El vertido procedente de uno de los contenedores que cayeron al océano Atlántico desde el buque Toconao, el pasado 8 de diciembre, ha puesto de actualidad a los pellets, un grave problema a veces olvidado.
Estas pequeñas bolitas de plástico llevan años llegando a las costas españolas, incluso en lugares como las
Por su tamaño, los pellets pueden ser confundidos con alimento y causar la obstrucción del sistema digestivo de los animales marinos e incluso su muerte. Según su composición, su plástico puede ser tóxico o adquirir la toxicidad a través de sus aditivos.
Además, estas bolitas actúan como esponjas. “Acumulan otros contaminantes disueltos en el agua que el pescado ingiere al comerse el plástico”, explica a SINC Ethel Eljarrat, directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC).
pellets y microplásticos en los océanos
Pero este vertido de pellets es solo la punta del iceberg de la contaminación por plásticos en los océanos. Según la ONU, se calcula que la cantidad de plástico en los océanos es de entre 75 y 199 millones de toneladas. Cada año llegarían al mar unos 8 millones de toneladas de desechos plásticos, equivalente a unas 800 Torre Eiffel. Además, se prevé que esta cifra de residuos anuales se duplique en 2030, respecto a 2016.
“La contaminación por microplásticos es un problema que existe en todos los mares y océanos del planeta. Y también en los ríos”, recuerda Eljarrat.
Cuando un pellet es ingerido por un pez, libera la toxicidad de sus aditivos en su organismo. Y el humano que se come ese pescado incorpora la toxicidad química que el pez tenía acumulada.
“Hemos hecho estudios de algunos aditivos que se suelen utilizar en los plásticos y hemos encontrado su presencia en pescados de consumo. Por lo tanto, nos está afectando también a nosotros”, apunta Eljarrat a SINC.
Pero comer pescado es solo una de las vías de exponernos a estos contaminantes. Los microplásticos están en todas partes. Los respiramos, están en los procesos de producción alimentaria, los vestimos y acaban hasta en el desagüe de la lavadora.
“El pescado, por sí solo, no tiene niveles dañinos de microplásticos, pero debe minimizarse la exposición a las distintas formas de esta contaminación”, advierte la investigadora.
El impacto del plástico en la salud humana
Nicolás Olea lleva más de 40 años estudiando cómo afecta el plástico a la salud humana y contempla indignado que no se hayan tomado medidas más agresivas para limitar su expansión.
“No sé si una bolsa de polietileno (PE) produce cáncer. Pero los componentes de los plásticos y sus aditivos están relacionados con enfermedades como el déficit de atención, hiperactividad, autismo, cáncer de mama y de próstata, infertilidad endometriosis…”, explica el médico y catedrático de la Universidad de Granada.
El informe difundido por la Xunta indica que los pellets están compuestos por un 88-90 % polietileno (PE) y un 10-12 % de UV622, un aditivo químico utilizado como estabilizador de luz ultravioleta y clasificado como poco tóxico.
Si bien el polietileno no es tóxico de por sí, grupos como el ECOTOX de la Universidad de Vigo realizan ensayos para comprobar la inocuidad del aditivo en organismos marinos, dado que no hay datos experimentales.
“Ahora los pellets son nuevos para mucha gente, pero el primer informe sobre contaminación marina, de 1972, ya los mencionaban”, recuerdan Patricia Reina fundadora del proyecto de divulgación Vivir sin Plástico.