Internet y teoría de la conspiración a menudo son sinónimos. La causa radica en el escaso conocimiento de los fenómenos. Saber es poder y cuándo se sabe poco, es más probable creerse los cuentos o, incluso, las mentiras.
Uno de los mitos más sólidos en la red es la llamada dark web, un reino misterioso gobernado por fuerzas oscuras. Quizás sea un poco exagerado.
Una investigación de Recorded Future, una conocida empresa especializada en cyber intelligence, muestra la realidad limitada y circunscrita de la dark web. La imagen clásica del iceberg, bajo cuya punta se ocultaría una enorme parte sumergida, se debería invertir. La superficie de la red es la parte predominante. La sumergida, la dark web, es la más pequeña.
El internet secreto está formado por redes, las darknets, que incluyen sitios web a los que solo se puede acceder con softwares particulares. Recorded Future ha encontrado 55.828 dominios .onion (el utilizado por estas páginas), de los cuales solo 8.416 estaban activos durante el estudio. El internet abierto está compuesto por más de 200 millones de páginas activas. Punto y final con el ‘rollo’ del iceberg.
Dark Web: un mundo pequeño y ineficaz
Aclarado que los sitios ocultos son solo el 0,005% del WWW, Recorded Future también indica que la dark web es desorganizada y poco fiable. Las páginas más populares funcionan menos del 90% del tiempo. Incluso uno de los mercados más conocidos está offline durante el 35% del tiempo. En comparación, las webs de la superficie son un ejemplo de efectividad. Facebook, por ejemplo, está en línea el 99,95% del tiempo.
La literatura relacionada con estas ‘favelas’ de internet nos ha hecho imaginar bandas criminales súper organizadas, capaces de mover con facilidad enormes cantidades de Bitcoin, armas y drogas con un clic. La realidad es que solo un puñado de páginas de la dark web están a la altura de su reputación. En concreto, los investigadores han identificado ocho webs .onion, a las que solo se puede acceder por invitación, que representan el nivel más alto de actividad criminal.
La dark web es también un lejano oeste lleno de estafas. Las direcciones de los sitios son combinaciones alfanuméricas como 7rmath4ro2of2a42.onion. Basta con omitir una letra o un número y se corre el riesgo de encontrarse en una página creada específicamente para estafar a los desafortunados. Y también es un lugar muy poco variado: el 86% de las páginas están en inglés (comparado con el 54% dela clear web), seguido por el ruso (2,8%) y el alemán (1,6%).
Deep y Dark Web, dos cosas diferentes
El hecho de que se haya establecido la ambivalencia de los términos deep y dark web ha alimentado la confusión. Son dos cosas diferentes. Podríamos decir que la red está compuesta por tres zonas. La primera es la que todos conocemos y frecuentamos. Luego hay una que, por diversas razones (por ejemplo, porque está compuesta de bases de datos, intranets, archivos cerrados), no puede ser alcanzada por los buscadores como Google. Esta es la deep web.
Finalmente, está la zona que permite el anonimato, tanto para quienes administran un sitio como para quienes lo visitan. Un lugar al que solo se puede acceder a través de software y redes que dejan transferir datos de forma anónima. Es la dark web. Existen varios sistemas para la comunicación anónima en internet, pero el más conocido es el proyecto Tor (el acrónimo de The Onion Router).
En su versión más simple, Tor es un navegador que todos pueden descargar y usar para las páginas normales, pero protegiendo su privacidad e identidad. Creado (¿cómo no?) por la agencia del Pentágono, DARPA, Tor trabaja de manera similar al lavado de dinero. Los datos de los usuarios pasan a través de muchos routers, lo que hace casi imposible entender de dónde proviene la solicitud original, descubrir el administrador de una web o quién emplea estos servicios.
La mayoría de las personas que usan Tor (alrededor de 3 millones al día) se mueve en la superficie. Solo el tres por ciento de estos (menos de cien mil personas en todo el mundo) usan el navegador para acceder a la dark web. Donde, eso sí es cierto, se puede encontrar de todo. Mercadillos de la droga como Silk Road, que ha sido desmantelado por el FBI, bazares de ciberdelincuentes, reventas de armas y comunidades de todo tipo.
No todo es malo
Sin embargo, reducir la dark web a los fines ilegales para los que se utiliza sería un grave error. El hecho de que Tor permita evitar las medidas de vigilancia también lo vuelve muy útil para los disidentes políticos que viven en regímenes autoritarios. De hecho, la web más visitada por los usuarios de Tor es Facebook. Desde 2014, existe una versión de la red social que se puede navegar según los parámetros de anonimato de la dark web.
También muchos periódicos, incluido ‘The New York Times’, han abierto un destacamento en las darknets para brindar más seguridad y anonimato a sus fuentes. Los periodistas que se comunicaron con Edward Snowden, la fuente del Datagate, lo hicieron a través de Tor. Además, una investigación realizada por el Insikt Group ha demostrado que la actividad criminal se desarrolla en gran medida en plataformas abiertas. En las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp y Telegram.
Finalmente, el lado oscuro de la red se está reduciendo. La disminución constante de páginas y usuarios activos se debe principalmente a la desaparición de dos de sus servicios más extendidos. El de alojamiento web Freedom Hosting II y el de correo electrónico Sigaint. El primero fue víctima de un ataque informático, tras descubrirse que albergaba una página de pornografía infantil. Cuando el servicio cerró, se llevó consigo unas 10.000 webs. El segundo se apagó hace dos años, borrando para siempre toda la correspondencia. Los piratas se están quedando sin cuevas, y nosotros sin mitos.
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