Siri es el oído del mundo. Al menos, uno de ellos. Cerca de 50 millones de personas hablan habitualmente con el asistente de voz de Apple. Lo hacen en inglés, alemán, francés, japonés, italiano, chino, coreano y español. Pero muchos se quejan de que Siri no los entiende. ¿Es un problema de software o de que no sabemos cómo hablarle? ¿O quizás le contamos cosas tan raras que hace oídos sordos? Hablamos con Marta (nombre ficticio), una experta que conoce bien los entresijos de Siri. Nos da sus trucos y nos cuenta algunos de los ejemplos más estrambóticos escuchados por este asistente.
El boom de los asistentes de voz
Cada vez es más frecuente ver a personas hablando con sus dispositivos smart. En el mundo, se hacen ya más de 1.000 millones de búsquedas por voz al mes, según Alpine.ai. Siri sigue siendo el sistema más utilizado, pero Google Now lo sigue de cerca. Cortana (Microsoft) y Alexa (Amazon) tienen menos usuarios, pero sus pronósticos de cara al futuro son positivos. Sobre todo, debido a su capacidad de integrarse con multitud de sistemas más allá del binomio iOS-Android.
Pero hay vida más allá de estos cuatro nombres. Uno de los últimos asistentes de voz en lanzarse al mercado ha sido Djingo, de Orange, presentado en la última edición del Mobile World Congress. De momento, funciona dentro de la app Mi Orange para asistir al cliente. Pero el objetivo es que se convierta en un asistente de voz al uso con el que podamos manejar nuestros dispositivos. Telefónica, con Aura y el dispositivo Movistar Home, también está dando pasos en esa dirección.
Basta de preámbulos. Ya ha quedado claro que los asistentes de voz están en auge y que los veremos (oiremos) cada vez más entre nosotros. Así que mejor vamos aprendiendo a hacernos entender.
Así puedes hacer que Siri te entienda mejor
El lenguaje humano es ambiguo e ineficiente. Es lo mejor que tenemos, sí. Hay pocas cosas que superen el placer de comunicarse, de hablar o de regodearse en un texto. Pero las máquinas no funcionan de la misma manera. Ellas tienen un lenguaje de números y lo manejan de forma muy eficiente. En los últimos años, hemos decidido que ya es hora de que aprendan a hablar como nosotros. Poco a poco lo van consiguiendo, pero estos consejos te ayudarán a que Siri te entienda mejor (y a frustrarte menos).
- Lo primero es asegurarse de que la función Siri está activada (hay un apartado completo en el menú de ajustes de iOS dedicado al asistente de voz).
- Ya que estás ahí, aprovecha para comprobar que el idioma en el que vas a hablarle está seleccionado. Y luego recuerda hablarle en esa lengua y no saltar entre el español, el chino y el italiano. A Siri no la impresionas fácilmente, pero su entendimiento multilingüe es limitado.
- Aprende cuándo hablarle y cuándo no. Como si fuese un contestador automático, no digas nada hasta que oigas la señal que indica que Siri está activada. En función del dispositivo, algunos usuarios se quejan de que Siri reacciona de forma lenta y tarda en activarse. Hablarle a destiempo y meterle prisa no ayudará a mejorar iOS.
- Siri no está sorda. O, como nos dijo Marta, “Siri es como los guiris: no hace falta que le grites para que te entienda”.
- Habla despacio, vocaliza bien y sé claro y conciso con tus instrucciones. No te enrolles, aunque tengas ganas de hablar.
- Evita preguntas demasiado complejas. Siri no es una enciclopedia ni una consejera sentimental. Su mejor arma es su integración con el sistema iOS. Así que úsala, sobre todo, para manejar tu teléfono con tu voz. No para preguntarle a qué huelen las nubes (no te pierdas otros ejemplos más abajo).
- Presta atención a tu acento. Los ingenieros y el ejército de transcriptores que trabajan para Apple afinan, cada vez más, el reconocimiento de las diferentes variedades regionales de los idiomas. Sobre todo, en inglés y español. Eso no significa que te vaya a entender hables como hables. Por eso, intenta que tu voz suenea clara y neutra. Intenta poner, como se dice en el mundo anglosajón, siri-voice.
- Siri no sabe puntuar, por ahora, según tu entonación. Si lo que buscas es dictarle mensajes y quieres introducir signos como comas o exclamaciones, debes decírselo explícitamente. Por ejemplo: “Hola coma María punto ya he enviado el cheque punto”.
Por favor, nombra bien tu agenda
Este es un consejo que merece mención aparte. Han corrido ríos de tinta electrónica sobre el tema. Buena parte de los problemas de interacción de Siri con nuestra lista de contactos no son culpa del asistente de voz, sino nuestra. “Si quieres que Siri llame a un contacto registrado en tu agenda y no quieres que haya errores, guarda tus contactos con nombres sencillos, respetando mayúsculas y minúsculas cuando toca”, señala Marta.
Además, para los casos complicados, existe una función que a veces pasa desapercibida. Podemos enseñarle a Siri a pronunciar y entender mejor. En cuanto a la pronunciación, no tenemos más que decírselo. “Siri, aprende a pronunciar Xavi/Xabi”, por ejemplo. El asistente de voz te dará varias opciones de pronunciación para que elijas una. Si no te convencen, puedes volver a repetir la operación. Y listo, has enseñado a Siri a pronunciar un poco mejor.
Ahora imagínate que tienes un amigo holandés que se llama Johan. Pero por mucho que lo intentes con la pronunciación correcta, Siri no lo entiende. Después de que te diga que no ha podido encontrar el contacto, le volveremos a repetir el nombre. Entonces se habilitará la opción de seleccionarlo directamente en la agenda. Una vez hayas concluido la acción que querías con Johan (llamarle, mandarle un mensaje, etc.), Siri te preguntará cómo se pronuncia ese contacto correctamente. Las instrucciones son las mismas que en el párrafo anterior. A partir de ahí, ya sabrá pronunciar y reconocer el nombre extraño.
Es Siri, no un psicólogo (por ahora)
Abro Google y me dispongo a empezar mi investigación sobre Siri. Tecleo «hola siri». Entre las primeras recomendaciones aparece “cómo me llamo”. ¿Sorprendido? La verdad es que no. Si Siri pudiese hablar (de forma subjetiva e impulsiva, al modo humano) me contestaría: “Hijo, no sabes las cosas que he tenido que escuchar”. El asistente de voz de Apple no es nuestra madre ni nuestro psicólogo, de momento. Pero parece que no nos damos por enterados.
Aquí van un puñado de ejemplos (reales, prometido) de cosas que el mundo hispanohablante le ha contado a Siri. Cosas cuya respuesta, ya te adelantamos, está lejos del poder de un software, por muy inteligente que sea.
- “Me ha dejado mi novio, ¿qué hago?”.
- También la encontramos en su versión cupido. “Siri, fulanito/menganita no me quiere, ¿qué puedo hacer?”.
- “Para la fiesta de X, ¿es mejor globos de colores o de helio?”. Ser joven es duro, sobre todo si nos cargan con semejantes responsabilidades.
- “Ay, Siri, ¿tú qué harías en [insertar nombre de ciudad] un día de lluvia? Si me quedo en casa me deprimo y me suicidaré por tu culpa. ¿No te da pena? ¡Pues dime algo!”. Si eso no es presionar para encontrar un plan, que baje Siri y lo vea.
- “Siri, ¿qué es el nabo de Lugo?”,“Siri, ¿cuántas toallas se lavan en un día en todo el mundo?” y “¿Cuándo fue la III Guerra Mundial?”. La curiosidad es, sin duda, la mejor virtud del ser humano.
- “Siri, ¿qué pasa si una cucaracha se metió en mi bebida y me la bebí?”. La paleodieta empieza por ahí.
- “Siri, necesito consejos para que mis vacaciones no se vean afectadas por mi suegra”. Señoría, nada más que pedir.
- “Siri, cántame la cucaracha”. Siri no es Chiquito de la Calzada, por mucho que lo echemos de menos. Tiene un puñado de respuestas graciosas programadas y se sabe unos cuantos chistes, pero no es alguien con quien pasarse la tarde echándose unas risas.
Además de estos ejemplos simpáticos, Siri escucha multitud de dudas de índole sexual, problemas físicos, malestar psicológico… Cosas que, quizá, deberíamos hablar con otra persona. En Apple, al igual que en otras compañías con asistentes de voz como Amazon (Alexa) o Google, son conscientes de esto. Al parecer, ya están empezando a incluir personal con experiencia en psicología y/o asistencia personal en su equipo de ingenieros.
La idea es que, en un futuro no muy lejano, Siri sepa empatizar y reaccionar ante situaciones emocionales complejas. Es lo que ellos llaman la próxima revolución en las relaciones de interacción humano-máquina. Siri dejará entonces de ser el oído del mundo para convertirse en el hombro sobre el que se apoya medio planeta. Hasta entonces, mejor contarle nuestros problemas a otro humano.
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