Un equipo de ingenieros de la Universidad de Pensilvania (EE.UU) ha creado un modelo tridimensional del ojo a partir del análisis de células humanas. El estudio, publicado en Nature Medicine, ha permitido probar medicamentos que todavía estaban en investigación.
Nuestro organismo tiene estructuras multicelulares muy complejas que funcionan como barreras contra riesgos externos. Aunque ya existen muchos avances para analizar estos tejidos, simular sus múltiples características siempre ha sido un gran desafío para la ciencia.
Una recreación 3D
Ahora, esta nueva investigación ha creado un modelo en 3D del ojo humano que imita su geometría y la composición celular de las capas más externas. Para ello, los autores del trabajo cultivaron células extraídas de la córnea y de la membrana mucosa que protege la parte blanca del ojo.
El ojo modelo está construido sobre un chip transparente en forma de octágono del tamaño de una moneda de diez centavos. En el centro hay un andamiaje en forma de lente de contacto que contiene las células de la capa anterior del ojo y células de la conjuntiva, formando juntas la superficie del mismo.
Reemplazar a modelos animales
Una vez creada la superficie ocular, los científicos probaron la ‘maqueta’ con fluidos lagrimales y con un párpado artificial de gel que imitaba el parpadeo. Con este soporte, los autores pudieron explicar la enfermedad del ojo seco y probar los efectos terapéuticos de un medicamento que todavía está en investigación.
Este nuevo sistema proporciona capacidades únicas para replicar la organización estructural multiescala, los fenotipos biológicos y la homeostasis ambiental de nuestra superficie ocular. Al estar basado en células humanas, podría reemplazar los modelos animales ya existentes.
Sin embargo, los autores explican que es necesario investigar más para comprobar si con este modelo se podrían testar nuevos medicamentos y descubrir otros en el futuro. Además, a este ejemplar habría que incorporarle nuevas células y otras funciones como el sistema vascular (circulación de la sangre), las células inmunitarias y los nervios.
Artículo publicado en Agencia Sinc. Lea el original