¿Cuál es el rastro que dejamos cuando visitamos una página?

privacidad en internet
Muchas veces, hemos oído hablar de la navegación privada, pero mucha gente no es consciente del rastro que se deja cuando se visita una página. Para el usuario más avezado, que es capaz de configurar su navegador, puede resultar sencillo mantener este software de acceso a Internet limpio o que no deje demasiados rastros; para el usuario general, no tanto. Vamos va ver cuál es el rastro que dejamos cuando visitamos una página web y cómo influye en nuestros hábitos de navegación.

Existen diferentes tipos de rastreo que se practican aprovechando las páginas que un usuario visita. El más habitual es el rastreo para personalización, que trata de enfocar los anuncios que muestra una página web a nuestros gustos personales. De esta forma, si visitas una página de escapadas de fin de semana y luego te vas a otra diferente, lo más normal es que los anuncios que aparezcan tengan que ver con viajes u hoteles.

Las cookies y el historial, pequeños detalles que dan mucha información sobre ti

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Fundamentalmente, esto lo logran con el uso de cookies, pequeños archivos de datos que se colocan en nuestros navegadores y que tratan de hacernos la vida más fácil recordando las preferencias de idioma o los artículos de un carro de compra, pero que también tienen otros fines, como la segmentación de la publicidad de display que vemos al visitar una página o las recomendaciones que nos hace el buscador.

A esto le tenemos que sumar el historial de páginas visitadas o la información introducida en formularios al darnos de alta en un sitio, redes sociales, apps en las que nos hemos identificado, etc. Al final, tenemos un completo retrato de nuestros hábitos de navegación en Internet, pero que no dejan de ser un reflejo de nuestros gustos, aficiones, edad, sexo, etcétera, que nos identifican como usuario.

También habría que añadir las contraseñas de acceso de determinados servicios web que almacenamos en los navegadores y que están accesibles, no tanto para terceros, como para aquellos que utilizan ese ordenador. Es una práctica que sólo se debería emplear en equipos personales. Mejor sería usar un gestor de contraseñas que almacenar la misma en el navegador web.

Si utilizamos el modo de incógnito del navegador, podemos evitar que el historial o la información que enviamos sea almacenada. Pero no es del todo perfecto. El modo incógnito elimina las cookies y el historial del navegador, pero no otras que puedan instalarse con otros complementos como flash o en alguna extensión que tengamos del mismo. Esto por no hablar de la información acumulada en otros servicios o dispositivos.

También existe la posibilidad de decirle a los sitios que vamos a visitar que no queremos ser rastreados a través de una función de los navegadores denominada Do not track. Se trata de una buena herramienta, pero lo cierto es que las compañías no están obligadas a respetar nuestros deseos.

La monitorización de las conexiones

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De hecho, el uso del navegador en modo privado no significa que, si estamos utilizando el ordenador de una empresa o de una institución, no nos puedan monitorizar. Normalmente se busca tener un control de las páginas que se han visitado, que se ha descargado, etcétera, sobre todo en las empresas, donde incluso se limita el acceso a determinadas páginas.

El anonimato del navegador se queda sólo en nuestro equipo local, no significa que el proxy que pueda haber detrás no sepa o tenga registrado adónde hemos accedido, cuánto ha durado la conexión, desde qué IP se ha realizado la misma, etc. Por eso hay que ser extremadamente cuidadosos cuando estamos utilizando un ordenador que no es el nuestro en la navegación.

La navegación privada y las VPN

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Otra de las opciones que tenemos para utilizar Internet sin dejar rastro es el uso de la navegación anónima. Tor es el sistema más popular para lograr este objetivo, pero lo cierto es que tampoco es del todo invulnerable y nos pueden identificar, aunque resulta bastante complicado y no está al alcance de todo el mundo.

También podemos utilizar una VPN, que establece un cifrado punto a punto entre el ordenador emisor y el receptor, pero suele emplearse más bien para la conexión de datos entre un ordenador y un servidor, o una red local de equipos. De esta forma, el tráfico que sale de nuestro ordenador está cifrado, y sólo pueden verlo el resto de ordenadores que estén en la misma red. Es el método más seguro y tenemos multitud de servicios que nos ofrecen una VPN, tanto gratuitos como de pago.

Lo cierto es que la privacidad total es muy complicada en Internet. Siempre queda algún rastro, por muy cuidadosos que seamos, aunque para el usuario general sería suficiente con conocer y saber configurar las opciones de su propio navegador. Los más avanzados o aquellos usuarios de empresas que necesitan un plus de seguridad sí que tienen que configurar opciones de cifrado para que sus comunicaciones sean más seguras.

En Anexo M | Privacidad en internet, ¿es posible conseguirla?

Imágenes | Wikipedia | Flickr

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