No es solo una cuestión de clima. El aumento de las temperaturas globales acentúa el riesgo de que los virus que habitan en los glaciares del Ártico den saltos de especies. Por tanto, el calentamiento global, además de los daños a los ecosistemas, también podría aumentar el riesgo de nuevas epidemias. Es lo que investiga un estudio publicado en Biorxiv por un equipo de la Universidad de Ottawa, en Canadá.
Según los científicos, el derretimiento de los glaciares debido al cambio climático reforzaría el riesgo de que los virus infecten a nuevos huéspedes. Y así llegarían a los humanos tarde o temprano. Es el fenómeno conocido como spillover o salto de especie. Un proceso mediante el cual un virus puede encontrar un nuevo huésped al que infectar y en el que reproducirse.
Aunque muchos virus cuentan con un único huésped natural, pueden contagiar a nuevas especies. Las partículas virales deben unirse a receptores específicos en las células de su anfitrión. La presencia de los mismos receptores en varias especies cercanas en su proceso de evolución significa que estos huéspedes son más propensos a infectarse con el mismo virus. En el caso de los humanos, el salto ocurre con otros mamíferos, como cerdos, monos y murciélagos. Así pasó, por ejemplo, con el virus de la influenza A y con el ébola.
La comunidad científica está de acuerdo en que los saltos de especies continuarán ocurriendo con una frecuencia creciente por diferentes razones. Además de las afinidades genéticas entre distintas especies, el salto también es favorecido por las altas tasas de mutación de algunos tipos de virus. Como los compuestos por ARN, que hacen que las partículas virales sean más adecuadas para infectar nuevos huéspedes.
Saltos de especie en los glaciares
En el aumento de la probabilidad de saltos de especie influyen también factores antrópicos. Por ejemplo, la intrusión humana en hábitats aislados como los de las selvas tropicales. Así como el cambio climático y sus consecuencias más concretas, como el derretimiento de los glaciares. Y la alteración del delicado equilibrio entre las especies que los pueblan. La rapidez de los efectos del calentamiento global nos obliga a mantener alta la vigilancia.
El estudio aún no se ha sometido al necesario proceso de revisión por pares. Sin embargo, las conclusiones avanzadas son interesantes e inquietantes. El equipo canadiense de investigadores, dirigido por Audrée Lemieux, buscó cuantificar el riesgo de spillover y cómo es influido por el cambio climático. En particular, se centró en muestras tomadas en el lago Hazen, en el Ártico. Ubicado en la isla de Ellesmere, Canadá, es el lago el más grande al norte del Círculo Polar Ártico por volumen. La zona noroeste está, en gran parte, congelada. Al sureste se encuentra la meseta de Hazen, caracterizada por la tundra, un terreno desértico característico de las regiones árticas.
La parte más septentrional del Ártico es de particular interés para quienes investigan los efectos del aumento de las temperaturas. De hecho, es una región muy afectada por el cambio climático y que se está calentando más rápido que el resto del mundo. Por tanto, el derretimiento de los glaciares es un indicador directo del fenómeno. Gracias a su gran tamaño y la variedad de organismos y ambientes que se encuentran en su interior, el lago Hazen es un ecosistema ideal para examinar los impactos del calentamiento global.
Algoritmos para valorar el riesgo
El objetivo del experimento era comprender cómo el derretimiento de los glaciares puede influir en el riesgo de saltos de especie de los virus que pueblan el ambiente ártico. Para lograrlo, los investigadores compararon tanto las muestras de suelo como los sedimentos presentes en el lago Hazen. Secuenciaron entonces el ADN y el ARN de los virus y los huéspedes eucariotas que forman la biosfera del lago. Y los compararon entre sí. Luego analizaron los datos obtenidos utilizando un algoritmo capaz de estimar el riesgo de spillover.
Los investigadores encontraron que el riesgo de salto de especie era mayor en las muestras tomadas en los puntos más cercanos a donde fluye un mayor volumen de agua proveniente del deshielo de los glaciares. En definitiva, los datos parecen indicar que el cambio climático está ligado a un mayor riesgo de saltos de especie de los virus.
¿Significa esto que debemos temer nuevas epidemias provenientes del Ártico? La respuesta es no. El estudio ofrece más bien un enfoque para la evaluación del riesgo de spillover. No prevé nuevas pandemias, ya que en el Ártico no están presentes los llamados vectores puente. Es decir, los organismos donde el virus puede reproducirse antes de dar el salto de especie al huésped definitivo.
No obstante, estos resultados no deben subestimarse. El cambio climático puede provocar modificaciones importantes tanto en las especies presentes en un entorno determinado como en su distribución. De donde podrían surgir interacciones nuevas e impredecibles entre vectores y virus. “Desenredar el riesgo de saltos de especies será un esfuerzo fundamental que habrá que llevar a cabo en paralelo con las actividades de vigilancia para mitigar el impacto de futuras grandes epidemias”, avisan los autores del artículo.
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Esto es preocupante, se que muchas personas lo tomamos a la ligera porque necesitamos que pase algo catastrófico para empezar a creer en el cambio climático y sus consecuencias. Espero que en esta Reunión que tendrán los países puedan llegar un plan de emergencia para poder disminuir el efecto invernadero.