En marzo de 2022, coincidiendo con una importante subida del precio del combustible, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó un decálogo con diez claves para reducir el uso de petróleo. No son medidas nuevas. La mayoría llevan décadas presentes, pero sí son cada vez más necesarias y urgentes. En este momento, por cuestiones económicas, y en todo, por temas ecológicos.
El decálogo acompaña a un informe completo que plantea un escenario realista a cuatro meses en el que es viable reducir la demanda de petróleo de forma considerable: de 44,6 barriles de petróleo diarios a 41,8. Como buena parte del uso de este combustible es debido al transporte, este ocupa un lugar especial. ¿Qué pueden hacer los gobiernos para ‘cortar el grifo’ de crudo? ¿Y España en concreto?
Reducir los límites de velocidad en las autopistas en al menos 10 km/h
Debido al rozamiento aerodinámico, el consumo de combustible está relacionado con el cuadrado de la velocidad desarrollada por los vehículos. Reducir en 10 km/h la velocidad máxima en autopistas (en el caso de España, de 120 km/h a 110 km/h) haría que la resistencia aerodinámica se redujese hasta el 85 % de la actual. Es decir, se consumiría un 15 % menos de combustible.
Bajar otros 10 km/h hasta 100 km/h reduciría el gasto hasta el 70 % respecto a 120 km/h. Para grandes distancias esto puede suponer horas de viaje extra, pero en España el trayecto promedio es de 41,6 kilómetros, de los cuales no todos se realizan a esa velocidad. Incluso si lo hiciesen y las carreteras bajasen 20 km/h, solo se añadirían cuatro minutos de viaje como máximo.
Trabaje desde casa hasta tres días a la semana cuando sea posible
En países como España el grueso de los viajes al trabajo se realizan en vehículo privado. El reparto modal ha sido calificado como insostenible por su alta dependencia del transporte privado (76 % del reparto modal) a pesar de que menos de la mitad de los españoles tienen carné. La AIE propone evitar el commuting en coche a través de potenciar el teletrabajo.
Aunque es evidente que no todos los puestos laborales pueden trabajar en remoto, más de una de cada cinco personas activas sí tienen esa posibilidad. El 22,3 % de la población ocupada podría teletrabajar todos los días, aunque no sería necesario hacerlo para reducir de forma notable la dependencia de combustible. La AIE propone teletrabajar tres días e ir dos a la oficina.
Domingos sin coches en las ciudades
Ciudades de todo el mundo están probando iniciativas similares, surgidas en Países Bajos durante la crisis del petróleo de 1973. Los domingos son días sin actividad laboral intensa y, por ello, perfectos para evitar que los coches se desplacen por el interior de las urbes. Si estas son pequeñas, es posible realizar el trayecto a pie. Y si son grandes suelen contar con transporte público.
Ciudades como Bruselas (Bélgica), Edimburgo (Escocia), Vancouver (Canadá) y Tokio (Japón) ya se han sumado a la iniciativa. Otras ciudades han peatonalizado grandes zonas de la ciudad, como es el caso de Vitoria-Gasteiz (País Vasco) en España, y desplegado infraestructura ciclista. En concreto, esta ciudad ha reducido de forma importante el NOx (-42 %), CO? (-42 %) y partículas en suspensión (-38 %). Y, además, ha ayudado a los negocios locales al peatonalizar.
Abaratar el uso del transporte público e incentivar la micromovilidad, a pie y en bicicleta
Abaratar el transporte público es una opción interesante y necesaria para que las personas dejen de lado el coche o la motocicleta. Aunque también es relevante conectarlo de forma coherente. Por ejemplo, vincular la red ciclista con dársenas de autobús o el autobús con el metro. Al tiempo, es importante fomentar la intermodalidad: no obligar a comprar dos billetes si cambia de modo.
Aunque no todo es precio: el transporte público ya es más barato que tener coche. Alcaldes como John J. Bauters (Emeryville, California, Estados Unidos) han entendido que se ha de impulsar la alternativa más sostenible que sea también la más conveniente para los ciudadanos. Por ello, esto ha de ir acompañado con un mayor despliegue de infraestructura ciclista conectada que permita disponer de espacios protegidos del tráfico.
Un marcador interesante es que un adolescente menor de edad o un anciano se sienta seguro pedaleando. Si no ocurre, suele ser necesario hacer mejoras. Al tiempo, es clave fomentar la movilidad a pie con espacios confortables. Ciudades como París (Francia) han demostrado que es posible hacerlo en cuestión de pocos meses. En el vídeo se muestra cómo esta transformación es viable.
Alternar el acceso del automóvil privado a las carreteras de las grandes ciudades
Las medidas anteriores resultan insuficientes si, al mismo tiempo, no se evita que los coches puedan circular. Mejorar el transporte público y fomentar el pedaleo diario requiere retirar espacio al coche. Si se sigue con el caso de París, la reelegida Anne Hidalgo continuó en la alcaldía tras proponer retirar más de 60 000 plazas de aparcamiento gratuito. Está claro que existe una demanda social.
En esta línea, la AIE sugiere seguir la estrategia que ya han aplicado otras ciudades y permitir la entrada solo a vehículos pares o impares. Táctica que en Pekín (China) demostró que conducir engordaba: los no ‘privilegiados’ mejoraron su salud.
Sin embargo, este baneo parcial resulta insuficiente a largo plazo. Entre las estrategias destacadas para desincentivar le uso del coche están la retirada de plazas de aparcamiento gratuitas en las calles, eliminar carriles para sustituirlos por solo para bicis y ampliar aceras y áreas comunes. Incentivar lo sostenible, desincentivar y dejar de subvencionar lo que no lo es.
Aumentar el uso compartido de automóviles y adoptar prácticas para reducir el uso de combustible
Para cuando el coche resulte indispensable e imprescindible, la AIE apunta al sharing como una práctica razonable. Tanto el sharing de alquiler por minutos como el acudir al trabajo con un compañero. El carpooling es una idea para cuando no haya infraestructura de transporte público y no sea posible el teletrabajo.
La ocupación media de los coches en España es de 1,23 personas, es decir, se desplaza una tonelada de peso del vehículo para mover a un individuo. En Europa, la media es entre 1,4 y 1,6. Es una forma bastante ineficiente de moverse que necesita ser reducida tan pronto como sea posible.
Promover la conducción eficiente de camiones de carga y entrega de mercancías
Los camiones son la manera menos eficiente de transportar mercancías, después del avión. Sin embargo, resultan convenientes en muchos casos y, en otros, no hay alternativa. Lo óptimo sería usarlos tan poco como fuese posible. Por ejemplo, optando en larga y media distancia por vías ferroviarias (en España se usan mucho menos que en el resto de Europa) y fomentando la entrega urbana de paquetería en bicicleta, un modelo de éxito testado en toda Europa.
Para cuando el camión sea la única opción viable, lo suyo es que se evite que sea de combustión. Esto se logra limitando el acceso de camiones muy contaminantes a las ciudades con Zonas de Bajas Emisiones. El mero hecho de reducir emisiones (aunque se siga usando un camión de combustión) ya supone una ayuda. Fomentar la entrega en lockers también contribuiría bastante.
Usar trenes nocturnos y de alta velocidad en lugar de aviones cuando sea posible
El avión es, con muchísima diferencia, el transporte más ineficiente de todos. Además, es de los que más contaminan, debido a que circulan por la atmósfera. La AIE señala que, allí donde sea posible sustituir un trayecto en avión por un viaje en tren nocturno, se debería dejar de volar.
Francia ya ha aplicado una ley así y ha prohibido los vuelos domésticos que puedan hacerse en tren en 2,5 horas. En España también se están tramitando leyes similares. Los puentes Madrid-Barcelona, Madrid-Valencia, Madrid-Alicante y Madrid-Sevilla caerían bajo el paraguas de las 2,5 horas en tren.
Introduciendo tren nocturno, buena parte de los vuelos domésticos españoles podrían desaparecer con éxito y sin perjuicio de los usuarios. Y supondría una reducción considerable de emisiones.
Evitar los viajes aéreos de negocios donde existen opciones alternativas
Muchos viajes de negocios resultan innecesarios porque pueden ser sustituidos por una videollamada o algún tipo de comunicación digital. Una videollamada libera unos 157 gramos de CO?, que es aproximadamente las emisiones GEI que libera un coche haciendo un kilómetro y cerca de la mitad de las emisiones GEI que emite un avión para recorrer la misma distancia.
La AIE recuerda cómo la pandemia ha facilitado una transición antes necesaria y ahora inevitable, y cómo es posible aprender del modelo digital que surgió de esta. Como destaca alguna publicación, “el concepto de viajar por trabajo ha dejado de tener sentido”, ya que existen alternativas viables de menor impacto y coste para las empresas.
Reforzar la adopción de vehículos eléctricos y más eficientes
Cuando el uso de vehículos, sean cuales sean, sea inevitable (motos, coches, furgonetas, barcos…), la AIE señala que estos deberían ser eléctricos tan pronto como sea posible. El impacto ambiental de un vehículo eléctrico no es mucho menor que el de uno de combustión, pero, al menos, no emite gases de efecto invernadero (sí otros compuestos).
Acaban de publicar un interesantísimo artículo (review) sobre las emisiones de vehículos que no proceden del tubo de escape, es decir, aquellas emisiones que son comunes a vehículos de combustión, eléctricos, híbridos, hidrógeno o autónomos. ? https://t.co/4uF5QGeUjr
— Laraspa (@laraspilla) August 17, 2021
Los vehículos eléctricos, como los coches, siguen emitiendo compuestos orgánicos volátiles que afectan a la salud de la población. Aunque, cuando el objetivo es reducir emisiones de efecto invernadero la electrificación, puede ayudar. Dicho esto, la AIE recalca cómo el número de vehículos eléctricos ha de ser menor del que se tenía siendo de combustión.
Reducir la dependencia de los combustibles fósiles es complicado porque todo el modelo económico actual ha crecido bajo el paraguas de esta tecnología. Sin embargo, se sabe que, en muchos entornos, dejar a un lado el combustible es posible a corto plazo y, además, sostenible en el ámbito económico. Por ejemplo, introduciendo aerotermia en casa y usando transporte público o bicicleta cuando sea posible.
Es importante destacar cómo no todos los entornos podrán aplicar algunas de las soluciones. Y también señalar que existen herramientas suficientes como para implantarlas en menor medida, aunque no lleguen al cien por cien. Cada litro de combustible no consumido es un logro.
En Nobbot | El camino frente al cambio climático está claro, pero hay que acelerar el paso
Imágenes | Ayuntamiento de Barcelona, Mika Baumeister