miembros compartiendo la misma casa, una velocidad de 500 Mbps permite que todos puedan disfrutar de una experiencia de Internet de alta velocidad.
En el caso de que todos estén usando la red doméstica para usar servicios tales como YouTube, juegos online, almacenamiento cloud o teletrabajo, con una velocidad de 500 Mbps simétrica podrán conectarse con una velocidad y latencia aptas para obtener una experiencia de uso óptima.
Eso sí, también se necesita una red local bien configurada a nivel de routers, repetidores y cableado para que el cuello de botella no sea una mala recepción de la señal WiFi, por ejemplo.
Gaming online
Otra de las aplicaciones que se benefician de este tipo de conexiones de fibra de alta velocidad es la de los juegos online. En este caso, para desarrollar una partida en red lo más importante es tener una latencia baja. Pero el ancho de banda es importante para usar otros servicios y aplicaciones casi tan importantes como el juego en sí mismo.
Por ejemplo, podemos usar plataformas como Twitch para retransmitir nuestras partidas en vivo. U otras como YouTube para subir nuestras partidas o vídeos contando estrategias, trucos o contando nuestra experiencia en eventos, por ejemplo.
En estos casos, cuando se trata de compartir contenidos multimedia, cuanta más velocidad tengamos, mejor. Mientras se suben contenidos, generalmente los ordenadores y dispositivos se ralentizan y se da prioridad a la tarea de “upload”, por lo que cuanto menos se tarde en completar la tarea, antes podremos seguir haciendo otras.
Usa almacenamiento cloud
Otra posibilidad es la de usar servicios de almacenamiento en la nube como alternativa a usar discos duros en los ordenadores locales. Con una velocidad de subida y de bajada de 500 Mbps, podemos usar servicios como Dropbox, Google Drive o Orange Cloud casi como si fueran unidades locales.
Otro ejemplo es el de Amazon Drive, que por 70€ al año permite usar almacenamiento ilimitado en sus servidores. Entre otras ventajas está la de poder subir fotos y archivos desde cualquier dispositivo a un único “disco” en la nube, visible desde todos nuestros ordenadores, tabletas o móviles en cualquier momento y lugar.
Otra ventaja del almacenamiento en la nube es la de su seguridad: en caso de que algún disco en nuestros equipos se rompa, lo más probable es que perdamos los datos. En servicios de almacenamiento online, los datos están protegidos por sistemas redundantes a prueba de prácticamente cualquier incidente.
Accede remotamente a otros equipos
Con una velocidad de transferencia de 500 Mbps, podemos usar aplicaciones de control remoto con una experiencia de uso similar a la de estar físicamente delante de otro ordenador.
Con aplicaciones como TeamViewer instaladas tanto en el equipo local como el remoto, será posible tanto acceder a nuestros ordenadores de casa desde cualquier ubicación con conexión de Internet, como acceder al ordenador de otras personas en casos como el de asistencia remota.
Por ejemplo, si un pariente o amigo tiene un problema con su ordenador, podemos conectarnos a él remotamente y solucionarlo como si estuviéramos en su casa manejando el ordenador en su red local.
Para eso es esencial que las velocidades de transferencia sean máximas y la latencia sea mínima, ya que en algunos casos tendremos que mover archivos desde nuestro ordenador hasta el remoto y viceversa.
Instala un NAS en casa
Si no queremos usar almacenamiento masivo en la nube, podemos aprovechar la velocidad para instalar un NAS en nuestra red local configurado para que podamos acceder a él remotamente.
Un NAS es una unidad de almacenamiento en red local con capacidad para entre dos y cinco discos (para entornos domésticos y pequeñas oficinas o negocios) con opciones para preservar la integridad de los datos aunque se estropee alguno de los discos que tengamos instalados en el NAS.
Con una velocidad de 500 Mbps y una latencia de unos pocos milisegundos, el acceso al NAS se puede hacer remotamente desde otros ordenadores o desde aplicaciones móviles con una experiencia de uso óptima.
Teletrabajo, una realidad posible
Otro caso interesante que se beneficia de una velocidad como la de 500 Mbps es el del teletrabajo. Con estas velocidades de subida y bajada, los teletrabajadores podrán conectarse a la red local de su empresa sin retardos ni cuellos de botella para usar tanto servicios remotos como aplicaciones corporativas a través de conexiones seguras de tipo VPN, a prueba de «hackeos» o intrusiones.
Con una infraestructura de red bien montada, el trabajo desde casa es posible. Y no solo si se es empleado de una empresa concreta. Los profesionales liberales también pueden montar su oficina en casa con total garantía. Especialmente en el caso de profesionales de la creación de contenidos y autoría digital, áreas en las que generalmente se tienen que mover archivos de gran tamaño como vídeos o fotos.
YouTubers y Bloggers
Quienes se adentren en el mundo de la autoría de contenidos para canales tales como YouTube y mantengan sus propios vídeoblogs, una velocidad de 500 Mbps es la panacea. La posibilidad de subir sus vídeos en pocos minutos o incluso segundos es perfecta para poder dedicarse a crear contenidos de calidades tan altas como 4K sin preocuparse por el tiempo que se tarda en colgarlos en la red.
También es factible crear canales de emisión en vivo, usando streaming donde la latencia, de nuevo, es casi tan importante como la velocidad de transferencia.
Qué opciones tengo
A día de hoy, una de las propuestas más interesantes de cara a obtener esta experiencia de conexión premium es la de Orange con su producto Love Familia Total.
Se trata de una modalidad en la que no solo tienes 500 Mbps con una latencia mínima, sino también 3 líneas móviles con 24 GB de tráfico para compartir, roaming, multi SIM y hasta Orange TV.
La tendencia es la de integrar en nuestras vidas el uso de servicios y aplicaciones cloud, así como hábitos de conectividad en los que accedemos a nuestros equipos y dispositivos en el hogar desde ubicaciones remotas. Y en estos casos, la conectividad importa, tanto en la parte de la latencia como en la de la velocidad de transferencia, tanto de subida como de bajada. Y 500 Mbps solo es el principio.
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