Las estelas que los aviones dejan en el cielo se deben a la condensación del vapor de agua cuando los motores están en combustión y ahora Google quiere reducirlas usando la inteligencia artificial por sus efectos sobre el calentamiento del planeta.
Estas estelas aparecen por la fusión entre las partículas que emiten los motores y las bajas temperaturas en las que transcurre el vuelo. Las condiciones de humedad o el viento determinarían que esas estelas sean más o menos persistentes.
En aviación este fenómeno se conoce como contrails, una palabra de origen anglosajón resultado de la contracción de las palabras condensation (condensación) y trails (rastros).
Quienes defienden la teoría de la conspiración según la cual las estelas que los aviones dejan en el cielo son la prueba de que organismos gubernamentales nos bombardean con sustancias químicas, han adaptado este término a sus creencias. De ahí la denominación de chemtrails, resultado de la contracción de chemical (químico) y trails (rastros).
Entre las «razones» que explicarían la existencia de chemtrails, tendríamos controlar el clima (provocando sequías, lluvias o bajando la temperatura) o la población (a través de la propagación de enfermedades o esterilizando a los seres humanos).
Estelas que los aviones dejan en el cielo, no conspiraciones
Dejando a un lado majaderías, y por motivos muy distintos a los señalados por los mercaderes de bulos, lo cierto es que estas estelas que los aviones dejan en el cielo tienen un impacto en el clima sorprendentemente importante.
Según el informe del IPCC de 2022, las nubes creadas por esas estelas suponen aproximadamente el 35% del impacto global de la aviación en el calentamiento planetario, más de la mitad del impacto del combustible para aviones en el mundo.
Por ello, Google Research se asoció con American Airlines y Breakthrough Energy para reunir un gran volumen de datos, como imágenes de satélite, datos meteorológicos y rutas de vuelo, y utilizó IA para desarrollar mapas de previsión de estelas con el objetivo de comprobar si los pilotos pueden seleccionar rutas que eviten su formación.
Las estelas de condensación se forman cuando los aviones atraviesan capas húmedas y pueden mantenerse en forma de cirros durante minutos u horas, dependiendo de las condiciones atmosféricas. Esa nubosidad adicional puede reflejar luz solar hacia el espacio, además, también puede atrapar una gran cantidad de calor que, en ausencia de nubes, abandonaría la atmósfera terrestre, lo que crea un efecto neto de calentamiento. Si se evita el tráfico aéreo en zonas propensas a la aparición de estelas de condensación, se podría reducir el efecto de calentamiento.
Según explica Google en su blog, durante seis meses, un grupo de pilotos de American Airlines han realizado 70 vuelos usando las predicciones de la IA de Google y cruzando las referencias con los modelos de estelas de condensación de código abierto de Breakthrough Energy han conseguido evitar altitudes susceptibles de formar estelas de condensación.
Después de estas pruebas, se analizaron imágenes de satélites y se pudo comprobar que los pilotos pudieron reducir las estelas que los aviones dejan en el cielo, fruto de la condensación, en un 54%.
El otro hallazgo significativo de los ensayos con American Airlines es que los vuelos que trataron de evitar la formación de estelas consumieron un 2% más de combustible. Según estudios recientes, para reducir la mayor parte del calentamiento global debido a las estelas de condensación solo se requeriría reajustar un pequeño porcentaje de los vuelos. En conjunto, el impacto total en el consumo de combustible podría ser de tan solo un 0,3%, para el programa de vuelos de una compañía aérea.
Esta es la primera evidencia de que los vuelos comerciales pueden evitar la formación de estelas de condensación de manera verificable y, con ello, reducir su impacto climático.