Cada vez es más frecuente escuchar cómo la Inteligencia Artificial está sustituyendo puestos humanos en determinados ámbitos. Repetitivos, de baja cualificación, con poca destreza manual o limitadas a un espacio físico concreto son algunas de las características que podrían indicarnos si nuestro puesto de trabajo peligra. Pero, ¿puede una inteligencia artificial sustituir al CEO de la empresa?
Teniendo en cuenta que el consejero delegado se ha pasado toda su carrera profesional tomando decisiones, no parece lógico incluir una IA que reemplace parte de estas funciones, que le indique el camino a seguir o que incluso le contradiga. Sin embargo, estamos viendo cómo la Inteligencia Artificial llega a lo más alto de las empresas. ¿Por qué?
La Inteligencia Artificial llega a lo alto de las compañías
Vivimos en un mundo cada vez más informatizado, y la Inteligencia Artificial ya ha empezado a “sustituir” (entre comillas, porque formalmente hablando habría que decir desplazar) puestos especializados como pueden ser los de contabilidad o gestión. Incluso hay quien se pregunta si profesiones que requieren de algo tan complejo como la comprensión del lenguaje puede ser cubiertas con máquinas pensantes.
En su libro Machine, platform, crowd, Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson afirman que «nadie tiene una idea clara sobre cómo será el futuro de la empresa debido a la Inteligencia Artificial», pero que es «seguro que la IA estará incluida en ella». Y que, como esta es superior a la humana en determinadas áreas, el puesto del directivo no está exento de su uso.
En este libro también se indican algunas recomendaciones para los CEO actuales, tales como:
- Reconocer las graves limitaciones de sus propias opiniones y experiencias
- Delegar más poder en las máquinas
- Buscar inspiración fuera de sus compañías
Especialmente el primer y segundo punto están siendo aplicados en algunas empresas japonesas y americanas, donde los directivos se han dado cuenta de que contar con un aliado virtual puede ampliar la visión de su empresa y del mercado.
Escuchamos a las máquinas, pero solo si nos beneficia
A día de hoy, está demostrado que Facebook te conoce mejor que la gente más cercana a ti. En un estudio de Wu Youyou con 86.220 voluntarios, la IA de Facebook precedía mejor que tus amigos tu siguiente «Me gusta» si ya habías pulsado sobre ese botón 70 veces en otras publicaciones, mejor que tus familiares si lo habías hecho 150 veces y mejor que tu pareja si habías pulsado 300 veces o más. Y esto ocurrió en 2014.
De un modo parecido, Goodreads te recomienda lecturas que te van a gustar con una enorme probabilidad de éxito. Si has incluido entre 30 y 50 calificaciones de libros, la aplicación te sugerirá libros más acertados que los que te regalen tus amigos. Como último ejemplo, hacemos más caso a Google Maps que a nuestros conocidos, porque este nos sabe guiar perdiendo menos tiempo.
Sin embargo, no preguntamos a Facebook quién debe caernos mejor, a Goodreads cuánto tiempo deberíamos leer o a Google Maps sobre cuál es el destino que más nos conviene. Es decir, estos algoritmos o Inteligencias Artificiales que trabajan en la nube son muy prácticos para un segmento muy concreto y para aplicaciones específicas.
Cuando hablamos de que una máquina sustituirá algunas funciones de los CEO nos estamos refiriendo exactamente a eso. No a una sustitución total de la persona, sino en un apoyo más para tomar mejores decisiones basadas en un gran volumen de datos.
¿En qué beneficia a un CEO aliarse con una IA?
Siguiendo en la línea anterior, Ariel Torres, conocido periodista digital, se preguntó en un artículo «qué ganamos al competir con máquinas que hacen muy bien lo que nosotros hacemos muy mal […] y que o no pueden hacer o hacen muy mal lo que nosotros hacemos muy bien».
Los CEO viven de su liderazgo y de la toma de decisiones, una capacidad aparentemente humana pero que requiere de la combinación de muchos elementos diferentes. Cálculo numérico y tareas repetitivas, algo que las IA saben hacer muy bien, pero también empatía, sensibilidad e intuición, algo con lo que los humanos venimos programados de serie.
Según el investigador y catedrático Martín Molina González, «por el momento el robot nunca va a poder desempeñar funciones que requieran liderazgo. Tampoco podrá hacer previsiones ni sabrá priorizar las cuestiones importante en cualquier empresa», por lo que la Inteligencia Artificial no sustituirá al CEO, sino que se convertirá en una herramienta en la que apoyarse o bien de la que recibir consejos. Es análogo a decir que un CEO nunca podrá convertirse en un buen procesador de datos. Cada uno tenemos nuestras limitaciones y capacidades.
Para un CEO, la IA no se convierte en un competidor, sino en un aliado que sirve a los intereses de la empresa y que, incluso cuando le lleva la contraria, no rivaliza con el directivo o se encuentra en una posición para concursar al puesto.
Una IA puede ser al CEO lo que una calculadora al contable, pero para eso ha de entregar datos comprensibles: gráficos, instrucciones e informes. Es decir, conocimiento, y no solo datos, como hacen Goodreads o Google Maps.
Una IA junto al CEO no es muy diferente del cuadro de mando integral
Un cuadro de mando integral (CMI, BSC o dashboard) es una herramienta de gestión empresarial realmente útil para ver cómo se presenta la empresa de cara a sus objetivos estratégicos. Es una aplicación que llevamos usando desde 1992 con ese nombre, pero cuya base estadística y numérica se encuentra en la Segunda Revolución Industrial (1850-1870), cuando todos los cálculos se hacían a mano.
Gracias a este cuadro de mandos, se tiene una visión estratégica de la empresa y se pueden tomar decisiones más acertadas. Más cercanas a la realidad, que a menudo se nos suele escapar porque los humanos no damos abasto para analizar toda la información disponible.
Las máquinas, entre las que encontramos los ordenadores, los algoritmos y las IA, son realmente buenas a la hora de simplificar la información y hacerla entendible. Un conjunto con billones de datos puede resultar inútil para un humano si no se plasma en forma de gráfica, por ejemplo, de título de libro o de ruta sobre el GPS.
La Inteligencia Artificial en los puestos directivos es, por tanto, una herramienta que ayuda a los CEO a tomar decisiones, que no compite contra ellos y que les ofrece información y conocimiento para que puedan alcanzar los objetivos empresariales. Por eso muchas empresas consiguen un consenso entre la junta directiva y el CEO para hacer uso de estas herramientas.
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