2017 ha sido el año con más huracanes registrados, así como los más violentos, entre los que destacan Irma y María; el que más altas han sido las temperaturas, según los registros de la NOAA (desde 1880); el que más agua dulce del Ártico se ha vertido hacia el océano, con la masa A-68A (del tamaño de Alicante) desprendiéndose del ártico un 16 de septiembre; el de mayor sequía, calificada como la peor de la historia de nuestro país; y mayor número de incendios registrados (44 incendios forestales al día en España).
Unas atmósfera y superficie oceánica más calientes de lo habitual fomentan este tipo de fenómenos, que se prevé vayan en aumento en las siguientes décadas. ¿Los culpables? Los gases de efecto invernadero, de los que se suele destacar mucho el CO2. Hay otros gases de efecto invernadero como el metano CH4 (56) o el óxido nitroso N2O (280). ¿Sabes cuánto CO2 produces? ¿Sabes cuánto aportas a esta ecuación global?
¿Por qué se mide todo en CO2 Equivalente?
Los números entre paréntesis del párrafo de arriba muestran el potencial de calentamiento global frente al CO2. Es decir, 1 kg de CH4 calienta la atmósfera lo mismo que 56 kg de CO2; y 1 kg de N2O lo hace como 280 kg de CO2. El CO2, en este caso, se vuelve la unidad con la que medir y comparar procesos muy diferentes entre sí como combustión térmica del diésel, la crianza de una cabeza de ganado, o excavar los materiales para construir una vivienda.
También se usa para comprar y vender títulos de emisión de carbono. La idea tras este mercado de emisiones de CO2 está en que los países que más contaminen paguen más impuestos que vayan destinados a las fuentes de generación de energía limpia, entre otros destinos; y se comercia con el derecho de emisión del mismo modo que con cualquier otro bien.
Algunas calculadoras interesantes con las que medir nuestro impacto global
Habitamos viviendas cada vez más eficientes y compramos electrodomésticos que consuman poco. En parte porque no nos gusta pagar de más en la factura y en parte porque somos cada vez más responsables con el medio ambiente.
Hay muchas calculadoras de CO2eq, y aunque muchas de ellas no están demasiado actualizadas, podemos usarlas para comparar diferentes medios de transporte, electrodomésticos, eventos… así como establecer nuestra huella ecológica o footprint. Debido al volumen que producimos de CO2, suele usarse la unidad “tonelada de CO2 equivalente” o TCO2eq.
El CO2 generado debido a la movilidad
Una calculadora que podemos usar con una estética muy cuidada es MyClimate.org. En esta web no solo podremos calcular nuestro impacto: también podemos compensarlo económicamente. Veamos varios ejemplos de movilidad de un viaje de ida y vuelta Madrid-Barcelona (es un viaje frecuente y de unos 500 km, lo que ayuda al cálculo).
Un vuelo de Madrid a Barcelona de ida y vuelta (1.000 km) para una persona genera 0,293 TCO2eq. Si se hace clic sobre el enlace anterior se podrá ver el cálculo, así como los 8 francos suizos (CHF) necesarios para compensar esas toneladas de CO2 en proyectos climáticos en países en desarrollo o en proceso de industrialización.
Volar es de las actividades humanas con mayor impacto ambiental. En Chasing Ice (documental) aparece un cálculo interesante: un viaje de ida entre Inglaterra y Suiza en avión agota el CO2 de tres años de lo que un humano podría generar para que el planeta no sufriera cambio climático. Es decir, si hacemos más de un vuelo cada tres años, ya estamos sobrepresionando al planeta.
De la misma calculadora, y el mismo viaje de Madrid a Barcelona, esta vez en coche, genera entre 0,116 y 0,301 TCO2eq en función del tipo de vehículo usado (gasolina, diésel… turismo, SUV…). Aunque con una visual menos atractiva y consumos de 2008, Terra tiene este comparador de modos de transporte cuyas conclusiones siguen siendo válidas a día de hoy:
No es normal recorrer 500 km en bicicleta del tirón, pero el mismo viaje pedaleando supone una millonésima parte en emisiones. No son nulas porque tenemos que repercutir en cada kilómetro el desgaste, algo que se puede atribuir a las zapatillas y ropa cuando andamos, pero sin duda son muy bajas.
Una tercera calculadora de emisiones de CO2eq es Arboliza, que, además de permitirnos calcular el coste cuando nos movemos en cercanías o metro (0,013 TCO2eq/1.000km), nos da la posibilidad de “arbolizarnos” plantando árboles en bosques protegidos. Los árboles (la vegetación en general) actúan como sumideros de carbono, atrapando CO2 y otros gases de efecto invernadero, así como partículas en suspensión.
El CO2 generado en climatización
El Gobierno de Aragón, dentro de un proyecto englobado en el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, levantó hace unos años una calculadora de carbono que hoy podemos usar para medir cuánto CO2eq generamos en climatizar nuestro hogar.
Resulta imposible dar datos concretos de calefacción de gas natural, gasóleo, butano/propano o electricidad debido a la enorme variación de climas en nuestro país, y del tamaño y forma de las viviendas. Podemos dar pinceladas.
Que una casa gase 500 kg de butano en invierno (1,469 TCO2eq) no quita que otra situada a muchos kilómetros de distancia apenas use menos de 1.000 kWh en una bomba de calor (0,7 TCO2eq). Esta calculadora nos ayuda a saber cuál es nuestro impacto, aunque es poco útil para plantearnos cambiar de sistema de climatización.
El CO2 que generamos en la compra de objetos
Aunque orientada a la reutilización de productos, la calculadora de CO2eq de Aeress.org nos sirve para comprender el impacto que tiene el tirar una prenda que todavía puede usarse o renovar el mobiliario sin necesidad. Por ejemplo, una vestimenta completa (zapatillas, pantalón, camiseta y un jersey) tiene un coste de 0,016 TCO2eq. Puede parecer poco, pero pensemos en toda la ropa que tiramos sin que esté desgastada.
Cambiar los muebles del salón sin necesidad (un par de estanterías, un sofá, un mueble para la tele, cuatro sillas y una mesa) tiene un coste de 0,308 TCO2eq. Es algo a valorar cuando miramos el interior de nuestra vivienda y pensamos que queremos un cambio. Poner los muebles en una tienda de segunda mano ayuda a todos, ya que añadimos bienes a la economía circular.
Estas calculadoras nos enseñan algo importante, y es que el calentamiento global no es algo ajeno que se produce lejos, en centrales térmicas. Los gases de efecto invernadero los producimos todos con nuestra actividad diaria, y minimizarla es posible. Con datos en la mano seremos capaces de tomar mejores decisiones de cara al futuro.
En Nobbot | “Consumimos más materias primas de las que el planeta puede proporcionar”
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